Jugada irreversible

83 17 3
                                    

Después de más de veinte minutos de inconsciencia, Hyunjin abrió los ojos con lentitud. Sentía la cabeza supremamente pesada y al tocarla, en la región posterior, sintió una pequeña hinchazón que le punzaba horriblemente.   

Entonces, llegaron a su memoria los últimos acontecimientos vividos: La muerte de su padre, el inicio de su menarquía, la conversación entre Yoongi y Jung Hyung, y por último, su reencuentro con aquel sujeto.

—No, no... ¿Por qué tú? —decía aun medio dormido mientras trataba a medias de incorporarse. Cuando finalmente pudo reparar en lo que había a su alrededor, notó de inmediato que se hallaba en sus aposentos y que frente a él se encontraban vigilantes, su médico y dos donceles que inmediatamente reconoció : Woo Seok y Jimin . Todos lo miraban con rostros de preocupación y parecían esperar ansioso su despertar.

—¿Cómo te sientes, querido? —Woo Seok fue el primero en acercarse al lecho y con rostro amable se sentó junto a Hyunjin. Sus ojos contemplaban al muchacho con dolor, no había en su corazón resentimientos para con él. Sin embargo, no podía verlo sin recordar al puto de Hyo Seop. Ese malnacido que destruyó su matrimonio y le arrebató a su marido.

Por su parte, Hyunjin le devolvía la mirada dudoso. ¿Sabría acaso ese hombre lo dicho por Jung Hyung? ¿Sabría que él era hijo de su marido? Bajó la mirada de forma automática y no pudo evitar tirarse sobre la cama en donde volvió a romper en llanto.

La calma ya no lo acompañaba más y solo quedaba la angustia burlándose de su atormentado espíritu. Al parecer las Diosas habían encontrado la forma de castigarle tantos años de rebeldía, manipulación y mentiras; tantos momentos en los que se aprovechó y se burló de otros. Ahora era él el burlado, el engañado y el humillado. Era él quien ahora descubría que había vivido siempre dentro de una gran mentira.

Su llanto era tan desgarrador que todos los demás lo dejaron desahogarse. Se sentía más enfadado de lo que hubiera estado en toda su vida y no sabía cómo proceder. Sentía que odiaba todo y a todos. Odiaba a Yoongi por haberle mentido durante tantos años, a su mamá por no haber estado nunca para él, a In Guk por tantos años de rencor y malos tratos, a Jung Hyung por haber arruinado su vida con aquella revelación, a su cuerpo que lo torturaba en los peores momentos, a las personas que le acompañaban en su habitación y que lo miraban con lastima, a ese hombre de Koryo que no debió regresar a su vida, a Taehyung por haberlo rechazado, al puto Jungkook por robarle el amor de Taehyung. Odiaba a todos y a todo, y quería hacerles sentir su dolor. ¡Quería acompañar a In Guk en la otra vida de inmediato!

Entonces, viendo la gran tristeza del jovencito, Woo Seok lo sostuvo entre sus brazos acunándolo como solía hacer con sus propios hijos cuando estaban enojados o enfermos. Jimin, que se había acercado un poco más, también lo miraba con pesar comprendiendo su dolor. Él sabía muy bien lo que era estar al borde de la desesperación, sentirse tan angustiado y perdido como un naufrago en medio del mar. Sabía lo que era desear morir para escapar del dolor.

Pero Jimin no dijo nada. Continuó de pie junto al lecho para ver como el médico de Hyunjin, ayudado por Woo Seok, colocaba unos polvos en su boca. Luego, hizo beber al príncipe un poco de agua fresca y le colocó un emplasto en el golpe de la cabeza. Cuando se retiró buscando entre sus frascos unas hierbas somníferas, Woo Seok le hizo un gesto de negación con la mano.

—Creo que es mejor dejarlo desahogarse —opinó abrazándo de nuevo a Hyunjin. —Si usted lo permite, mi hijo Jimin y yo daremos a su alteza un pequeño masaje. Le sentará muy bien, se lo aseguró.

—Está bien —El médico aceptó la propuesta despidiéndose para bajar hasta la torre donde se hallaban Yoongi y los demás esperando noticias, de esta forma Woo Seok y Jimin se pusieron manos a la obra.

El tesoro de SiKje (Taekook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora