Cuatro días habían pasado y Louis aún no se había metido al mar. Solo había sentido el roce del agua en sus pies, pero nunca se atrevió a sumergirse. Harry, por su parte, no protestó ni preguntó ni presionó. Aceptó la situación con una paciencia que a veces sorprendía a Louis.
Pero Louis no podía evitar ver cuánto deseaba Harry que él estuviera allí con ellos. Cada vez que Harry corría hacia el agua con Theo en brazos, la felicidad brillaba en su rostro, como un niño emocionado por la llegada de un día de aventuras. Se zambullía en el agua con una risa que resonaba en el aire, y Louis podía sentir la esperanza de Harry flotando en el ambiente, esperando que él se uniera a ellos.
Mientras tanto, Louis se quedaba en la orilla, bajo la sombrilla, con su piel completamente cubierta por la ropa, como si fuera un escudo contra todo lo que el mar representaba. Miraba cómo el sol se reflejaba en el agua, creando destellos que lo hipnotizaban, pero la idea de sumergirse, de abrirse a esa experiencia, lo llenaba de ansiedad.
Recordaba su infancia, las inseguridades que lo habían seguido durante años. Sentía que el mar era un mundo nuevo, vasto y aterrador, uno al que no estaba seguro de querer enfrentarse. Aunque Harry le había mostrado un amor que desbordaba ternura y comprensión, la idea de estar expuesto, vulnerable, lo hacía retroceder.
-¡Vamos, Lou! -gritó Harry, su voz rebosante de alegría, mientras agitaba los brazos en señal de invitación. Theo reía, chapoteando en el agua, claramente disfrutando del momento.
Louis sonrió débilmente, pero no se movió. La imagen de su pequeño y Harry en el agua lo conmovía, pero al mismo tiempo, lo mantenía atrapado en su propio miedo. Sabía que debía dejarse llevar, que debía unirse a la felicidad de su familia, pero la duda seguía aferrándose a su corazón.
Cada día que pasaba en la orilla, se prometía a sí mismo que al siguiente lo intentaría, que se permitiría ser parte de ese mundo que Harry y Theo disfrutaban. Pero al final, siempre se encontraba bajo la sombrilla, observando desde lejos, sintiéndose cada vez más un extraño en su propia vida.
Harry le había preguntado si estaba bien en susurros en medio de la noche, su voz suave como un canto de cuna. Le había besado con ternura, asegurándole que todo estaba bien, hasta que ambos se dejaban llevar por el sueño. Cada noche era la misma rutina, una danza de cuidado y amor que Louis valoraba profundamente.
Pero el omega no decía nada. Y eso lo hacía sentir mal, como si estuviera fallándole a Harry de la manera más elemental. Sabía que no le estaba brindando ni la más mínima pizca de lo que su alfa merecía.
Allí estaba Harry, aún sonriendo, jugando con Theo en la orilla del mar. Se sentaban juntos, sus risas resonaban en el aire, llenando el espacio con una alegría contagiosa. Theo chapoteaba en el agua, su pequeño cuerpo brillando bajo el sol, mientras Harry lo animaba a saltar las olas. Esa imagen, tan sencilla y tan perfecta, desgarraba el corazón de Louis.
El amor que irradiaban, esa conexión genuina entre padre e hijo, era algo que Louis siempre había deseado experimentar. Pero se sentía como un espectador, atrapado en su propio mundo de dudas y miedos. Mientras veía a Harry jugar, su sonrisa iluminando su rostro, una parte de él quería correr y unirse a ellos, pero otra parte lo mantenía anclado en la orilla, temeroso de la vulnerabilidad que implicaba abrirse.
Louis cerró los ojos un momento, tratando de silenciar la voz interna que lo criticaba. Sabía que debía dejar sus miedos atrás, que debía abrazar la felicidad que Harry y Theo le ofrecían. Sin embargo, el miedo a lo desconocido lo mantenía alejado, atrapado en una lucha interna que lo desgastaba cada día más.
Y allí fue cuando sintió la húmeda presencia de Harry a su lado, su aroma familiar llenando el aire, una mezcla reconfortante de sal y el dulce perfume de su piel. Louis levantó la vista y vio a Harry, su expresión iluminada por el sol que brillaba sobre el mar, y eso le hizo recordar lo mucho que lo amaba.
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El vecino: Bajo el Mismo Techo
RomanceHarry había vivido casi toda su vida en soledad, atrapado en un vacío que lo seguía a pesar de ser un alfa atractivo y deseado. Muchos se preguntaban cómo alguien como él podía estar soltero tanto tiempo, pero Harry se había aislado tras muros invis...