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En el momento que Dong Min decidió salir de Japón, la idea estaba clara en su cabeza. Necesitaba paz mental como bien se sabe, dejar aquella casa donde todo le recordaba a sus buenos años de vida, donde escuchaba como eco los pasos de su hija a su alrededor o la puerta abrirse anunciando que Min Hyuk acababa de llegar. No tenía un trabajo puesto a que odiaría volver a trabajar donde un día estuvo junto a su esposo.

Se puso a analizar sobre la situación de su hermana y como había destruido su vida, no podía darle más cargas, menos cuando estaba esperando un bebé. Mucho menos arruinar la vida de su sobrino o cuñado, principalmente de Yesung a quien había criado como hijo y quien vivió toda su niñez llena de amor de familia y lejos de problemas a pesar de que sus padres estaban separados.

Debía dejar que ellos vivieran tranquilos, sin necesidad de cargar con su desdicha. Tal vez aceptó repentinamente la ayuda de Bin, pero de cierta manera creyó que alejándose de todo le ayudaría. Además, confiaba en que el alfa respetaría su decisión, pero como siempre, Bin lo decepcionó.

Él creyó en quedarse en aquel lugar, tomarse el tiempo necesario para sanar sus heridas y luego enfrentarlo, contarle todo y que el destino decidiera que hacer, pero justo después de haber tenido un ataque de ansiedad él apareció cruzando la línea y obviamente, haciendo que su omega se alterara repentinamente.

El enfrentarlo así no más fue muy duro, no estaba preparado todavía por más que ya habían hablado por teléfono, no se comparaba por supuesto y en su mala reacción se comporta agresivo, a la defensiva y pidió nuevamente que lo dejara en paz.

En casa de su amigo reflexionó más, no podía quedarse en un hogar donde sería la desgracia misma para ellos, debía encontrar una solución y más porque el hecho de ir al siguiente día a una clínica donde dejaban entrar a Bin como si fuese su casa era aun peor.

En su pecho sentía la incertidumbre, la curiosidad por saber cuales eran las intenciones del alfa ahora y ansiaba saber por supuesto. Su omega le estaba hablando, le rogaba por un poco de atención de su alfa, pero su humano sentía que no era correcto y pensó en la vez en que lo llamó y le dijo que lo extrañaba, que lo perdonara por ser un cobarde y tantas cosas más, le hacían creer que Bin de alguna manera pues si estaba intentando volver a intentar algo.

Pero Seungkwan llegó a él y le dijo de su embarazo y lo cierto era, que no iba a entrometerse en un matrimonio estable aparentemente. Y por éso fue a aquella casa, para asegurarse de todo y por supuesto, descubrió que todo.

Bin se miraba muy feliz con su esposo, miró a Jong Sun contenta con aquella ropa de bebé y se imaginó que estaba sobrando, el aparecer nuevamente en su vida era como ser una carga con problemas incluidos.

Volvió donde su amigo y también pensó en ellos, realmente no podía quedarse ahí.

Y por eso huyó muy decidido en hacer lo que tuviera que hacer para lograr estar bien aunque costara, din embargo, no lo logró. Comenzando con que sacó lo que Min Hyuk le dejó como herencia y pasó sus días en otra ciudad, durmiendo en hoteles de baja clases y diferentes cada noche, saliendo a las calles sin probar un bocado más que solo agua.

Otras veces se sentaba en aquellas camas con un cigarrillo en sus dedos y trataba de relajarse, aunque la lucha por la voz de su hija era como estar viviendo una muerte lenta.

La culpa no lo dejaba en paz, todo cuanto pasaba era como cargar una cruz y en cada paso una navaja perforaba su corazón robándole el aire.

Dos meses después, mientras se dirigía a una farmacia para comprar supresores, fue atacado por un alfa ebrio debido a que entró en celo. A como pudo se defendió, recordando sus tiempos de cuando era un beta y una persona normal con una vida normal.

Whispers of yesterday: Uncertain change |᯽| BinwooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora