Harry cumplía años y, aunque no lo celebraba por gusto, su familia había insistido en que lo hiciera, recordándole que últimamente apenas tenía tiempo para hablar con ellos. Así que ahí estaban, entre preparativos, decorando y organizando todo para su cumpleaños. Las luces colgaban en la pared, la mesa estaba llena de platos y vasos, y el ambiente comenzaba a tomar forma de celebración.
Harry observaba desde un rincón, ajustando una guirnalda cuando notó que Louis parecía algo distante, moviéndose con una calma tensa. Preocupado, se acercó despacio, queriendo asegurarse de que Louis no se sintiera fuera de lugar o incómodo.
-Sabes que no tienes que estar aquí si no lo deseas, Lou... no quiero que te sientas abrumado- murmuró Harry en voz baja, colocando una mano suave en el brazo de Louis para llamar su atención. Había una suavidad en su tono, casi como si caminara en puntillas alrededor de los miedos de Louis.
El alfa todavía sentía algo de miedo, un miedo persistente de que, en algún momento, Louis lo rechazara debido a sus inseguridades. Por eso iba lento. Preguntaba si estaba bien besarle, si los abrazos eran bienvenidos, siempre asegurándose de no invadir el espacio de Louis. Quería ser paciente, darle el control de su propio tiempo, pero también le costaba. Quería más, pero sabía que Louis necesitaba ese ritmo.
Louis giró la cabeza para mirarlo, notando la preocupación en los ojos de Harry. Le sonrió de manera tenue, una sonrisa pequeña pero honesta.
-No te preocupes- respondió Louis, sacudiendo un poco la cabeza. -Si no quisiera estar aquí, ya me habría ido. Pero...- hizo una pausa, mirando a su alrededor-es tu cumpleaños, y no me lo perdería por nada.
Harry suspiró, aliviado pero aún precavido. Su mano permaneció en el brazo de Louis por un segundo más, antes de retirarla lentamente, casi como si temiera haber tocado demasiado. Sus ojos buscaron los de Louis, intentando leer algo más en su expresión, pero encontró calma.
-Gracias- dijo Harry con una leve sonrisa, inclinándose un poco para susurrar cerca de su oído. -Solo quiero que te sientas bien. No tienes que hacer más de lo que puedas manejar.
Louis asintió, sabiendo que, aunque estaba allí, las reuniones familiares y las multitudes lo hacían sentir incómodo a veces. Sin embargo, estar junto a Harry, aunque todavía nuevo y lleno de desafíos, le daba una sensación de seguridad que no había sentido en mucho tiempo.
-Estoy bien- afirmó finalmente Louis. -De verdad.
Harry sonrió con más confianza, asintiendo. -Dime si te sientes abrumado, ¿sí? Más por los alfas... yo- tartamudeó un poco, sus ojos reflejando preocupación -solo dime.
Louis lo miró con ternura, entendiendo esa inquietud que Harry cargaba cada vez que había más personas, especialmente alfas, a su alrededor. Sabía que no era fácil para él, pero también sabía que Harry estaba aprendiendo a confiar.
-Está bien- respondió Louis con calma. -Voy a estar bien. Ya hemos hablado de esto, y sabes que lo he estado trabajando con mi terapeuta.
Oh, eso... Louis había empezado a ir a terapia. Aquello definitivamente había sido un paso enorme. No solo para él, sino para su relación con Harry. Fue difícil al principio, sentarse en esa sala, abrirse a un desconocido, enfrentarse a sus miedos y al dolor que llevaba dentro desde hace tanto. Pero había funcionado. Poco a poco, Louis empezaba a sentirse más fuerte, a controlar mejor sus emociones, sus recuerdos, y sobre todo, la ansiedad que le causaba estar rodeado de alfas.
-Lo sé- dijo Harry suavemente, admirando la valentía que veía en Louis. -Estoy orgulloso de ti, de todo lo que estás haciendo. Pero no tienes que ser fuerte todo el tiempo, ¿sabes? No conmigo.
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El vecino: Bajo el Mismo Techo
RomansaHarry había vivido casi toda su vida en soledad, atrapado en un vacío que lo seguía a pesar de ser un alfa atractivo y deseado. Muchos se preguntaban cómo alguien como él podía estar soltero tanto tiempo, pero Harry se había aislado tras muros invis...