XIV

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Después de asegurarse de que Louis y Theo estuvieran cómodos, Harry se dedicó a ordenar el departamento. Comenzó recogiendo la basura que había en el piso, pequeños papeles y envoltorios que se habían acumulado durante el día. Con movimientos rápidos y decididos, fue llenando una bolsa de residuos, intentando hacer el menor ruido posible.

Cuando terminó, agarró la escoba y barrió con cuidado el suelo, asegurándose de limpiar cada rincón. Mientras barría, sus pensamientos iban y venían, pero siempre volvían a Louis. Se preguntaba cómo alguien tan fuerte como él, que había pasado por tanto, podía estar tan agotado. Theo lo necesitaba, pero Louis también merecía un descanso. Y Harry quería ser quien le diera esa oportunidad de respirar.

Una vez que el suelo estuvo limpio, acomodó los cojines del sofá, dobló una manta que estaba tirada y arregló algunos objetos fuera de lugar. Se aseguró de que todo estuviera en su sitio, creando un ambiente más acogedor y ordenado. Quería que Louis se despertara en un lugar que le transmitiera paz, que lo ayudara a recuperar la energía que tanto necesitaba.

Cuando finalmente terminó, se quedó un momento observando el resultado. El departamento se veía mucho mejor, y una sensación de satisfacción se instaló en su pecho. Con un último vistazo hacia la habitación donde Louis y Theo descansaban, Harry se dirigió a la cocina, pensando en prepararse un té y esperar a que Louis despertara.

Harry se preparó una taza de té, sintiendo el reconfortante calor del líquido entre sus manos. Necesitaba ese momento para relajarse, después de todo lo que había sucedido en las últimas horas. Mientras el aroma del té llenaba la cocina, caminó hacia la ventana del departamento y la abrió de par en par, dejando que una suave brisa fresca entrara y renovara el aire cargado del lugar.

El viento arrastró con él los sonidos de la ciudad, que, aunque tenues, lograban filtrarse en la tranquilidad del departamento. Colocó una silla justo frente a la ventana, buscando ese pequeño espacio donde podía respirar hondo y despejar su mente. Se sentó, apoyando la espalda contra el respaldo y observando el cielo que comenzaba a oscurecerse. El aire fresco le despejaba la cabeza, pero sus pensamientos seguían centrados en Louis y Theo.

Mientras sorbía su té en silencio, intentó imaginar qué pasaría ahora. Sabía que Louis necesitaba su tiempo, y él estaba dispuesto a dárselo, pero también se sentía responsable, como si de alguna manera estuviera llamado a cuidar de ellos.

Los minutos pasaban lentamente, el sonido del té al removerse en su taza, el viento, y la tranquilidad del entorno lo relajaban, mientras sus ojos seguían perdidos en el horizonte, lleno de luces parpadeantes que aparecían en la distancia.

Sintió el suave llanto de Theo, casi como un eco distante que resonaba en la calma del departamento. Pensó que debía tener hambre, así que se levantó lentamente de su silla, su mente repasando las últimas horas y cómo Louis parecía agotado. Caminó con paso silencioso hacia la habitación, cuidando de no hacer ruido. El aire parecía cargado, y cada paso lo acercaba más a una sensación extraña de incertidumbre.

Cuando finalmente giró el picaporte y abrió la puerta, el mundo se detuvo por un instante.

Allí, en la penumbra de la habitación, Louis estaba sentado en la cama, con la mirada baja y los ojos perdidos en Theo. El pequeño descansaba en sus brazos, su carita pegada al pecho de Louis, buscando consuelo. La camiseta de Louis estaba hacia un lado, dejando al descubierto parte de su piel pálida. Con una mano temblorosa sostenía su pequeño seno, intentando alimentar a su cachorro de nuevo, como si quisiera recuperar algo que había perdido en los últimos meses.

El silencio era pesado, interrumpido solo por los suaves sonidos de Theo, y la imagen frente a Harry le pareció a la vez frágil y poderosa.

Harry parpadeó varias veces, sintiendo que había cruzado una línea invisible. No debía estar allí, invadiendo ese momento íntimo entre Louis y Theo. Estaba a punto de retroceder y salir en silencio cuando escuchó la voz suave y vulnerable de Louis.

El vecino: Bajo el Mismo TechoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora