Visiones del futuro

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—Bueno, esta vez se han intercambiado los papeles —siseó Seonghwa. —Esta vez será mi señor quien pregunte y su alteza Namjoon deberá responder.  

—¿Dirá la verdad o prefiere un reto? —continuó Hyunjin. El sol del medio día estaba en todo lo alto haciendo que su piel volviera a transpirar levemente y la idea de tener a Namjoon en sus manos lo hacía sudar más.

Namjoon lo miró con seguridad.

—La verdad, siempre la verdad.

—¿Y eso por qué? —siseó el príncipe. —¿Acaso le da miedo aceptar alguno de mis retos? No pensé que fuera un hombre cobarde, alteza.

—La cobardía solo está en la mentira y en el engaño —replicó Namjoon. —Se necesita ser muy valiente para hablar siempre con la verdad.

La cara de Hyunjin se puso roja como una amapola. Ese hombre parecía siempre tener una respuesta preparada para todo y eso lo irritaba.

—En ese caso cuéntenos cómo fue que terminó convertido en príncipe. ¿Es verdad que sus padres murieron en un incendio? —Apenas terminada de formular la pregunta, Hyunjin se dio cuenta de que se había excedido. El rostro de Namjoon había perdido cualquier leve atisbo de amabilidad y en sus facciones solo quedaba una expresión contrariada.

—No expondré mi tragedia solo para tu diversión, —anotó con voz ronca y carente de suavidad. —Si algún día quieres saber mi historia de verdad, con gusto te la contare a solas.

Apenado Hyunjin bajó el rostro y se disculpó. Pensándolo mejor a él tampoco le habría agradado que le preguntaran sobre la muerte de su mamá o sobre su tensa relación con su padre. Sin duda había sido muy poco considerado con aquella pregunta, así que la cambio por otra que le interesaba más.

—Siendo así, responda entonces cómo hizo para evadir mis hormonas. Ningún varón puede acercarse a mí, así que no entiendo como lo hace usted.

La expresión de Namjoon se serenó por completo. Ahora una sonrisa burlona asomaba por sus labios.

—La respuesta está en los jardines principales —se burló ampliando la sonrisa. —Es un fruto que tiene la capacidad de neutralizar las hormonas de los donceles en menarquía. Pocos saben eso... realmente solo lo saben los sanadores.

—¿Y su mamá, el verdadero, el que lo tuvo en su vientre fue un sanador, verdad? —Seonghwa preguntó aquello con intención. —Oh, disculpe. No es mi turno de hacer preguntas. —Guardó silencio pero para ese momento Namjoon ya se había dado cuenta de lo que él sirviente había hecho. No cabía duda ahora de que el antiguo amante de Yoongi estaba al corriente de muchas cosas, cosas que estaban incluso a muchas leguas de distancia de los muros de Jaén, cosas como que la madre de Namjoon era un Yurchiano.

Hyunjin también miró a Seonghwa con suspicacia, pero tuvo que dejar de meditar en ello cuando el juego continuó y la daga volvía a señalarlo como la víctima. A Seonghwa le tocó el turno de preguntar de nuevo.

—Hoy es mi día de suerte; el señor ha vuelto a caer en mis manos... ¿Dirá la verd...?

—Diré la verdad —contestó Hyunjin sin esperar que terminaran de hacer la pregunta. Se empezaba a hartar de aquel juego y más al ver que no estaba logrando fastidiar a Namjoon. —Pero te advierto que será la última pregunta que se haga... Ya me harté de este juego.

—Muy bien —respondió Seonghwa cambiando la sonrisa por una mirada penetrante y mordaz. —En ese caso conteste su alteza... ¿Por qué no ha dejado de temblar usted durante toda la mañana? ¿Quién le hace temblar así? ¿Acaso se trata de nuestro invitado?

Al oír aquello los ojos de Hyunjin se abrieron con total incredulidad. No podía creer que aquel sirviente lo estuviera dejando en tal evidencia cuando supuestamente iba a ayudarlo a molestar a aquel extranjero.

El tesoro de SiKje (Taekook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora