XXXVIII

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Louis se encontraba en la sala de espera, tratando de controlar el temblor en sus manos. Se mordía las uñas nerviosamente, su mente atrapada en un torbellino de pensamientos y miedos que parecían no tener fin. Había decidido ir solo, no quería que Harry lo viera en ese estado. No quería agregarle más preocupaciones, ni hacer que se sintiera responsable de algo que no podía cambiar.

Respiró profundamente, intentando convencerse de que todo estaría bien. Harry lo amaba, lo había demostrado de tantas maneras, y Louis confiaba en él... ¿verdad? Pero, a pesar de esa certeza, había una sombra que lo acechaba, un miedo que le susurraba que tal vez las cosas cambiarían, que, si los análisis mostraban una enfermedad de transmisión sexual, tal vez Harry vería en él las cicatrices de una historia que no había elegido.

Apretó los puños, intentando calmar la angustia. -Harry me ama, pase lo que pase- pensó para sí mismo, aferrándose a esa idea. Pero... ¿y si el peso de su pasado fuera demasiado para él? ¿Y si verlo como alguien "usado" o "roto" apagaba ese amor? La duda lo carcomía por dentro.

Sintió que su pecho se encogía mientras revivía recuerdos dolorosos. Aquella noche había cambiado tantas cosas en él; había dejado heridas que aún trataba de sanar, heridas que lo hacían sentir vulnerable, y en ocasiones, incluso indigno de ser amado.

Pero Harry... Harry había estado a su lado, lo había tomado en sus brazos y lo había aceptado con cada una de sus cicatrices. Louis respiró hondo y cerró los ojos, intentando encontrar en esos recuerdos de ternura el valor para enfrentar el momento.

-Harry me ama- repitió en su mente, como un mantra, como si esas palabras fueran el escudo que necesitaba para soportar lo que viniera después.

Finalmente, el sonido de su nombre lo sacó de sus pensamientos. Se levantó lentamente, sintiendo cómo su corazón latía con fuerza.

Louis se mordió el labio con tanta fuerza que sintió el sabor metálico de la sangre. Con el pulso acelerado, avanzó hacia la recepción, cada paso se sentía más pesado que el anterior.

Al llegar, la enfermera le entregó un sobre sellado. Louis lo tomó con manos temblorosas, apenas pudiendo mantenerlo firme. Cada segundo que pasaba sentía cómo la ansiedad aumentaba, apretándole el pecho, y cómo su mente dibujaba escenarios, cada uno peor que el anterior.

-Solo un papel.- se dijo a sí mismo, intentando calmarse. -Harry estará conmigo, pase lo que pase.-

Apretó el sobre contra su pecho por un momento, como si quisiera absorber algún tipo de valor de la simple hoja dentro. Con un último respiro tembloroso, abrió el sobre, preparándose para enfrentar lo que fuera que encontrara en su interior.

Louis repasó el documento con una mezcla de ansiedad y resignación, sus ojos moviéndose de un párrafo a otro, captando cada palabra como si fueran latidos acelerados. Pasó por sus datos personales: nombre, fecha de nacimiento, y el doloroso recordatorio de su género marcado con el término "Omega." Su estómago se retorció al leer cada procedimiento que le habían hecho, imaginando las muestras y los análisis a los que había sido sometido, todos los detalles invasivos y fríos que ahora se resumían en una hoja de papel.

Cuando llegó al apartado del "Examen físico," sintió un nudo formarse en su garganta. Cerró los ojos por un segundo, buscando fuerza en lo más profundo de su ser. Era un acto de valentía y de dolor al mismo tiempo, enfrentarse a lo que decía ese informe. Sostenía el papel con ambas manos, sus nudillos blancos de la tensión, mientras trataba de recordar la promesa de Harry: él estaría allí para él, sin importar lo que dijeran esos resultados.

Aún así, leerlo en voz baja para sí mismo parecía ayudarlo a calmarse, así que susurró mientras pasaba los ojos por cada línea:

"Análisis de Enfermedades de Transmisión Sexual.

Paciente: Louis William Tomlinson
Género: Hombre, Omega
Fecha de nacimiento: 23 de Octubre de 1991 (22 años)
Antecedentes médicos: Ninguno
Antecedentes de maternidad: Embarazo regular, vía cesárea

Análisis realizados el día 01 de Noviembre:

• Muestra de sangre: para detectar infecciones de transmisión sanguínea, incluyendo VIH, hepatitis B y C, sífilis.
• Muestra de orina: para detección de infecciones bacterianas o virales en el tracto urinario.
• Hisopado del interior de la boca: para identificar cualquier rastro de infecciones bacterianas o virales presentes en la cavidad oral.
• Hisopado del cuello del útero y cérvix: para verificar presencia de HPV, clamidia, gonorrea y otras infecciones que puedan afectar el área.
• Hisopado de flujo y de llagas: para análisis de secreciones o lesiones, en busca de infecciones virales o bacterianas.
• Examen físico: revisión visual y manual en busca de cualquier anormalidad o signo visible de infección.

Resultados obtenidos:

• VIH: Negativo
• Hepatitis B y C: Negativo
• Sífilis: Negativo
• Clamidia: Negativo
• Gonorrea: Negativo
• HPV (Virus del Papiloma Humano): No detectado
• Herpes Simple tipo 1 y 2: Negativo
• Otros virus y bacterias: No detectados

Observación clínica adicional:
Durante el examen físico, se observó una leve cicatriz en el área del cérvix, resultado de un desgarro que no fue tratado adecuadamente y que presenta signos de tejido cicatricial. El tejido es consistente con una lesión previa que sanó de manera espontánea, sin tratamiento médico.

Recomendación médica:
Se sugiere una consulta adicional con un especialista para evaluar posibles tratamientos en la zona afectada y asegurar que la cicatriz no cause problemas futuros. Además, el paciente puede beneficiarse de un seguimiento psicológico y emocional para ayudar en la sanación integral, considerando el contexto que rodea su historial."

Louis soltó un largo suspiro, sintiendo una extraña mezcla de alivio y tristeza. Los resultados no mostraban enfermedades graves, pero leer la parte sobre la cicatriz en el cérvix fue como un recordatorio doloroso de la noche que le había dejado esas heridas. Por un momento, el peso de todo lo que había pasado pareció oprimirle el pecho, pero luego, en un acto de valentía silenciosa, se dijo a sí mismo que sobreviviría. Y aunque la herida no era visible, él sabía que con Harry a su lado, algún día la sentiría completamente sanada.

El vecino: Bajo el Mismo TechoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora