Desperté por la mañana, Gerard seguía dormido, pero tenía que despertarlo y así lo hice. Me cambié, bajé a desayunar acompañado de mi padre y Gerard, después nos fuimos juntos de camino a la escuela.
-Debemos de separarnos, Gee. –Dije algo triste.
-Lo sé, pero recuerda nuestra promesa. –Se detuvo. –Nos veremos pronto Frank, en lo que hablo con Bert, te extrañaré mucho. –Se inclinó y me dio un corto beso.
-Claro, adiós. –Comencé a caminar. Se sentía tan mal dejarlo ir, pero no lo estaba dejando ir, muy en el fondo sabía que lo seguiría viendo, pero simplemente no pude evitar sentir que una parte de mi vida se iba.
Al llegar a la escuela mis amigos me recibieron muy bien, les conté muchas de las experiencias que había tenido, obviamente sin mencionar a Gerard.
Era bueno regresar a la escuela, todo marchaba casi bien. Para aquel entonces no sabía el error que había cometido y debí haberlo pensado antes de que todo ocurriera, pero me dejé llevar por mi mente, porque todo parecía extrañamente perfecto y entonces reaccioné y volví al mundo real, a donde pertenezco.Bert se mantuvo callado, era tan inteligente y estúpido a la vez, pero eso le servía de mucho. Cuando llegó la hora de regresar a casa lo vi y él me miró a mí, una sonrisa, demasiado sarcástica a decir verdad, se asomaba por su boca, sus ojos eran como los de un león cuando ha encontrado a su presa y en el peor de los casos la presa era yo. Pero ni siquiera le tomé importancia, sólo seguí mi camino, llegué a casa y para mi sorpresa mis padres no estaban, subí a mi habitación y me arrojé a la cama, apenas y comenzaba a relajarme cuando el sonido de mi celular me hizo alarmarme. Contesté a un número extraño, pero la voz era familiar.
-¡Has regresado! –Esa voz sarcástica era de Bert, me quedé helado por un momento y luego reaccioné.-Sí, ¿me has extrañado? –Pregunté tratando de evitar cualquier otro tipo de conversación.
-Por supuesto que sí Frankie, oye hoy tenemos una fiesta y quería invitarte, ya sabes, para que toques algunas canciones, será en casa de Ray, ¿Qué dices?
-¿A qué hora es la fiesta?
-A las diez, es temprano pero valdrá la pena hacerla a esa hora, confía en mí, ¿entonces si vas a venir?
-Claro.
-Bien, te espero aquí. –Colgó.
Estaba emocionado porque vería a Gerard y tal vez hablaría con él, aunque era extraño porque Bert me había llamado para invitarme. Sí, era demasiado extraño pero nunca cruzó por mi mente lo que Bert realmente estaba tramando.
Al dar las nueve de la noche decidí asearme; cuando estuve listo me fui a la casa de Ray. Al llegar el lugar estaba casi lleno, en su mayoría mujeres que hombres.-¡Frank! –Exclamó Bert. –Qué gusto. –Se acercó a mí y me abrazó. –Pasa, pasa, estás en tu casa. –Literalmente me empujó y me hizo chocar con uno de sus amigos. –Cuidado muchacho con lo que haces. –Dijo Bert entre risitas.
-Claro, ¿Dónde están los demás chicos? –Pregunté buscando al resto de la banda.
-Oh no Frankie, ellos no vendrán, hoy tú eres nuestro invitado especial y tocarán para nosotros, mientras nos divertimos.
Bert se comportaba extraño, en ese momento estaba pensando que estaba drogado, pero no, era parte de su plan. Durante dos horas estuvo junto a mí, diciéndoles a todos que yo era su amigo, que todo lo de la golpiza pasada había sido sólo una equivocación. A quien no había visto era a Gerard, pero ni siquiera podía preguntar por él. Cuando la mayoría de gente se estaba yendo y sólo quedaban aproximadamente unas cinco chicas, los amigos de Bert y nosotros, nos sentamos en el suelo. Bert ya estaba ebrio.
