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Mientras Jong Sun era llevada al hospital, Bin estaba ajeno a todo ya que decidió que cada que estuviera junto a Dong Min, su teléfono estaría apagado. Da la casualidad que siempre que está con él o al menos, la mayor parte del tiempo recibe llamadas o le mandan mensajes que le quitan tiempo y por supuesto, no quiere eso.

Anduvieron comprando algunas cosas para San Ha, sus maletas, ropa y todo lo que el muchacho podría llegar a necesitar, y luego de andar de tienda en tienda, al fin tuvieron un pequeño descanso para comerse un delicioso cono de helado de vainilla.

-¿Qué más crees que puede necesitar el niño?

-No lo sé, creo que ya llevamos lo suficiente. -el alfa se quedó observando a su omega y ya que este tenía la comisura de su labio lleno del helado y como el siempre busca hasta la más mínima oportunidad pars acercarse más a él, quiso aprovechar para darle un beso. Y lo hizo.

Le dio el beso en público, quitando lo que se había derramado en el proceso y solo escuchó la queja del omega.

-Compórtate.

-¿Por qué debería? Soy un hombre enamorado. -el omega negó y apartó su mirada hacia cualquier otro sitio. Por supuesto que esto ayudó a que no notara lo que Bin sacaba de su chaqueta. -Creo que... Esto debería volver a su dueño.

Dong Min regresó su mirada y notó la pieza de plata que un día perteneció a él.

-Bin-...

-¿No crees que ya es momento de que regrese a ti? -el alfa tomó su mano y colocó el anillo, Dong Min se quedó mirando las iniciales del pelinegro y luego lo miró a él y sin comprender que era lo que su corazón sentía, se quedó en blanco.

-Se supone que este anillo se lo di a tu madre...

-Lo sé, pero ahora solo quiero que vuelv a tus manos y que sepas que eres mío tanto como yo soy tuyo.

Y sus palabras clavaron muy profundo de su pecho, tanto que pasó el resto de minutos pensando en ello, el portar aquel anillo le hacía sentía sentir extraño, pero también despertaba algo que creyó estar muerto...

En cuanto regresaron al apartamento y acomodaron las cosas que habían comprado para el niño, dio un beso fuera de la habitación de San Ha y luego... El alfa lo acorraló. Sintiéndose completamente tímido, permitió que el alfa lo besara, que se adueñara de su boca y lo guiara entre tambaleos hacia el cuarto.

Su espalda tocó la cama y tuvo que reaccionar, al menos en ese momento se obligó a hacerlo.

-B-Bin, no...

-¿No? Pero si eres tú quien me ha seducido... Solo quiero hacerme responsable. -sus labios bajaron por su mandíbula hasta su cuello, acarició sobre la tela su pezon sacándole un hermoso gemido al castaño qué lo puso al corriente de su extasis.

Las caricias en su cuerpo y los besos siguieron el rumbo de lo natural, hasta que ambos desnudos, rozandose constantemente y sin despegar sus labios, eran guiados meramente por sus deseos.

-¡Aah! -los dedos del alfa entraban y salía de su entrada, preparándolo para lo que seguía, pero era tanto la excitación qué juraba correrse en ese momento.

Y antes de que el orgasmo explotara, arremetió contra él, poniendo ambas piernas flexionadas alrededor de su cintura y embistiendolo con su dolorosa erección. Su cuerpo se contrajo del placer tan grande que le dio y más al sentir su orgasmo explotar en su vientre a la tercera penetracion.

Sus paredes apretaron con fuerza el miembro dentro suyo, sin embargo, el ritmo constante y certero le hizo sentir ansioso de más y abrazandose bien del pelinegro, comenzó a sentir como al incrementar la velocidad su punto dulce volvía a ser sobre estimulado.

Whispers of yesterday: Uncertain change |᯽| BinwooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora