El banquete de bodas

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Advertencia: Este capitulo contiene escenas de violencia sexual +18 🔞

Hyung Sik había pasado horas sin saber dónde se hallaba. Desde su rescate, durante el asedio a la prisión de Kaesong, donde estuvo prisionero, y luego de haber sido amordazado y vendado como un vulgar reo, su sentido de la orientación lo había abandonado.  

Sin duda estaba en otro reino, pues no dudaba de haber sido transportado  durante horas sobre el lomo de un caballo muy veloz, a lo largo de cuyo trayecto el clima se fue poniendo cada vez más frio y los rayos de luz, débiles tras la venda de sus ojos, se fueron extinguiendo cada vez más.

Pudo notar que estaba en una celda más espaciosa y menos húmeda que la de Kaesong, aunque no pudo comprobarlo hasta que no le quitaron la venda de los ojos, dejándole comprobar el estado de su nueva prisión.

Una vez solo, se apresuró en mirar por la rejilla que se alzaba en un extremo de la celda, ayudándose de la cama para trepar hasta ella, y entonces vio la luna en cuarto creciente iluminando las laderas de una enorme cadena montañosa, y ya no tuvo duda: Estaba en Joseon; y además estaba dentro del palacio. Las murallas que se podían ver también desde su pequeña ventana se lo corroboraban.

Estaba en el castillo de Joseon y ahora era prisionero del rey Jungkook. La idea de estar en esa situación, lejos de fastidiarle o atemorizarle, le producía una agradable excitación que se concentraba en su entrepierna. Sabía que si estaba allí era porque más temprano que tarde, Jungkook querría verlo y hablarle de tú a tú. Aquello lo emocionaba sobre manera. Ver de nuevo a ese mágico ser, tenerlo de frente; ser testigo una vez más de la abrumadora belleza del "Tesoro de SiKje" era todo lo que deseaba en la vida.

 Ver de nuevo a ese mágico ser, tenerlo de frente; ser testigo una vez más de la abrumadora belleza del "Tesoro de SiKje" era todo lo que deseaba en la vida

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Muy temprano lo sacaron de su celda. Todavía era de madrugada cuando lo arrastraron fuera de la prisión, llevándolo a los patios donde luego le dieron un largo baño, le recortaron los cabellos, le rasuraron la  barba con navajas de plata y le pusieron unas prendas finas de lino del color de la champaña, con unas zapatillas de cuero muy brillantes, adornadas con diamantes. También le pusieron broches nacarados y le empolvaron la nariz.

De esta forma, Hyung Sik volvió a lucir nuevamente como el príncipe que era, y no como el desagradable reo que habían traído varias horas atrás.

Estaba emocionado.

Estaba seguro de que todo aquello era la antesala para su reencuentro con Jungkook.

Tal como pensó, luego de un frugal desayuno en un comedor improvisado en el mismo patio donde fue aseado, unos guardias lo condujeron dos niveles más abajo. Debía estar en el área de invitados y eso no le agrado, porque le hizo dudar si sería realmente Jungkook la persona con la que se entrevistaria, o si éste le habría cedido los honores a algún subalterno.

La idea le descompuso el ánimo y por un momento creyó que devolvería el desayuno. Pero los guardias no le dejaron retrasarse, y a rastras lo hicieron entrar a una de las habitaciones del ala izquierda de aquel corredor.

El tesoro de SiKje (Taekook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora