Capítulo 21.

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Dos, tres, cuatro horas, no lo sé.

Estuve totalmente perdido en aquel momento. Lo observaba dormir tan placenteramente que no podía evitar pensar en lo que había pasado la noche anterior.
Nunca tuve una sensación tan increíble, nunca había sentido esto. A pesar de todo lo que me había pasado, era reconfortante tan sólo verlo, acariciarlo, saber que estábamos juntos y que no podían separarnos tan fácil, porque realmente era amor.

Aquella mañana me levanté muy apenas, sentía un horrible dolor en mi cuerpo. Me di una rápida ducha y me vestí. Gerard seguía dormido y no me atreví a molestarlo, se miraba bastante cómodo. Bajé y sólo tomé un vaso de jugo, me dio curiosidad y revisé mi celular. Tenía dos mensajes los cuales rápidamente abrí y me quede en shock, pues eran de mi padre.

Mensaje uno:

"Hijo, no sé cómo estás, tengo tiempo sin verte y realmente me gustaría verte, hoy es tu cumpleaños y me siento tan triste de que no pudimos pasarlo en familia como antes, ni siquiera te di un regalo como acostumbraba a hacer. Creo que te debo una disculpa por todo lo que pasó, debí comprender tus gustos y por eso te pido una gran disculpa.

Que tengas un cumpleaños feliz en compañía de la persona que esté junto a ti."

Mensaje dos:


"Hijo, me encantaría verte, sé que puedes estar enojado conmigo, pero quiero hablar de algo importante, si te interesa. Nos vemos hoy a las 3:00 PM en el hotel de Days Inn."


-¿Qué haces amor? –Preguntó Gerard entrando a la cocina.


-Nada. –Guardé mi celular. –Sólo uno de esos mensajes de las noticias, ya sabes.

-Te veías entretenido, ¿pasó algo importante?


-No, Gerard...voy a salir.

-¿Con quién? –Preguntó de inmediato.

-Voy a casa de Jamia, quiero hablar con ella. –Lo miré por unos segundos para ver su reacción. –Puedes venir... -Dije al ver que me miraba serio.

-No, ve a hacer tus cosas, de todas formas tengo que ir a casa.

-¿Molesto? –Pregunté con miedo.

-No, nada de eso. –Sonrió levemente. –Anda, ve a hacer tus cosas. –Me besó en la frente y salió de la cocina, Gerard Way estaba celoso, sabía que le ocultaba algo, pero realmente no quería decirle lo de mi padre, ni siquiera pensaba en ir a verlo.

Salí de la casa a toda prisa, iba camino a la casa de Jamia, y para llegar a tal lugar era necesario pasar por un tipo de callejón, era horrible, se sentía como si todos quisieran matarte en ese lugar. Iba caminando tranquilo, cuando un perro se abalanzó sobre mí y me tiró al piso, el perro lambía mi cara y me hacía reír. Cuando lo pude ver bien, era idéntico a Sinatra. Un hombre llegó y lo quitó de encima de mí, ayudándome también a levantarme.


-Perdón, pero es que no se educa. –Dijo acariciando al perro.

-¿Es suyo? –Pregunté mirando al cachorro.

-Sí, lo compré hace poco, ¿es lindo no? –Dijo sonriente.

-Muy lindo... -Miré la cadenita que yo le había comprado, era Sinatra. -¿Puedo saber dónde lo compró?

-Unos chicos lo vendían y pues ya me hacía falta un buen amigo molesto y escogí bien. –Sonrió mirando al perro.

-Sí, muy bien, sabe me recuerda a un cachorro que tuve hace mucho tiempo, se llamaba Sinatra... -Al decir su nombre el perro se acercó a mí y lamió mi mano, era él. –Es muy lindo, cuídelo mucho, ¿sí? –Acaricié a Sinatra.

Mis Memorias De Gerard Way. [Fanfic Frerard]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora