𝟷𝟹

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Una semana más tarde y Suyeon comenzó con sus quimioterapias, Dong Min se aferró a la única esperanza que el doctor le dio. No se daría por vencido, ya lloró lo suficiente como para perder toda su vida.

El doctor fue claro...

—Es un proceso muy difícil de llevar, necesita a toda su familia unida y sobretodo que ella sepa desde un inicio lo que está a punto de comenzar.

—¿Pero ella puede mejorarse?

—No voy a mentirle, el promedio de vida es de al menos cinco años, pero en el caso de Suyeon todo dependerá de como reaccione su sistema inmunologico.

Su hija estaba delicada de salud y lo entendía, así que estaba haciendo un esfuerzo sobre humano para no caer y enfrentar lo que fuera junto a su familia.

Le dijeron de la mejor manera posible a Suyeon sobre su condición y ella simplemente aceptó su destino, aferrandose a Dong Min y diciéndole:

«Está bien, mami. Seré fuerte.»

Y ese fue un comienzo, porque lo siguiente fue aun más difícil para Dong Min porque su hija cada día que pasaba iba de mal en peor, Suyeon comenzó a recibir terapia para que la depresión no la afectara, jugaba en el hospital con otros niños ya que pasaba encerrada en aquel lugar permanentemente.

Sus abuelos y tíos llegaban a alegrar sus días de vez en cuando, sus primos también incluyendo a los hijos de Wooyoung quien viajaban con ellos solo para poder ver a la niña.

Todos estaban tratando de que su condición no se sintiera como un peso mayor entre la familia, pero justo después de unos meses, las cosas se complicaron.

Min Hyuk tuvo que viajar a Corea ya que Jin Woo se encontraba enfermo. Según Myung Jun comenzó a tener dolores de cabeza terrible y palpitaciones muy fuertes qué le afectaban horrores.

Dong Min tuvo que quedarse por supuesto, al cuidado de su hija, pero un par de días después, recibió la noticia de que su suegro había fallecido repentinamente de un infarto. La pérdida del alfa por supuesto que conmocionó a toda la familia y principalmente afectó a Suyeon ya que aunque no parezca, Jin Woo era demasiado cercano con la pequeña, su abuelo favorito a escondidas de todos.

Y esto colaboró a que se encerrara en no comer durante algunos días como normalmente lo haría, lloraba mucho por su abuelo y siempre estaba sensible.

Por supuesto que todos estaban afectados, pero para apoyar a la menor tuvieron que darse ánimos y demostrar que estaban bien o al menos, tratar de consolarse los unos a los otros buscando el remedio perfecto de llevar el duelo.

Myung Jun dejó su casa en Corea y se mudó con Min Hyuk a Japón donde quiso pasar sus últimos días, el haber perdido a su otra mitad fue sumamente impactante en su vida, en su omega, la marca amarillenta no solo dolía en su cuello, sino también marcaba su corazón, estrujandolo hasta no poder respirar.

La ley de la vida era clara: Muere tu mitad, mueres tú con ella. Ninguno soporta la ausencia del otro y viceversa.

Pero Myung Jun estaba haciendo lo imposible por no dejar que su alma se desprendiera de la tierra y partir junto a su amado, no, por supuesto que no. Él necesitaba cuidar de su nieta, quedarse por su hijo, por Dong Min quienes lo necesitaban.

Y contra pronóstico, comenzó a tratar de vivir nuevamente aun cuando la mitad de su vida se haya ido.

El omega se encargaba de cuidar a Suyeon todas las tardes mientras Dong Min iba a casa a dormir un rato, su hijo regresó al trabajo así que para él, estar con la pequeña a solas era relajante, como un abrazo enorme al corazón.

Whispers of yesterday: Uncertain change |᯽| BinwooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora