XXVII

32 4 0
                                    

Habían pasado todo el día uno al lado del otro, explorando cada rincón del encantador centro de East Sussex. Harry le había mostrado lugares especiales que significaban mucho para él: el mercado local con sus coloridos puestos de frutas y verduras, las ferias llenas de risas y música, y esos pequeños cafés donde el aroma del café recién hecho impregnaba el aire.

Louis nunca se había imaginado que Harry fuera tan conocido y querido por todos. Cada vez que daban un par de pasos, alguien se acercaba a saludarlo, sonriendo con calidez y preguntando por qué había estado ausente. Las miradas de admiración y la energía positiva que rodeaban a Harry hacían que Louis se sintiera orgulloso, aunque un poco abrumado.

-Te han extrañado mucho, ¿verdad? -comentó Louis con una sonrisa, mientras observaba cómo Harry intercambiaba abrazos y risas con los lugareños.

-Sí, parece que sí -respondió Harry, encogiéndose de hombros con humildad. -Pero esto no es nada comparado con lo que siento al estar aquí contigo.

Louis sintió que su corazón se llenaba de calidez al escuchar esas palabras. En medio de todo el bullicio, la forma en que Harry lo miraba, como si fuera lo único que realmente importara, lo hacía sentir especial.

-Vamos a ese puesto de flores -sugirió Louis, señalando un colorido stand lleno de tulipanes y girasoles.

-Claro, tú eliges -dijo Harry, sonriendo mientras se dirigían hacia el puesto.

Louis sonrió, sintiéndose cada vez más en casa en ese nuevo mundo que Harry le había presentado.

-¿Me esperas aquí? Debo comprar un par de cosas... -dijo Harry, mirando a Louis con una sonrisa cómplice.

-¿No te puedo acompañar? -preguntó Louis, sintiendo curiosidad.

-Es para nuestra cita -respondió Harry, guiñándole un ojo.

Louis frunció el ceño, pero su curiosidad creció.

-¿Qué estás planeando? -inquirió, sintiendo un pequeño cosquilleo de emoción.

-Solo un pequeño detalle. Prometo que no tardaré -Harry le dio un suave apretón en el hombro antes de comenzar a alejarse.

Louis lo observó mientras se perdía entre la multitud. Se quedó ahí, disfrutando del ambiente, mientras su mente divagaba en pensamientos sobre la cita. A medida que las personas pasaban, se dio cuenta de cuánto había cambiado su vida desde que Harry había entrado en ella.

-Espero que sea algo especial -murmuró para sí mismo, sintiéndose un poco ansioso, pero también emocionado por lo que Harry estaba planeando.

Mientras esperaba, miró a su alrededor, observando a los vendedores, los niños riendo y jugando, y las parejas disfrutando de su día. Todo parecía tan perfecto y lleno de vida. Louis se sintió agradecido de poder ser parte de ese momento, aunque aún había una parte de él que se sentía insegura.

-¿Crees que a mamá le guste? -preguntó Harry a Theo, observando la cadena de plata con un pequeño dije que había elegido.

-Mamá -rió Theo, emocionado con la idea.

-Sí, para mamá... -rió Harry, sintiéndose cálido al pensar en el gesto-. Hola, buen día -saludó a un joven que trabajaba en el puesto.

El muchacho se dio la vuelta, conectando su mirada con Harry y luego con Theo.

-¡Styles!

-¡Marcus! Hey, ¿cómo estás?

-Muy bien, muchacho, ¿y tú?

-Todo bien. Volver a East hace bien; Londres es caótico.

-¿Tienes un hijo ahora? -cuestionó Marcus, señalando a Theo con una sonrisa.

-Algo así... -respondió Harry, encogiéndose de hombros.

-¿Algo así? -replicó Marcus, levantando una ceja.

-Sí... es complicado.

-Papá -rió Theo, haciendo eco de la conversación, sin entender del todo.

-Yo veo que el niño es tu hijo, Styles. No me mientas -dijo Marcus, cruzando los brazos y sonriendo, disfrutando de la situación.

Harry se rió, mirando a Theo con orgullo.

