La Diosa SiKje

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Sumido en el mayor dolor que hubiese sentido jamás, Jungkook escuchó finalmente el llanto de su primogénito. La culpa y la angustia le carcomían tan adentro que podía sentir, incluso, como si aquella espada que había puesto fin a los días de Jin Goo, realmente estuviese clavada en su pecho. Sollozó largo y tendido casi que ni dándose cuenta de que Jimin era quién frotaba su cabello, como un año atrás lo consolara él cuando el entonces príncipe Koryano, le confesara asustado a Namjoon lo que Yoongi le había hecho.     

Cuando su hijo finalmente fue desprendido de su cuerpo por completo, alzó su cabeza recibiéndolo entre sus brazos. El dolor en su corazón se hizo más fuerte porque ahora también sentía pena por su pequeño retoño y por el hecho de nunca haber mostrado un sentimiento maternal hacia él.

Recordó cómo durante toda su gestación se había arriesgado en multitud de ocasiones sin importarle realmente que algo pudiese sucederle. Incluso, su nueva promesa a la Diosa SiKje, lo había puesto en riesgo de morir junto a su hijo y en ningún momento sintió remordimiento por apostar la vida de su bebé; aunque por suerte, su pequeño había nacido apenas unos pocos días antes de que se cumpliera un aniversario más de su bautizo. No entendía por qué sentía tan poco apego por un ser que llevaba no sólo su sangre sino también la sangre del ser que mas amaba.

Su sangre y la sangre del hombre que más amaba.

Sangre... No, ese niño no tenía su sangre.

¡Por las Diosas!

Jungkook se sintió morir. ¡Eso era! Semejante descubrimiento le hizo dar un respingo. Espantado miró al bebé y entonces pareció comprenderlo todo.

Algo mágico e inexplicable sucedió, sus ojos se abrieron y pudo ver aquello que un ser humano normal no podría ver. Se concentró en el pequeño recién nacido y vió el alma en el interior de aquel pequeño bebé y no era otra que la del hijo no nacido de Woo Seok.

Una lágrima cálida, humana, divina, brillante resbaló por su mejilla y Jungkook sintió como si los oídos se le abrieran, como si delante de sus ojos un gran telón se levantase, como si no fuese aquella pequeña criatura entre sus brazos sino él mismo quién acabara de nacer.

Sin importarle que aún estuviera sangrando, llegó hasta el espejo con el niño en brazos y se miró en el. Ahora se veía tal cual era, el reflejo que le devolvía aquel cristal no era el mismo que llevaba viendo por años. ¡Era otro! ¡Era un cuerpo femenino!

Retrocediendo un paso, apresó más fuerte a su bebé. El cuerpo parecía habérsele quedado congelado de la impresión y el grito que quería salir de su garganta quedó apresado en ésta, a causa del horror. No tuvo fuerzas para nada más, excepto para ver la entrada ansiosa de Taehyung, irrumpiendo en su recamara sin poder soportar un momento más la espera. El príncipe Koryano entró justo a tiempo, ya que no fue más que pusiera un pie dentro de aquella recamara para que viera enseguida como Jungkook caía desmayado de forma estrepitosa y pesada sobre el tapete.

 El príncipe Koryano entró justo a tiempo, ya que no fue más que pusiera un pie dentro de aquella recamara para que viera enseguida como Jungkook caía desmayado de forma estrepitosa y pesada sobre el tapete

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El tesoro de SiKje (Taekook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora