Emma
Hoy el día iba tranquilo en la cafetería, me encontraba con Doris la cual estaba muy alterada pero feliz porque según ella hoy el día le iba a dar buenas noticias y todo por su reunión de trabajo que me había comentado, para ella era muy importante era su nueva y gran inversión, no me quiso contar de que se trataba porque eso era de mala suerte, en fin, cosas de doñas.
Yo trataba de calmarla hasta que se hiciera la hora de que se largara, me comentó que si salía su negocio íbamos a festejar, y luego contrataría a alguien para que me ayude en la cafetería porque se iba a ausentar más de lo normal. Cuando al fin se fue respire, realmente habla mucho y estaba tan nerviosa que me lo trasmitía a mi.
Me quede limpiando organizando el lugar, atendiendo y despachando gente, lo normal, las horas pasaban y yo quería irme a mi casa antes que el tiempo empeore, el invierno se acercaba y el clima estaba poniéndose frío. Estaba ya por cerrar cuando entra un cliente, me di cuenta por el ruido de la puerta ya que estaba de espalda, guardando las últimas razas que se usaron, al darme vuelta y verlo de frente fue chocante, wow, el mismo dios delante de mi, era un adonis, hermoso, ojos claros, pelo castaño, alto, grande, muy grande, más bien musculoso muy musculoso, ok ya deja de babear y atiende al caballero. Carraspeo mi garganta para poder hablar sin trabarme, en otro momento me habría quejado o enojado por entrar cuando estaba cerrando pero voy a hacer una excepción.
-Buenas tardes, bienvenido que desea ordenar-dije sacando mi libreta de mi delantal.
-Buenas tardes, quisiera un café bien cargado por favor - sus ojos se clavaron en los míos y por un momento no podía hablar ni moverme, su mirada era profunda y si voz muy varonil, intimidaba un poco.
-Claro enseguida se lo traigo- Dije sin más y me di media vuelta para irme rezando que mis piernas no me fallen.
Estaba de espaldas preparando su café y sentía como tenía su mirada en mi nunca o yo estaba muy paranoica, al terminar el pedido lo pongo en mi bandeja y se lo llevo
-Aqui tiene su pedido, que disfrute-Esta vez no lo mire para no ponerme nerviosa, solo lo deje y me fui detrás del mostrador a observarlo pero a lo lejos, era lindo muy lindo, pide notar que de su camisa salía unos tatuajes pero no se alcanzaba bien, es que ese traje que lleva le queda pintado, tiene muy buen físico para ser honesta, hundida en mis pensamientos sin darme cuenta lo tenia frente a mi, si frente a mi.
-Disculpa pero ya me tengo que ir, ¿me cobrarías?
-Eh si claro por supuesto, espero allá sido de su agrado
-Y no sabes cuánto-
Si mirada se clavó en la mía y sin poder decir nada solo tome su tarjeta que me extendió y cobre.
-Muchas gracias que tenga buenas tardes-Extendí su tarjeta
-Igualmente- Tomo su tarjeta y por un momento nuestros dedos rozaron, sentí como una corriente por mi brazo así que inmediatamente la retiré, sin más el se fue.
Termine mi jornada cerré todas las ventanas con su respectiva persiana, puse la alarme cerré la puerta y me fui.
Las calles ya estaban quedando desiertas, la noche se asomaba y no es un lugar muy lindo para caminar pero aún así lo disfrutaba, el frío chocaba en mi cara y me refugiaba en mi abrigo con mis manos en mi saco, iba caminando y cada tanto me daba vuelta, tenía la sensación que alguien me vigilaba pero creo ya es paranoia, fue raro nunca me sentí así. Al llegar a mi casa que se encontraba solo a 8 cuadras de mi trabajo, sin dudarlo quite mis botas, y fui directo a calentar el chocolate caliente que tanto quería y relajarme en el sofá mientras miraba un poco de televisión y la verdad no preste atención a nada, solo estaba metida en mis pensamientos, en esos ojos color verde, y esa mirada profunda, había visto hombres entrar a la cafetería muy lindos la verdad, pero no como el, cómo él ninguno.Al día siguiente desperté en mi sofá nose en qué momento quede dormida pero el dolor que tenía en mi cuello no era bueno, yo siempre duermo ahí todavía no lograba comprar mi cama, pero adaptaba el sofá a mi gusto y ayer no fue el caso, me levanté derecho a la ducha aún tenía tiempo antes de ir a trabajar, así que me relaje con el agua caliente que salía de la regadera, al terminar me vestí con unos jeans, un poleron y mis botas amadas y calentitas de siempre, tenía que comprarme otras para darle descanso a mi único par. Cepille mi cabello y lo seque un poco para no enfermarme con el frío al salir, fui a la cocina por una fruta mientras hacía un poco de tiempo y veía que me hacía falta en mi refrigerador, la verdad muchas cosas, así que hice caso omiso cerré la puerta fui al baño cepille mis dientes tome mi bolso y me fui derecho a trabajar.
Tenía muchas cosas que pagar, la renta, los gastos comunes, una cama, unas botas, llenar mi refrigerador, y no me alcanzaba el dinero que ganaba en la cafetería, sabía que si le decía a Doris ella me iba a ayudar pero no quería abusar más de ella, Yeni que conseguir un trabajo, bueno, digno y que sea en la noche, así podría continuar con mi trabajo en la cafetería, mientras iba caminando y pensando en cómo resolverlo me volvió esa sensación rara, como si alguien me persigue, me di media vuelta pero no había nadie, bueno si, gente caminando como yo pero normal, creo que de verdad me estoy quedando paranoica.
Apresure el paso y al llegar ya estaba Doris abriendo la cafetería, espero hoy sea un día tranquilo...NO OLVIDEN DEJAR SU VOTO Y COMENTAR!! GRACIAS LAS QUIERO 💕
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El diablo italiano
RomanceEmma Smith cansada de los maltratos en su hogar decide fugarse de su país para refugiarse en Italia. Maximo Salvatore empresario, millonario al parecer todo lo que está bien, está en busca de una mujer para lograr conseguir el negocio más grande de...