La respuesta

441 56 14
                                    

Respuesta - Lenier 6ix9ine

Tú dice' que perdiste el tiempo
Tú no perdiste el tiempo
Tú perdiste la memoria por to' lo que hice por ti
¿Quién te va a creer el cuento?

Llegué del trabajo exhausta. Richard estaba en la sala con la mirada fija en su teléfono. Apenas alcancé a susurrar un "buenas", pero él ni siquiera alzó la vista. Subí al cuarto, sintiendo el peso de todo el día en mis pies. Mientras me quitaba los aretes, noté algo extraño en la habitación: mis pañitos desmaquillantes estaban en otro lugar. Fruncí el ceño, pero asumí que quizás él los había movido sin querer.

Déjale' saber al mundo, háblale' con la verdad
Que yo dejé mi carrera pa' darte una carrera a ti
Dejé de ser feliz pa' que tú sea' feliz
Me dice' que andaba muerto, y viniste, y me prendiste
Eso me hizo reír, tú ere' buena pa' los chiste'

Apenas había soltado los tacones cuando mi teléfono vibró encima de la cama. Lo agarré sin ganas, pero al ver las 16 notificaciones, el cansancio se esfumó. Abrí el chat en WhatsApp mientras me quitaba la cadena y me quedé congelada. Eran 16 fotos... conversaciones de Richard con otra mujer. Fotos que dejaban claro lo que estaba pasando. Me quedé en shock, pero una lágrima se escapó y me la limpié rápidamente. No me iba a quedar ahí de brazos cruzados.

Sin importarme lo cansada que estaba o el dolor en mis pies, bajé corriendo las escaleras y me planté frente a él, con el teléfono en la mano y una mezcla de rabia y dolor en el pecho.

Que entre tú y yo hay mucha diferencia
Yo siempre fui tu pareja, nunca fui tu competencia
Tengo oro, platino, bastantes número uno
Y ante' de yo conocerte, tú no tenías ninguno

—¿Será que usted me puede explicar esta monda, grandísimo hijueputa? —le dije, estirándole el teléfono hacia la cara, con la voz temblando de furia.

Él levantó la mirada con una expresión aburrida, pero su rostro cambió cuando vio la pantalla.

—¿Qué pasó? —pregunté, con la rabia quemándome por dentro—. ¿De verdad va a preguntar qué pasó?

—E-e-eso es... eso es fake... —dijo, tartamudeando como un idiota.

Tiene' que tener má' respeto
No te estoy sacando en cara tu mal agradecimiento
Me mata por dentro, a vece' lloro y no duermo
Esperando que algún día llegue tu agradecimiento

—¿¡Fake!? ¿De qué mierda habla? Eso no es fake, no me venga con mierdas —le grité, acercándome más.

Él retrocedió un poco, como si temiera que fuera a hacerle algo. Sus ojos evitaban los míos, y su voz temblaba en un intento patético de convencerme.

—No, mi amor... eso no es lo que vos pensás... —susurró, tartamudeando aún más.

En la mesa había unas tijeras y, en un impulso, las agarré y las sostuve firmemente.

—O me dice la verdad, o me mato aquí mismo, frente a usted —lo chantajeé, esperando que eso lo hiciera hablar de una vez. Pero él seguía en su negación, evitando mis ojos.

De reojo, noté algo rojo en la esquina de la cocina. Caminé hacia allá y lo agarré. Era una maldita tanga. Mi mente no podía procesarlo.

—¿Metiste a esta zorra en MI casa? —le grité, sintiendo cómo el dolor se convertía en una ira furiosa.

Su rostro se puso completamente pálido. Ni siquiera intentó decir nada.

—Esta... ¡puta tanga toda barata! —le solté, mientras buscaba más pruebas. Me metí en la cocina y, en el fregadero, encontré dos copas de vino. Una de ellas tenía marcas de labial.

One shots . Richard rios Donde viven las historias. Descúbrelo ahora