Marvel; ¿Soy Voldemort?

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Después de completar su misión, el Capitán América y los Comandos Aulladores acordaron no decir nada sobre Tom y sus seguidores en sus informes.

Antes de irse, Tom usó legilimancia con Zola para ver si sabía algo sobre él o sus seguidores. Afortunadamente, las cámaras se desactivaron con su llegada, por lo que no vio nada de la batalla. Además, cuando Tom llegó a la sala de control, Zola estaba demasiado ocupado recibiendo una paliza como para prestarle atención.

Después de ver que no se filtraría ninguna información sobre él, Tom comenzó a buscar cualquier cosa sobre Grindelwald.

Fue entonces cuando Tom se enteró del nuevo liderazgo de Hydra. Grindelwald ahora está a cargo y Red Skull se ha convertido en su fiel perrita.

"Quién sabe cuánta tortura y magia mental se utilizó para controlarlo", pensó Tom mientras veía un recuerdo de Cráneo Rojo escuchando fielmente las órdenes de Grindelwald. "O está fingiendo y esperando el momento adecuado para atacar..."

Tom iba a borrar de la mente de Zola cualquier conocimiento sobre magos, pero el hombre no sabe nada en realidad. Cree que Grindelwald y cualquiera de sus hombres eran parte de algún procedimiento diferente de súper soldados. Al no ver ninguna evidencia condenatoria del mundo mágico, Tom decidió dejar su memoria intacta. 2

Tom también encontró la ubicación de todas las bases de Hydra conocidas por Zola y las guardó para más adelante.

Una vez terminado, Tom abrió un portal a un lugar a una milla del tren y dejó que el capitán y sus hombres caminaran con dificultad por la nieve con su nuevo prisionero. Los llevaría de regreso, pero la gente sospecharía.

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-Cuartel general aliado en Londres-

Después de que Steve y sus hombres traen a Zola de regreso de su exitosa misión, el coronel Chester Phillips le trae una bandeja de comida a su nuevo prisionero.

"¿Qué es esto?", pregunta Zola mientras mira con recelo la comida que tiene delante.

"Un bistec", responde Phillips.

"¿Qué hay dentro?", pregunta Zola, preocupado por los venenos en su comida.

—Vaca. —Phillips mira al prisionero como si fuera un idiota—. Doctor, ¿se da cuenta de lo difícil que es conseguir un corte de primera como ese aquí?

—No como carne —Zola empuja la bandeja de comida por la mesa.

"¿Por qué no?", pregunta Phillips mientras comienza a comer el filete delante de Zola.

"No me parece bien."

—¿Y qué tal el cianuro? ¿A ti también te revuelve el estómago? Todos los agentes de Hydra que hemos intentado capturar con vida han tomado una pastilla antes de que podamos detenerlo, pero tú no. Así que aquí tienes mi brillante teoría. —Phillips apunta a Zola con su tenedor lleno de comida—. Tú quieres vivir.

—Está intentando intimidarme, coronel —dice Zola, comprendiendo toda la farsa.

—Te he invitado a cenar —dijo el coronel Phillips mientras le pasaba un papel por la cabeza.

"Teniendo en cuenta la variabilidad de la información que ha proporcionado y a cambio de su plena colaboración, el doctor Zola será enviado a Suiza". Zola lee el papel en voz alta y mira al otro lado de la mesa con una expresión que dice "¿en serio?".

"Envié ese mensaje a Washington esta mañana. Por supuesto, estaba codificado. No habrán descifrado esos códigos, ¿verdad? Sería incómodo", sonríe Phillips.

—Grindelwald sabrá que esto es mentira —dice Zola mientras tira el papel al suelo.

—Es un nombre que he oído mencionar desde que lo capturaron. ¿Quién es y qué le pasó a su antiguo jefe, Schmidt? —pregunta el coronel Phillips con curiosidad y Zola guarda silencio.

Todo lo que ha visto de Grindelwald asusta a Zola enormemente, por lo que mantendrá la boca cerrada. Las consecuencias serían desagradables si dijera algo.

—Al menos dime su nombre de pila. Te va a matar de todas formas, doctor. Eres un riesgo. Sabes más que nadie sobre Hydra y sus planes. Puede que les tengas miedo, pero aún no has visto nada.

—No, me temo que eres tú, coronel, que aún no lo has visto. Yo solía tenerle miedo a Schmidt como un niño le teme al matón de su barrio, pero Grindelwald me inspira un nivel de miedo completamente diferente. No hablaré porque todo lo que puedas hacerme no es nada comparado con ese hombre —dice Zola mientras se estremece con solo pensar en él.

—Hmm, bien dicho Zola —se oye una nueva voz detrás del coronel Phillips.

En el momento en que Phillips oye a alguien detrás de él, saca su pistola y se gira para enfrentarse al intruso.

"Deja estupefacto", dice la voz y el coronel se derrumba sobre la mesa, paralizado en el lugar.

El hombre sale de entre las sombras y se revela como Gellert Grindelwald. En cuanto Zola vio quién era, empezó a temblar. Pensamientos sobre si lo matarían o no corrían por su mente.

Grindelwald mira al coronel Phillips desplomado sobre la mesa como si fuera basura y lo patea fuera del asiento hacia el duro suelo.

—Es bueno saber cuánto miedo puedo inspirar a mis subordinados —comenta Gellert mientras se sienta en el asiento del coronel frente a Zola—. ¿Esto es un bistec? Es una lástima que la inmundicia haya empezado a comérselo. Tenía un poco de hambre —dice y empuja la bandeja al suelo.

—Hola, señor. Espero que haya venido a rescatarme —tartamudea Zola con miedo.

"No, tu utilidad ha expirado con la creación de la Valquiria. Estoy aquí para hacerte algunas preguntas sobre el incidente del tren..."

—Te diré todo lo que quieras. Pero, por favor, no me mates. —Zola mira suplicante a Grindelwald a los ojos.

"No necesitas decir una palabra", dice Gellert mientras mira a Zola a los ojos y usa Legeremancia.

Zola le devuelve la mirada como si la hubieran obligado y empieza a gritar de dolor.

Debido a la pérdida de sangre mágica buena en ese tren, Grindelwald ha estado de mal humor. Especialmente después de ver el mensaje que le dejaron en el vagón del tren. Debido a esto, ahora está destrozando la mente de Zola buscando cualquier rastro del heredero mencionado en la pared.

Solo vio un atisbo de Tom en la sala de control con su máscara de porcelana cubriéndole el rostro. El hombre de la máscara pareció mirar en dirección a Zola por un momento, como si supiera que Grindelwald estaría allí. Esto solo sirvió para enfurecerlo aún más.

"Parece que no sabes nada", dice Gellert mientras se levanta de su silla y se arregla el cuello de la camisa. "Qué desperdicio", comenta y desaparece de la habitación dejando atrás a un coronel congelado y un científico babeante.