-Sí, tienes razón. Es mi hijo. Se llama Theo.

-¡Enhorabuena! -exclamó Marcus, dándole una palmada en la espalda a Harry. -Tienes un gran pequeño aquí.

Harry sonrió, sintiéndose más conectado que nunca a su vida.

-Sí, bueno... es algo complicado, pero aquí estamos -rió Harry, acariciando la cabeza de Theo mientras observaba la cadena en sus manos-. Quería comprarle un collar a...

-¿A tu omega? -interrumpió Marcus con una sonrisa cómplice.

-Sí... bueno, todavía no es mi omega -aclaró Harry, con un leve encogimiento de hombros y una pequeña risa nerviosa.

-Pero tienen un cachorro -dijo Marcus, visiblemente desconcertado mientras señalaba a Theo, que jugaba con una pequeña pieza de fruta que había llevado consigo.

Era comprensible que Marcus estuviera confundido; la situación no era fácil de explicar. Harry miró a Theo, consciente de que su hijo estaba comenzando a entender las conversaciones a su alrededor. No era el momento ni el lugar para desmenuzar toda la historia entre él, Louis y Theo.

-Bueno, después te explicaré mejor para que lo entiendas... -dijo Harry con una sonrisa más suave, tratando de pasar la conversación por alto.

-Está bien, no te preocupes -respondió Marcus, todavía intrigado pero respetando la reserva de Harry-. Ahora dime, ¿este collar es el que deseas? Seguro que a ella le encantará.

-Eso espero... aunque no estoy completamente seguro de si le gustará -Harry pasó los dedos por la delicada cadena, su mirada perdida en pensamientos. -El merece lo mejor.-

-¿"Él"? -repitió Marcus, sorprendido. Su sonrisa se ensanchó mientras procesaba la revelación-. Entonces, ¿es un omega?

-Sí... -murmuró Harry, sintiendo que el ambiente se volvía un poco más íntimo y cargado de significado-. Pero ya sabes, no es tan sencillo.

-No sabía que te gustaran los omegas, Styles... ¿quién lo diría? -bromeó Marcus, con una ceja alzada y una sonrisa divertida.

-Tampoco es la gran cosa, Marcus... -respondió Harry, sintiendo el calor subir a sus mejillas, visiblemente incómodo pero tratando de disimularlo.

-Es la gran cosa -insistió Marcus, cruzándose de brazos, claramente disfrutando de la reacción de Harry-. Tienes un omega, un cachorro... estás entrando en territorio serio, amigo.

Harry se encogió de hombros, sus mejillas aún enrojecidas mientras desviaba la mirada hacia Theo, quien jugaba ajeno a la conversación.

-Sí, bueno... ya sabes cómo es. Todo ha sido rápido, pero... se siente bien. -murmuró Harry, más para sí mismo que para Marcus, como si intentara convencerse de que no tenía por qué avergonzarse de lo que estaba construyendo con Louis.

Marcus sonrió, bajando un poco el tono de su voz al notar lo importante que era para Harry.

-Escucha, Styles... no todos los días ves a alguien como tú tan entregado. Solo digo que, quien sea ese omega, debe ser alguien especial.

-Sí, lo es. Por eso, necesito un buen regalo -dijo Harry, mientras su mirada recorría los dijes y collares frente a él, su mente en Louis.

Marcus, notando la seriedad en los ojos de Harry, asintió con una sonrisa. -Entonces, tienes que escoger algo que lo deje sin palabras. ¿Qué tienes en mente?

Harry acarició la cabeza de Theo, quien seguía entretenido con sus jugueteos, mientras señalaba un collar con un pequeño dije en forma de luna, simple pero elegante, con un toque de brillo en su centro.

-Este... creo que le gustaría. Algo discreto, pero significativo -comentó, girando el dije entre sus dedos.

-Buena elección. Sobrio, pero con carácter. Perfecto para alguien especial -respondió Marcus, sacándolo del estuche con cuidado.

Harry sonrió, imaginando el rostro de Louis al recibir el regalo. Hoy era un día importante para ellos, y quería que todo fuera perfecto.

El vecino: Bajo el Mismo TechoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora