Gerard y yo nos dirigimos a mi casa, mi madre recibió muy bien a Gerard, al parecer sí le agradaba.
-Mamá, dime, ¿Qué es lo que ocurre? –Pregunté preocupado.
-Hijo te dije que no era nada, sólo es una discusión que tuve con tu padre y quería desahogarme un poco, es sólo eso.
-Sabes que no te creo, ¿por qué me dices mentiras?
-Señora, sé que no es de mi incumbencia, pero creo que Frank está tratando de ayudarla, ¿Por qué se niega?
-No, enserio no es nada. –Sonrió. –Tu padre estaba algo molesto y discutimos un poco, pero realmente no fue nada.
Mi madre y su necedad, sabía que algo ocultaba y que por más que le rogara no me contaría lo que le pasaba. Gerard y yo nos despedimos y no perdí mi tiempo, de nuevo me dirigí a interrogar a mi madre, lo hice por minutos y se notaba que comenzaba a irritarse.
-¡Frank! Está bien, te diré lo que pasó. Por la mañana un chico vino y dijo que venía de parte de Gerard, él me dijo algo muy extraño, dijo que debíamos controlarte, no podías seguir saliendo con un chico que ya tenía a alguien a su lado y que lo hacía feliz, me dijo que debía mantenerte alejado de él o de lo contario haría algo de lo que nos arrepentiríamos. –Bajó la mirada. –Frankie, no quiero hacer esto, pero ese sujeto me dio mucho miedo, sabes que respeto tu relación con Gerard porque lo que más quiero es que seas feliz con quien quieras, pero tampoco quiero que te pase nada malo.
-¿Ese chico tenía el cabello largo, era un poco más alto que yo?
-No, tenía el cabello corto, es mucho más alto que tú, tiene los ojos azules y piel muy blanca. Frank, si Gerard tiene novio tienen que hablar de esto, no pueden seguir así, escondiéndose, no sabes el peligro que puedas estar corriendo.
Mi madre tenía razón, no sabía a los tipos de peligros que me enfrentaba, pero es que ni siquiera me importaba, sabía que tal vez si me atrevía a correr cada uno de ellos, estaría junto a la persona que más amaba, pero me equivocaba, porque he recorrido miles de peligros, he recorrido más que sólo caminos para volver a encontrarlo y me hago a la idea de que simplemente ha desaparecido, pero siempre trato de pensar en que está bien y me hago a la idea de que él no quisiera verme en el estado que me encuentro en este momento.
Algo realmente grande se venía, aunque yo no lo sabía y ni siquiera pasó por mi mente lo que ocurriría. Pasaron unas cuantas semanas, ni siquiera había hablado tanto con Gerard, pero tampoco me había olvidado de él. Ese día llegó corriendo a mi lado, una sonrisa se dibujaba en su rostro, aunque sus ojos se notaban hinchados y rojos, debió haber llorado.
-¿Qué pasa? –Pregunté mirándolo.
-¡Soy libre! –Exclamó y me abrazó. Correspondí el abrazo, me sentía muy feliz, eso quería decir que ya no tenía más relación con Bert y que por fin podríamos ser felices juntos.
-Eso me alegra mucho, Gee, ¿Qué fue lo que pasó? –Me separé de él.
-Bueno, Bert me dijo que no quería nada conmigo, que ya no sentía lo mismo y esas cosas, yo por supuesto no me negué a terminar con él y ahora soy libre, para poder estar contigo.
-Bueno, si es que Bert lo dijo no tiene por qué arrepentirse. En serio estoy muy feliz Gerard, por fin podremos estar juntos.
-¡Claro que sí!
Estaba muy feliz, mis ilusiones incrementaban cada vez más y más, me imaginaba toda una vida, olvidé por completo que estaba allí, que estaba viviendo ese momento. Estaba dispuesto a hablar con mi padre, aunque mi madre ya lo supiera tenía que hablar con ella también, pensaba que todo saldría bien, pero me equivoqué de nuevo.
Regresé a mi casa, mi enorme sonrisa no se borraba aún, pero tenía que disimular. Al entrar a mi casa, noté a mi padre serio, estaba sentado en el sofá y me miró.-¿Pasa algo? –Pregunté. Ese fue un gran error.
-¿Qué si pasa? ¡Claro que pasa! Frank, ¿Eres gay? –Se levantó del sofá.
-¿Qué? Por supuesto que no. –Dije con seguridad.
-¿Sabes que ha pasado? –Su voz se quebró.
-¿Qué? –Pregunté temeroso.
-Tu madre está muy grabe en el hospital, no sé quién le haría daño, pero está en coma y no saben si despertará, la han atacado de una forma horrible, pero según la policía todo ha sido impecable, sin huellas, sin nada. –Su llanto se hizo presente. Yo lo miré y me quedé callado, no sabía qué hacer, estaba anonadado.-Padre...yo... -Dije apenas. -¿Por qué preguntaste que si era gay?
-En su cuerpo dejaron una cartulina que decía, "Yo les advertí sobre su hijo gay" No supe cómo reaccionar, no sabía si era verdad, sólo llamé a la ambulancia, a la policía, quería que tu madre estuviera bien, luego te vi entrar y no pude evitar recordarlo, Frank, ¿Eres gay? –Volvió a preguntar.
-No, no soy exactamente "gay" soy bisexual. –Contesté calmado. –Me gustan las mujeres...pero tengo una atracción por lo hombres. –Después de decir eso último, mi padre se acercó a mí y me dio una bofetada.
-No mereces llamarte mi hijo, ahora mismo te largas de esta casa, ¡no tienes nada que hacer aquí! Yo tuve un hijo varón, no una cosa como tú.
-¡Me iré! No quiero volver a verte, después de todo, nunca me has apoyado con nada, eres una porquería, ¡Tú deberías de estar en el lugar de mi madre! –Salí de la casa azotando la puerta y caminé lo más rápido que pude.
Si hubiera sabido que esa iba a ser la última vez que hablaría con mi padre nunca le hubiese dicho eso, tal vez le hubiera agradecido las cosas que me dio, las veces que me había apoyado y sobre todo por darme la vida. Pero nunca se sabe cuándo será la última vez que vuelvas a hablar con alguien a quien quieres.
"Lo que duele no es que sea el último adiós, lo que realmente duele es no poder darlo".
-Frank Iero.
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Mis Memorias De Gerard Way. [Fanfic Frerard]
FanfictionFrank Iero, un chico de 20 años que estudia psicología en la universidad de New Jersey conoce a un chico de nombre Gerard Way del cual queda cautivado desde el primer momento en el que lo ve. Interesado por si quiera hablar con él, hace lo que sea...