Capítulo 24.

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Bien, ahora era la pareja de Gerard Way oficialmente, y eso me hacía sentir feliz. Me imaginaba todo tipo de cosas, mejor dicho, una vida junto a él. Mis problemas se habían quedado en el pasado, más nunca los olvidé. Extrañaba a mis padres, pero no quería hablar con mi padre, extrañaba incluso a mi mascota Sinatra, pero sé que la vida que tenía no era buena ni para él ni para mí.

Para aquel entonces no había habido rastro de Bert o alguno de sus amigos, lo cual me extrañaba, pero me gustaba pensar que tal vez se había olvidado de nosotros y nos dejaría en paz. Pero, creo que si fuera el reportero del clima me habrían echado hace mucho tiempo por mis malos pronósticos.
Con esto más que nada, quiero dar a entender que no por más feliz que estuviese me había olvidado de todo lo que me había pasado, mucho menos me olvidé de lo que más me preocupaba, aunque eso se podía resumir en tres sencillas cosas.

Uno. La felicidad de Gerard, de ahora en adelante quería ser yo la única persona con la que tuviera la suficiente confianza, que pasara momentos increíbles, en fin, como se dice, quería ser el único para él.

Dos. El bienestar de las personas que me rodeaban, con este punto me refiero a mis amigos, y por qué no, también a mis enemigos, nunca les he deseado un mal.

Tres. Éste es menos importante que los anteriores, pero de igual forma era necesario preocuparme por esto. A pesar de lo mal que se había comportado mi padre conmigo, no quería estar molesto de por vida, es más, ni siquiera estaba molesto, sólo un poco indignado por su comportamiento, pero planeaba hablar con él pronto.

Esas tres sencillas cosas eran lo único que me preocupaba y mientras alguna de esas tres cosas estuviera bien, yo era completamente feliz.
Gerard y yo volvimos al departamento, ambos estábamos muy contentos por nuestro acontecimiento, y yo estaba más que convencido de sus sentimientos hacia mí. Al llegar a casa fui a tirarme literalmente al sofá, estaba muy cansado por el largo viaje. Mi celular sonó, era extraño, porque tenía cinco llamadas de Billie en mi celular, lo llamé inmediatamente sin importarme la mirada penetrante de Gerard, esos malditos celos.

-¿Billie? ¿Qué pasa? –Pregunté de inmediato y con un tono nervioso en mi voz.

*-¡Frank! ¿En dónde demonios te metiste? –Preguntó algo alterado.

-Por allí, dime ¿Qué es lo que pasa?

*-¿Qué es lo que pasa? No puedo decirte al teléfono, es urgente que vengas a verme, en serio.

-Billie, ¿Está todo bien? –Pregunté asustado.

*-Frank, no está nada bien, tienes que venir ahora. –Colgó. Al momento de que la llamada terminó arrojé inconscientemente el celular al sofá y me acerqué a la puerta dispuesto a salir, entonces recordé que allí también estaba Gerard.

-Gerard voy a salir, nos vemos. –Dije abriendo la puerta para salir.

-¿Con quién iras? –Preguntó casi entre dientes.

Ni siquiera contesté, salí de la casa corriendo, estaba asustado por alguna razón, sabía que las cosas no podían estar bien, no si Billie llamaba tan insistente. La casa de Billie sí que quedaba algo lejos, pero no me importaba, ahora que lo pienso debí tomar un taxi, pero mi mente estaba llena de preocupaciones que no podía pensar claro. Cuando al fin llegué a la casa de Billie toqué desesperadamente la puerta y ésta fue abierta de inmediato por él, me invitó a pasar y un vaso de agua, realmente lo necesitaba.

-¡Billie, habla de una maldita vez! –Dije molesto.

-Frank, esto es complicado... pero... ¿recuerdas a Debbie, cierto?

Mis Memorias De Gerard Way. [Fanfic Frerard]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora