Harry besaba a Louis con una ternura profunda, cada contacto de sus labios sobre su piel era delicado y lleno de amor. Primero recorrió sus labios, sintiendo cómo respondían con una suavidad temblorosa, luego llevó sus besos a sus mejillas, dejando un rastro cálido y reconfortante. Sus labios rozaron los párpados cerrados de Louis, que apenas contenían una mezcla de emoción y nerviosismo, y continuaron su camino hacia su cuello, pausando allí, sintiendo el latido rápido y agitado de Louis bajo sus labios. Harry inhaló, percibiendo su esencia, permitiendo que sus labios acariciaran también la curva de sus clavículas, como si cada beso fuese una promesa silenciosa de cuidado.
-Dime si te incomodo, Lou. Solo tienes que decirme y me detengo -murmuró Harry, su voz baja y llena de seguridad, mientras miraba a Louis con una paciencia infinita.
Louis asintió despacio, sus dedos entrelazados en la nuca de Harry, sosteniéndose de él como un ancla en medio de sus propios miedos. Con sus ojos cerrados, intentaba calmarse, diciéndose a sí mismo que todo estaba bien, que era seguro, que este momento era real, y que Harry no le haría daño.
-Necesito escucharte, Lou -dijo Harry, con esa calma que sólo él sabía transmitir-. Necesito que me digas qué quieres, que me digas con palabras. Dime si puedo besarte, si puedo tocarte... no haremos nada que no desees.
La voz de Harry era un refugio que lo invitaba a confiar, a ser honesto consigo mismo. Louis respiró profundamente y abrió los ojos, encontrándose con la mirada serena y amorosa de Harry. Su corazón latía con fuerza, pero no era miedo; era el latido de alguien que se siente protegido.
-Sí... -susurró Louis, su voz casi quebrada pero firme en su decisión-. Puedes besarme, Harry. Quiero que me beses.
La sonrisa de Harry fue suave, comprensiva, y volvió a inclinarse sobre él, acariciando sus labios con una dulzura renovada. Sus movimientos eran lentos y llenos de ternura, como si estuviera dispuesto a esperar todo el tiempo del mundo para que Louis se sintiera cómodo. Cada caricia, cada beso sobre su piel transmitía seguridad y afecto, haciendo que Louis sintiera cómo su cuerpo se relajaba poco a poco, confiando en el alfa que lo tenía en sus brazos.
Harry se acercó despacio, como si cada movimiento estuviera cuidadosamente pensado para no sobresaltar a Louis. La calidez de su presencia era reconfortante; se sentía como un refugio seguro, el único lugar en el que Louis quería estar en ese momento, aunque su corazón latía con nerviosismo.
-¿Puedo sacarte la ropa? -preguntó Harry en un susurro bajo, casi reverente, con sus manos apenas rozando los costados de Louis.
Louis respiró hondo, sintiendo una mezcla de emociones que lo abrumaba. Se mordió el labio, inseguro, pero deseando entregarse, de a poco, a ese amor que tanto lo llenaba.
-Eh-eh... dejemos la remera -respondió en voz baja, su mirada desviándose hacia otro lado por la vergüenza. Sentía un leve temblor en su cuerpo, pero la firme y suave presencia de Harry parecía calmarlo poco a poco.
Harry le sonrió, un gesto suave y lleno de comprensión, y acarició su mejilla con delicadeza.
-Está bien, amor mio. No tenemos que hacer nada que no quieras -dijo, y su voz era un abrazo en sí misma. Sus palabras eran lentas, pensadas, y su mirada permanecía clavada en la de Louis, comunicando una certeza serena.
Harry acercó sus labios a la frente de Louis y dejó un beso allí, un toque lleno de cariño que hizo que Louis cerrara los ojos por un momento, relajándose bajo esa cálida ternura. Louis se armó de valor y respondió con un susurro tembloroso:
-Puedes besarme... donde-donde quieras... -hizo una pausa y tragó, luchando contra sus miedos-. Pero... apaga la luz, por favor.
Harry negó suavemente, manteniendo el contacto visual, transmitiéndole una confianza que parecía calmar el torbellino de inseguridades de Louis.
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El vecino: Bajo el Mismo Techo
RomanceHarry había vivido casi toda su vida en soledad, atrapado en un vacío que lo seguía a pesar de ser un alfa atractivo y deseado. Muchos se preguntaban cómo alguien como él podía estar soltero tanto tiempo, pero Harry se había aislado tras muros invis...