Capítulo 22

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Emma

Estábamos sentadas cenando, aprovechando a comer aquí para no volver a pedir comida china.
-Oye Aless.-Ella levanta la vista para mirarme.-No te cae muy bien Sebas no?.- Solté para tener un tema de conversación.
-A con que era verdad.-Dijo sería.
-Que cosa?.-Y continué comiendo.
-Eso de que ahora son amigos.- Se notaba que estaba algo molesta y eso me dio risa.
-Bueno él lo ofreció y yo no me pude negar.-Esto último lo dije con un tono de burla.
-El lo ofreció? Que acaso es del siglo pasado o que?.
-No lo sé, capaz es de esas personas que cuando se enamora va a tu casa a pedir tu mano a tus padres.-Y Aless se ahoga con un pedazo de carne y yo suelto la risa.
-Que horror!.-Dijo Aless algo sorprendida
-Aun no me respondiste.-Dije insistiendo volver al tema.
-Que cosa?
-Si Sebas te cae mal.
-No me cae mal solo que nose.-Dijo algo preocupada.-No se que me pasa.
-Yo creo que si se.-Y ella me mira atenta.-Creo que te gusta y no lo quieres admitir.-Iba a decirme algo pero la corte.-Y es entendible Aless, el chico es atractivo.-Agregué para que sintiera confianza en mi.
-Bueno eso no se puede negar, es atractivo, pero cuando tenga en claro que es lo que siento te lo diré, ahora dime tú algo.-Y ahora es ella la que pregunta.
-Que cosa?
-Cuéntame como me vas a ayudar con mi independencia.
Mierda! Me había olvidado.
-Eso es una sorpresa.-Respondí para que no sospechara que me había olvidado por completo del tema.
-Bien, que vamos a hacer ahora?.-Está vez pregunto cambiando por completo el tema.
-Me sobró algo de dinero así que acompáñame a comprar un par de botas nuevas y alguna zapatillas, y porque no algo de ropa si es que alcanza.
-Perfecto !!! Y luego tú acompáñame a una tienda de electrodomésticos.
-Mm que te vas a comprar.-Dije terminado mi plato.
-Sorpresa amiga.
Terminamos y ambas nos dirigimos a una tienda de zapatillas, me compré dos pares, luego fuimos a una tienda de rompa y compré varias prendas, incluyendo un abrigo nuevo, y ya cuando estaba casi sin dinero decidí decirle que vayamos a su tienda y luego nos fuéramos a casa, ya estaba cansada y sin dinero era hora de partir. Ella ingresó a la tienda y me excuse de mi cansancio para sentarme en una banca fuera de la tienda a esperarla, aless no se opuso y me resultó raro pero era justo lo que necesitaba para aprovechar a hacer una llamada.

-Señor Louis cómo se encuentra?.-Pregunté ni bien respondió.
El señor Louis era el dueño del viejo edificio donde vivo.
-Emma siempre es un placer escucharte cómo estás tú?.-Me pregunta esta vez el anciano.
Louis tenía 75 años un anciano para mi punto de vista.
-Yo bien señor, pero estaría mejor si usted acepta una oferta que tengo para usted que no puede negarse.-Escucho como ríe del otro lado.

Estuve hablando con él por 20 minutos y cuando veo a Aless venir hacia mi termino mi llamada.
-Listo Emmis podemos irnos ya si gustas.
-No compraste nada?.-Preguntó al verla con las manos vacías.
-Oh emm no no tenían lo que buscaba.
-Oh es una lástima.-Me paro para ya partir.-Vamos entonces.

Llegamos a casa y ambas hicimos el mismo procedimiento, nos tiramos rendidas en el sofá.
Luego de 10 minutos que ninguna hablo yo rompo el silencio.
-Aless que tienes que hacer mañana por la tarde?
-La verdad? Nada, mi vida es un aburrimiento.
-Puedes venir a casa? Necesito que me ayudes con todo lo que compramos hoy.- Me excuse.
-No te preocupes cuando salga de la universidad vengo para acá.
-O mejor pasa por la cafetería no creo que aún allá terminado allí.
-Tienes razón.- Y volvimos a quedar en silencio. El silencio entre nosotras era lindo, era cómodo y disfrutaba estar así con ella.
-Emma.-Está vez es ella la que rompe silencio.
-Si?
-Porque no te vuelves a anotar en la universidad?.
Y era una buena pregunta pero ya sabía mi respuesta.
-No tengo tiempo para ser sincera y no puedo darme el lujo de renunciar a Lucifer o a la cafetería.
-Pero y si trabajas solo los fines de semana en Lucifer y en la semana en la cafetería? Aún así no llegas?
-Podría intentar pero no quisiera arriesgar.
-Entiendo, si sabes que si precisas dinero yo te puedo ayudar verdad?
Y la mire con amor, ella era una excelente amiga y no necesitaba pedirle ayuda nunca, ella sola se ofrecía. Creo que cuando un vínculo es bueno, sincero, y honesto las cosas fluyen por sí solas como nos paso a mi y a Aless que en cuestión de poco tiempo se volvió una pieza fundamental en mi vida.
-Gracias Aless por el momento no precisó y no quisiera pedirte por eso no me animaría a renunciar.
-Te entiendo.
Estuvimos tiradas en el sofá otra hora más charlando de la vida y cada tanto me tiraba frases que involucraban a Sebas que hacía que mis sospechas aumentaran, hasta que tuve la necesidad de ir al baño y me disculpe para levantarme de mi lugar.
-Ya vengo Aless.-Y me paré. Dentro del baño escucho como suena el timbre y por lo que logré adivinar Aless atiende. Me apresuré por si precisaba algo y al salir no entendía lo que pasaba.
-Que es esto Aless.-Pregunté dudosa señalando la enorme caja en el pequeño living de la casa.
-Esto amiga mía.-Y gira la caja dejándome ver la imagen de lo que contenía dentro..-Es una hermosa televisión!
Y no podía creer lo que estaba pasando, había comprado una tele para el comedor más grande que el armario que habíamos comprado la vez pasada para el living, o eso era mi impresión.
-Aless no puede ser, estás loca???
-Siii!!! Eso es obvio!!.-Y suelto una risa sonora, no sabía si era por la emoción o por su clara confesión, me tiro a sus brazos abrazándola esta yo esta ves, y creo que la impresiono, siempre era ella la que nos abrazaba pero esta ves los roles cambiaron, la llene de besos en su cara y soltó otra risa.
-Oye ya para que no soy Máximo.
Y frene en seco y la mire.
-Y eso porque?
-Mmm eh visto como lo miras y él a ti,  Y es entendible Emma, el chico es atractivo.-Repite lo mismo que yo le había dicho hace unas horas.
-Juro que en otro momento te estaría estrangulando justo en ese sofá.-Y lo señalo a nuestro lado.-Pero te salvas por la hermosa compra que hiciste, eso si, ahora por tu enorme bocoya colocarás sola la televisión mientras yo te observo a lo lejos mientras sufres.
-Si si claro la "hermosa compra".- y me vuelve a provocar
-Ya cállate Aless o hoy duermes en el piso.
-Está bien, está bien.-Y alza sus manos.
Mientras observo desde la cocina a Aless luchar con la televisión que notoriamente es más grande que ella pero entro a la perfección en el mueble destinado para eso, voy preparando un café para mirar una película esta ves si estaba cansada mañana al trabajar sería por una buena causa.

El diablo italiano Donde viven las historias. Descúbrelo ahora