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Y mientras Dong Min trataba de rehacer su vida, las desgracias en Corea no faltaban.

Regresaron de su luna de miel y lo primero que hicieron, fue visitar a Jong Sun, llevarle algunos regalos y principalmente, Seungkwan presumió su marca, muy orgulloso de la unión qué había formado con el alfa.

Después fue a la casa donde vivirían juntos de ahora en adelante, es decir, la mansión de Boo. El alfa los recibió alegremente, con una sonrisa cuando miró la marca de su hijo.

—¿Ya estás marcado, mi cielo?

—¡Siií! ¡Ahora Binnie y yo somos uno!~ —el pelinegro guardaba silencio sin decir nada y pasó de largo para guardar las maletas en la habitación que compartiría con Seungkwan de ahora en adelante.

El omega hizo escándalo con su regreso, incluso mandó a sus cocineros a preparar una deliciosa cena para celebrar su marca, su unión con su alfa; y mientras el chico se distraía lejos de él, Boo Dokyeom se acercó a él para conversar.

—No mentías con lo de ese beta. —se giró para hablar de frente. —Nunca significó nada para ti.

—Te lo dije más de una ocasión, Lee Dong Min no significó nada para mí. Yo solo he amado a Seungkwan, más nadie. —su rostro serio convencía al alfa.

—Ahora veo que así es y que todo lo que dijiste sobre hacer las cosas por el bien mío, también son ciertas. Estoy impresionado. —dijo sarcásticamente.

—¿Qué te impresiona? Siempre he sido tu lame botas y ni aún así reconoces que soy él único que está de tu lado y que también puede destruirte.

—No eres una amenaza para mí, Bin. Solo eres un payaso frustrado por poder, además, no te atreverías a delatarme sabiendo que puedes hundirte conmigo.

—Lo sé. Así que trataré de ser el mejor yerno que podrías tener, papá. —el alfa sonrió en grande y puso su mano sobre su mejilla.

—Mi hijo está en buenas manos, así como también la fortuna que te dejo.

El alfa se tragó sus palabras y nunca más en su vida volvió siquiera a mencionar a Dong Min, sin saber que la verdadera amenaza en su familia era Bin con toda la información que le estaba brindando a la policía.

Luego de una semana, Seungkwan comenzó a trabajar en aquella universidad donde su padre le había conseguido plaza mientras que Bin, ahora era un senador ocupado, tomando por ley en lugar de Boo como bien se sabía.

Si bien había soñado llegar hasta la cancillería, algunas cosas no salieron como lo planeó, no obstante, al menos su nueva función le permitía tener menos comunicación con su suegro y también, evadir qué loe estuviera mandando o vigilando, por lo que aprovechaba esos momentos libres para aportarle a Choi con el caso.

Al paso de un mes, Seungkwan insistente fue a hacerse un examen de sangre y también estaba buscando como planificar para salir cuanto antes embarazado. Para sorpresa de nadie, el omega lo había logrado, teniendo exactamente un mes y una semana de embarazo.

No le contó a Bin de inmediato, sin embargo, la revelación la hizo un día como cualquier otro en el que su esposo llegó a casa y lo esperó en la habitación. En la habitación, el alfa miró a su esposo sentado con una cajita pequeña en sus manos, al acercarse el omega reveló un adorno en porcelana de una carriola pintada a mano.

—Kwan...

—Bin, vamos a tener un bebé. —no pudo más y se abalanzó contra el alfa, dejando que su emoción explotara.

El alfa en shock solo pudo abrazarlo mientras maldecia internamente.

Seungkwan le contó a su padre, le dijo a Jong Sun, incluso hizo una cena donde reunión a ambos y no solo ellos, sino que también invitó a su mejor amigo y San para contarles con más detalles lo feliz que estaban de tener a un bebé.

Whispers of yesterday: Uncertain change |᯽| BinwooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora