Ingredientes para una guerra

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Advertencia ⚠️: Este capítulo contiene escenas 🔞 no consensuadas, no es mi intención como escritora romantizar ninguno de los actos de mis personajes, solo es un recurso literario utilizado como desencadenante de un evento futuro en la historia.  

Jimin llegó a palacio justo en el momento en que la comitiva de Jaen empezaba a hacerse evidente desde el horizonte

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Jimin llegó a palacio justo en el momento en que la comitiva de Jaen empezaba a hacerse evidente desde el horizonte. Se extrañó mucho pues sus padres se hallaban de visita en Kaesong y no esperaban a ningún invitado en palacio. Trato por tanto de distinguir los escudos de armas que portaban los abanderados que abrían el cortejo, pero la distancia era aun muy grande para divisarlos correctamente.

Divisó entonces al guardia de la garita más cercana a las puertas de la muralla preguntándole al respecto. Pero la vista de este tampoco lograba discernir nada. El hombre se excusó con una negación de cabeza y Jimin decidió mandar a un grupo de hombres por si acaso.

—Acérquense con precaución y si vienen en paz, escóltenlos hasta aquí —pidió a uno de los jefes de la guardia.

El hombre asintió y sin más demora se fue con varios de sus hombres rumbo a la comitiva que se acercaba. Las puertas volvieron a abrirse para darles paso y volvieron a cerrarse tras la partida de ellos.

Jimin se quedó aun un rato más a las puertas de la muralla. No tenía necesidad de quedarse allí pero prefirió hacerlo. Tenía el presentimiento de que aquella visita inesperada no traería nada bueno.

Media hora más tarde, sus especulaciones quedaron satisfechas a medias. Cuando la comitiva ya estaba lo suficientemente cerca de las murallas del castillo, el soldado de la garita, quien ya no tenía duda de quienes se trataban los visitantes, le gritó desde arriba.

—¡Los visitantes viene de Jaen, Alteza! —aseguró reconociendo el escudo de armas Jaeniano.

Jimin no pudo evitar una mueca de consternación. Las visitas de los miembros de aquel reino nunca eran por cortesía; los reinos de Jaen y Koryo llevaban años en disputas fronterizas y tensiones diplomáticas que los habían tenido muchas veces a las puertas de la guerra. Solo las leyes de "El gran pacto", los obligaban a detenerse, y parecía que estas cada vez lo lograban con menos éxito. Frunció el rostro y ordenó la entrada de los visitantes. Mientras estos terminaban de llegar se retiró a sus aposentos y se cambió de ropa. Cuando volvió a la planta baja del palacio, los jefes del concejo ya habían reunido a los invitados en uno de los salones principales.

Yoongi continuaba tan guapo y serio como Jimin lo recordaba. Llevaba más de un año sin verlo, contabilizó mentalmente. Sin embargo, cada mínimo detalle de su anatomía seguía grabada a fuego en su mente. Desde que era solo un adolescente ese hombre era el único que ocupaba un lugar en su corazón, por eso jamás pensó que fuese el mismo príncipe en persona el que se fuese a presentar en su casa, pero sin duda aquello lo había sorprendido de muy grata manera.

Se sonrojó un poco pensando en ello mientras avanzaba por la enorme alfombra que cubría desde la entrada de la sala hasta la enorme mesa del fondo, donde se encontraban sus consejeros y ministros junto a los Jaenianos.

El tesoro de SiKje (Taekook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora