Como anteriormente había contado, una chica que apenas y conocía de nombre Eliza había captado aquel momento de Gerard y yo besándonos. En ese momento yo nunca imaginé que eso pondría en riesgo el trabajo de mi padre y a la vez a nosotros.
Sin adelantar mucho, continuaré contando lo que sucedió aquella noche.Corrí detrás de Gerard intentando detenerlo, hasta que ya no pudo correr más se detuvo.
-¡Gerard! –Grité agitado y me acerque a él.
-¿Qué? –Preguntó apenas.
-Perdóname, yo no quería besarla, ella me besó y creo que lo que hiciste me lo tenía más que merecido, pero por favor perdóname.
-Eso no fue lo que me dio más coraje, esa chica nos grababa, éramos su maldita burla y seguramente lo seremos de alguien más, por eso me molesté, no me molesté contigo. –Acarició mi mejilla y antes de que me besara su celular sonó. Él me miró apenado y sólo asentí. –Hola. –Dijo contestando el celular. –Si Bert ya, no entiendo, estoy en New York, ¿Qué aparece qué?, ¿Chicago?, ¿Cómo podría ser eso posible? Debe ser un error, oye estoy muy cansado, hablamos después, adiós Bert. –Colgó. –Listo.
-Espera, ¿dijo que le aparecía la llamada desde Chicago? –Pregunté nervioso.
-Sí, pero no te preocupes, le dije que pude ser un error.
-Gerard, el día que mi padre fue a hablar con el director para que me dejara ir, hablé con Bert, y le dije que me iba a ¡Chicago! Hay no, no puede ser. –Tomé mi cabello con mis manos. –Estamos perdidos, Gerard.
-No tiene por qué sospechar...
-¡Sí que lo tiene! Bert es un maldito celoso, de seguro ha de sospechar algo, ¿Por qué fui tan imbécil de decirle? –Cubrí mi cara con mis manos. –Ahora sí seguro que nos mata.
-¡Frank! Ya deja de preocuparte por eso, nada malo nos va a pasar, no mientras estemos juntos. –Me abrazó. –Confía en mí, hablaré con Bert y todo se arreglará.
-Eso espero Gee, eso espero.
Regresamos a la casa, me quité aquel aburrido traje y me puse mi pijama. Gerard hizo lo mismo y nos quedamos un buen rato viendo películas, mis padres no llegaban y dudo que lo fueran a hacer aunque ya fueran las dos de la mañana. Gerard juntó su cama con la mía y nos acostamos, realmente estaba muy cansado, debió haber sido por todo lo que había corrido.
Por la mañana desperté porque tenía mucha hambre, abrí los ojos y descubrí que Gerard me tenía abrazado, no quería despertarlo pero me moría de hambre. Me levanté lentamente de la cama y él se movió un poco, salí de la habitación y fui a la cocina. Allí estaba mi madre con cara de muy pocos amigos.
-¿Estás bien? –Pregunté sirviéndome agua.
-Me duele muy fuerte mi cabeza, por cierto, ¿Qué les pasó a ustedes dos ayer? De repente ya no estaban, tu padre se puso histérico.
-No nos pasó nada, sólo nos aburrimos y decidimos regresar a casa, además no me sentía cómodo rodeado de tanta gente como esa. ¿Papá tuvo que ir a trabajar después de la fiesta?
-Sí, pero no exactamente fue a trabajar, dijo que tenían algo que hablar, una junta de unas cuantas horas y después regresaría.
-Ya veo, iré a desayunar algo en alguna cafetería, muero de hambre...ah y las pastillas para el dolor de cabeza están guardadas en el cajón del tocador. –Salí de la cocina y fui a mi habitación, Gerard seguía dormido, me cambié y salí de mi casa dirigiéndome a una cafetería. Pedí un desayuno y obviamente un café. Cuando éste me fue servido tomé asiento y comencé a desayunar. Pasaron unos minutos y mi celular sonó. -¿Si? –Pregunté contestando, ni siquiera miré el número. –No quería despertarte, lucías tranquilo, pero ya voy para allá y si quieres podemos ir a donde tú quieras, si, adiós.
Pagué la cuenta y regresé a casa, mamá seguramente estaba dormida y Gerard estaba sentado en el sofá viendo la televisión.
-¿Qué miras? –Pregunté sentándome a un lado de él.
-Ni siquiera estoy prestando atención, Frank ayer me quede muy preocupado por lo del video, ¿y si esa chica hace algo malo con el video?
-No te preocupes, deberías preocuparte más por lo de Bert, ¿qué vas a decirle cuando vuelva a llamar?
-No lo sé, tal vez...-Su celular sonó.
-Contéstale e intenta inventar algo.
Gerard se fue a la cocina y yo me quedé allí esperándolo. La puerta de la entrada se abrió dando paso a mi padre, lucía cansado y era mejor no hablarle mucho. Parecía que no me había visto, sólo se sentó en otro sofá y comenzó a buscar algo en su celular.
-Listo. –Dijo Gerard saliendo de la cocina. –Buenos días, señor Iero.
-Gerard, Frank, a mi oficina ahora. –Se levantó y se dirigió a su llamada oficina.
-¿Qué le pasa? –Murmuró Gerard.
-Nada bueno seguramente, tranquilo, estaremos bien. –Sonreí.
Ambos nos dirigimos a la oficina y cerré la puerta. Nos sentamos y él nos miró muy serio.
-¿Qué significa esto? –Nos mostró su celular con el video. Mi cuerpo se heló y supongo que el de Gerard también. –No se queden mirando solamente, digan algo, ¿quieren explicarme? –Apartó el celular de nuestra vista. –Mi empleo está en peligro por este video, nos llegó a varios empleados... ¿Frank?, ¿Gerard?
-Puedo explicarlo. –Dije con un nudo en la garganta. –Ayer nos pusimos un poco ebrios, no sé por qué, se nos subieron las copas, la chica que grababa era la acompañante de Gerard entonces nos hizo enojar y... nos dio un reto, que fue besar a...Gerard...
-¿Esa es tu explicación? –Preguntó mi padre.
-Es la verdad, ¿Qué más puedo decir?
-Lo que Frank dice es verdad, la chica comenzó... -Gerard se calló al escuchar un golpe en el escritorio de mi padre.
-Eso se lo tendrán que explicar al jefe mañana que seguramente no quiere ni siquiera verme en este momento. Salgan de aquí.
Ambos nos levantamos deprisa y salimos de allí.
-¡Dios! –Dije murmurando.
-¡Te lo dije! Maldita, debería matarla.
-De todas formas el video está en las manos de mi padre, sólo queda hablar mañana con el jefe y decirle lo que acabo de decirle a mi padre, espero y nos crea porque si no estamos perdidos.
La cosa no llegó hasta allí, por la noche, cuando era hora de dormir, mi padre le dijo a Gerard que dejara la puerta de la habitación abierta y nos pidió separar nuestras camas aunque Gee había pedido que las conserváramos así porque por la noche puede caer de la cama, pero a mi padre no le importó.
-Frank, no puedo dormir, ¿y tú?
-No, tampoco, estoy algo nervioso por lo de mañana, espero que el sujeto nos crea... también estoy preocupado por ti, por lo de Bert, presiento que si volvemos a Jersey nos matará.
-Deja de preocuparte por eso, estaré bien y tú también lo estarás, confía en mí ya te lo dije, no puede pasar nada tan malo.
-Claro, no pasa que Bert de nuevo me deje en el hospital. –Eché una risita. –Será mejor que durmamos, mañana nos espera un largo día. –Me levanté de mi cama y me acosté junto a él.
-Frank, si tu papá nos ve... -Cubrí su boca con mi mano.
-Duérmete. –Sonreí y lo abracé.
En la madrugada se escuchaban ruidos, supongo que mi padre se levantaba para vigilarnos, realmente no me importaba, en ese momento estaba con la persona que amaba y era como si el mundo ya no existiera, solamente él y yo. Aunque eso sólo me trajera mucho más problemas, ni siquiera pasaba por mi cabeza, quería disfrutar mientras él podía ser sólo propiedad de Frank Iero.
-Frank Iero.
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Mis Memorias De Gerard Way. [Fanfic Frerard]
FanfictionFrank Iero, un chico de 20 años que estudia psicología en la universidad de New Jersey conoce a un chico de nombre Gerard Way del cual queda cautivado desde el primer momento en el que lo ve. Interesado por si quiera hablar con él, hace lo que sea...