Capítulo 35

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El frío me ayudaba a pensar. 

Con un vaso de un intenso chocolate caliente en las manos, caminaba de un lado a otro, dejando huellas en la nieve a mi paso. Vueltas, vueltas y más vueltas. Mi mente no se separaba de la esperanza de encontrar una solución adecuada. 

- Llevamos dos horas aquí, Isabella. - Informó Matheo, que seguía estando conmigo, valorando las opciones que teníamos para salvar a Buckbeak.

Lo miré con expresión calmada y serena y le dediqué una suave sonrisa. Tenía los ojos ligeramente cristalizados debido al frío y las orejas algo rojas, al igual que las mejillas y la nariz, pero no se había quejado en ningún momento. Me acerqué más a mi amigo y me quité la bufanda que llevaba puesta, poniéndosela a él alrededor del cuello. Me miró fijamente mientras lo hacía.

- Puedes irte si quieres, Matt. - Le respondí, alejándome un poco una vez ya tuvo la suave bufanda bien puesta. Me quedé callada unos segundos antes de volver a hablar, notando sus ojos oscuros posados en mí. - Yo me voy a quedar un poco más. Aún no se me ha ocurrido nada que vea posible para ayudar a Buckbeak.

Él suspiró.

- ¿Por qué te importa tanto? - Me cuestionó, mirándome con atención. Por culpa de la temperatura, de su boca salió vapor de agua; parecía humo. - Draco no lo ha hecho bien; eso es indudable. ¿Pero por qué quieres ayudar a la criatura?

- Es inocente. - Argumenté yo, viendo como tomaba un sorbo del vaso, aún sin apartar la mirada de mí. - No ha hecho nada malo. Me dejó volar y ver lo increíblemente bonito que es este lugar; me sentí libre en aquel momento. Y considero que la libertad de Buckbeak no es un derecho que Malfoy tenga derecho a quitarle. Además, su muerte dejaría a Hagrid terriblemente afectado.

Matheo asintió. Se levantó de la piedra en la que había estado sentado y se quitó el gorro de lana blanca que llevaba puesto para ponérmelo a mí, con cariño.

- Está bien, listilla. Repasemos las opciones. 

Sonreí con ganas.

- Prepárate, Watson. Tenemos que averiguar cómo liberar a un hipogrifo.

- Me gusta ser Watson, Holmes. - Añadió, siguiéndome el pequeño juego. - Tengo un par de ideas.


...


Theodore


- ¿Dónde estarán? - Masculló Blaise, a mi lado.

Llevaba más de una hora buscando a Isabella y a Matheo, con la ayuda de Blaise, y no había encontrado a ninguno de los dos. Habíamos quedado en que los cuatro nos encontraríamos en el estadio de Quidditch para ver el partido de Huffepuff contra Ravenclaw, pero no habían aparecido. Me asustaba que Sirius Black estuviese en Hogwarts de nuevo, pero eso no se lo dije a Blaise.

- ¡Ey, Pansy! - Llamó Blaise a la pelinegra, que se acercó a nosotros.

- Hola, Pans. - La saludé yo, con la mirada algo cansada. 

- Hola, chicos. - Respondió ella, con una pequeña sonrisa. Vi que sujetaba varios libros de diferentes asignaturas, así que supuse que estaba de camino a la biblioteca.

- ¿Has visto a Isabella? ¿O a Mattheo? - Le pregunté, con algo de esperanza.

- No. No los he visto desde el espectáculo de hace unas horas. 

Blaise y yo nos miramos, algo confundidos. Fruncí el ceño antes de decir nada, pensando si había habido algún concierto del Coro del Sapo o algo por el estilo. No me extrañaría, ya que no estaba muy interesado, pero Charlotte o Isabella me lo habrían mencionado. Charlotte cantaba en él.

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⏰ Última actualización: 4 days ago ⏰

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"Rosier" - Theodore NottDonde viven las historias. Descúbrelo ahora