-Bert...-Gerard apareció de la nada, nuestras miradas se cruzaron pero yo tuve que desviarla.
-¿Qué quieres? -Preguntó bebiéndose lo que le quedaba de cerveza.
-Nada, hablamos después. –Sentí su mirada en mí, tratando de decirme que volteara a verlo, pero yo no podía voltear porque Bert también me carcomía con su maldita mirada, así que Gerard estaba loco si creía que iba a mirarlo.
-Hola, Frank. –Saludó Jamia, sacándome de mis pensamientos.
-¿Qué haces tú aquí? –Pregunté sorprendido.
-Lo mismo que tú, vine a disfrutar de una fiesta.
-¡Exacto! Gerard siéntate con nosotros, hay que hacer un juego...verdad o reto...
-Me parece muy mala idea. –Comentó Gerard. –Me iré.
-Un paso más Gerard... -Dijo Bert en tono amenazante haciendo que Gerard parara en seco. –Ahora ven acá y juega con nosotros.
Todos nos pusimos en cirulo y la botella de cerveza se hizo girar por Bert, yo suplicaba porque no me tocara a mí, entonces la botella apuntó a mí.
-Verdad o reto... -Dijo Bert con una sonrisa.
-Verdad...
-¿Te gustan los hombres? –Preguntó sin dejar de mirarme. Yo miré por unos segundos a Gerard y después bajé la mirada. Los amigos presentes comenzaron a echar leves risitas por la pregunta de Bert.
-No. –Contesté apenas.
-Yo no lo noté muy seguro. –Dijo uno de los amigos de Bert.
-Mmm.... Si no te gustan los hombres, ¿Por qué no lo compruebas? En este momento quiero que te beses con Jamia, si puedes...
-Escogí verdad, no reto.
-¿Crees que me importa? Sólo hazlo... -Sonrió de lado y me miró. Esa sonrisa sarcástica nunca lo abandonó.
Miré a Jamia y ni siquiera tuve tiempo de volver a pensar lo que haría, me acerqué a ella y la besé, todos comenzaron a hacer una gran bulla y con el paso del tiempo el beso se iba profundizando, no supe qué hacer, ni siquiera sé si era necesario hacerlo. Me separé de ella y sonreí apenado ante los gritos de todos.
-Bien, muy bien. –Dijo Bert sonriendo.
-Yo...lo siento... -Dije indirectamente para Gerard.
-Bert nos vemos después. –Gerard salió del lugar, se notaba muy enojado.
-Déjenlo, ya se le pasará, ¿Quién quiere seguir jugando? –Su sonrisa no se borraba, había logrado hacer lo que planeaba y aparte comprobar muchas de sus sospechas.
Decidí marcharme del lugar ya muy tarde, cuando regresé a casa no tardé nada en llamar a Gerard, pero me contestó hasta después de la décima llamada. Ni siquiera fue una conversación larga, todo se basó en pedirle perdón, él comparándome con Bert y al final terminamos muy enojados. Creo que si tuviera la oportunidad de volverle a reclamar todas las veces que me comparó con Bert lo haría, o tal vez no, sólo quisiera volver a verlo, aunque fueran unos cuantos minutos, sólo pido eso y sé que eso es demasiado.
Lo peor del caso es que eso apenas era el comienzo, Bert tenía todo muy bien planeado, sólo quería alejarme de Gerard y lo haría al precio que fuera.-Frank Iero.
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Mis Memorias De Gerard Way. [Fanfic Frerard]
FanfictionFrank Iero, un chico de 20 años que estudia psicología en la universidad de New Jersey conoce a un chico de nombre Gerard Way del cual queda cautivado desde el primer momento en el que lo ve. Interesado por si quiera hablar con él, hace lo que sea...