El ultimo vals

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El último vals - La oreja de van Gogh

Como casi siempre
Cuando algo se muere
Nace la nostalgia
Buscando un corazón
Pero el mío es raro
Y aunque esté desordenado
Es impermeable al dolor

Mini historia - 10

Mi mamá, con el tiempo, se acostumbró a vernos juntos, "vacilando" como solía decir. No fue fácil al principio, pero los tiempos habían cambiado, y lo que alguna vez fue una relación distante entre vecinos se había transformado en algo mucho más importante en mi vida. Richard había pasado de ser el chico al que admiraba desde lejos a convertirse en una constante, alguien que significaba mucho más de lo que alguna vez imaginé.

El día en que me despedí de Richard en el aeropuerto fue un momento agridulce. Lo abracé fuerte, sintiendo el peso de la distancia que nos separaría nuevamente, aunque sabía que esta vez no sería para siempre. Le di un beso, uno de esos que intentan decir todo lo que las palabras no pueden. Él me devolvió la sonrisa, prometiendo que nos volveríamos a ver pronto. Y con ese pensamiento, me fui, sabiendo que, aunque él tenía su vida y yo la mía, nuestras historias seguirían entrelazadas de alguna forma.

Siempre serás
Bienvenido a este lugar
A mi lista de obsesiones
Que no vas a olvidar
Cómo recordarte, sin mirar atrás
Yo nunca olvidaré el último vals

Pude volver a la universidad, y esta vez, con una motivación renovada. Estaba ya en mi último año, y la idea de finalmente graduarme y poder empezar una nueva etapa me llenaba de emoción. Los meses pasaron rápido, entre exámenes, trabajos y la vida universitaria. Finalmente, cuando el día de mi graduación llegó, supe que había logrado algo importante.

Regresé a mi ciudad con la mejor noticia que podía traer: ¡me había graduado! Mi mamá y Ethan me felicitaron con abrazos y palabras de orgullo. Habían estado conmigo durante todo el proceso, y ver la sonrisa en sus rostros me hizo sentir que todo el esfuerzo había valido la pena. Pero había una felicitación que significaba más para mí que cualquier otra, y esa vino de Richard.

Cuando todo acabe
Y el silencio hable
Sólo tus pupilas sabrán que fue verdad
Y entre los cristales
Pedacitos de esa tarde
Donde comenzamos a soñar

Cuando se enteró de mi logro, su reacción fue tan entusiasta como siempre. Me regaló dinero para que pudiera comprarme un portátil nuevo, algo que había estado necesitando desde hacía tiempo. "Es para que sigas avanzando," me dijo con esa mirada que siempre lograba calmarme. Acepté su regalo, sabiendo que, una vez más, él me estaba apoyando de la manera que mejor sabía.

Al día siguiente, me desperté temprano para ayudar a mi mamá en el almacén. Era una rutina que no había perdido, a pesar de todo lo que había cambiado en mi vida. Me gustaba estar allí con ella, sentirme útil y conectada con lo que siempre había sido nuestra realidad. Pero en el fondo, también estaba emocionada por la idea de comprar mi nuevo computador, para poder mostrárselo a Richard cuando volviera a la ciudad.

La felicidad es un maquillaje
De sonrisa amable
Desde que no estás

Las horas pasaron rápidamente. Entre el trabajo en el almacén y las idas y venidas del día, me mantuve ocupada, pero también ansiosa por lo que vendría. Sin embargo, el día avanzaba, y algo parecía fuera de lugar. Había hecho planes, pero no aparecía. Mi mamá comenzó a preocuparse, y Ethan también notó que algo no estaba bien.

Ese día, mientras las horas pasaban y yo no daba señales, la preocupación en mi familia creció. Estaba desaparecida, y nadie sabía dónde estaba.

Siempre serás
Bienvenido a este lugar
A mi lista de obsesiones
Que no vas a olvidar
Cómo recordarte, sin mirar atrás
Nunca olvidaré el último vals....

One shots . Richard rios Donde viven las historias. Descúbrelo ahora