Martini

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Martini - Dei V

Pero si fuiste mía (Dei V)
¿Acaso se te olvida?
Underwater
Mera dime Sky

No podía creerlo. Ahí estaba él, después de todo este tiempo, mirándome desde el otro lado de la sala como si nada. Como si entre nosotros no hubiera habido noches sin dormir, palabras guardadas, ni promesas que, en algún punto, pensamos cumplir. Intenté distraerme, ignorarlo, pero la mirada se me iba, traicionera. Había algo en él que siempre lograba que me olvidara de todo.

Volver a verlo así, de frente, no era lo mejor, no ahora. Jugaba con mi lata de cerveza, fingiendo una distracción que no existía, pero sentía su mirada pesada, casi como una carga que se asentaba en mi pecho, y el nudo en mi garganta parecía asfixiarme con cada segundo que pasaba. Sabía que debería mirar a otro lado, concentrarme en cualquier otra cosa, pero ahí estaba, rompiendo cada barrera que con tanto esfuerzo había construido.

Tú y yo tenemos historia, eso nadie lo borra
Baby, no hay otra que como tu me corra
Si quieres te llevo pa' atrás en el tiempo en el DeLorean
y pregunté por tu novio y me dijieron que eso es un bobo
Ma', tú esta muy dura para estar con un tipo tan flojo
Ella no me pide nada pero yo le voy a dar todo
Es de ella si la cojo

Mis amigas hablaban alrededor, en un bullicio que apenas escuchaba, sus voces se desvanecían en un eco distante. Me sentía sorda, atrapada en este impulso y, aunque trataba de ignorarlo, sabía que verlo de nuevo hacía que me doliera más, mucho más de lo que había pensado. Aferrarme a los recuerdos de lo que fue parecía lo único que podía hacer ahora, mientras él estaba ahí, a unos metros, tan presente y tan lejano.

No sé en qué momento pasó, pero cuando volví a enfocarme en la sala, lo tenía justo enfrente, mirándome como si nada más existiera. Mis amigas habían desaparecido de repente, el mundo se desvanecía en segundo plano. Tragué saliva, intenté aparentar una calma que no sentía, y miré a los lados buscando una salida, un respiro. Justo entonces él se sentó a mi lado en el sofá, como si fuera lo más natural del mundo.

—No esperaba que vinieras —dijo con una calma tan grande que parecía rozar la arrogancia.

Forcé una sonrisa, aunque el corazón me latía como loco.

—No quise sonar grosera... ¿cuándo llegaste de Brasil? —Mi voz apenas salió en un susurro, desviando la mirada para no perderme en sus ojos.

—Hoy en la mañana... —contestó. Sonrió de lado, con esa misma expresión que siempre me había hecho caer. Sentí que me miraba, intenso y seguro, como si en cada segundo pudiera leer mis pensamientos. Levanté la lata y me terminé el último trago de cerveza, tratando de ignorar el temblor en mis manos.

Sin decir nada, me levanté y caminé hasta el baño. Cerré la puerta, respirando hondo para calmar los nervios, y dejé que el agua fría corriera por mis manos. Pero cuando estaba a punto de salir, la puerta se abrió de golpe y Richard entró.

Mi primer impulso fue dar un paso hacia atrás, sin saber qué esperar. Me eché contra la pared, mi respiración entrecortada y la garganta seca. No sabía qué decir, ni cómo reaccionar.

—¿Qué haces acá? —pregunté, nerviosa, sin atreverme a mirarlo a los ojos.

Sin responder, apagó la luz, y sentí sus pasos acercarse a mí, pausados, seguros. Cuando su cuerpo se pegó al mío, supe que ya no había salida. Puso una mano en mis caderas y tiró de mí hasta que nuestras respiraciones se mezclaron. Sentí su calor, el roce de su piel contra la mía, y todo lo que intentaba decir se convirtió en un susurro perdido.

—Richard... no, estoy con alguien —murmuré, pero mis manos no lo apartaron. Mis palabras eran apenas una protesta, pero mi cuerpo, traicionero, respondía de otra manera, deseando rendirse a ese contacto familiar.

—Es un idiota, y tú eres mía —respondió, con voz baja y firme. Aún sin soltarme, despegó una mano y le puso seguro a la puerta. Sentí su aliento cerca de mi oído, cada palabra llenando el espacio entre nosotros, abriendo de nuevo una herida que nunca había terminado de sanar.

—¿O se te olvida?

Pero si fuiste mía
¿Acaso se te olvida?
Mami vente para refrescar tu mente
De cuando te lo ponía
Ay, que rico sabía
Cuando te la comia'
(Yo quiero verte, volver a tenerte)
(¿Dónde carajo está meti'a?)

One shots . Richard rios Donde viven las historias. Descúbrelo ahora