Capítulo 8.

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Un día de sábado por la noche, mi padre llegó muy emocionado, tanto así que abrazó a mamá. La súper noticia es que nos iríamos a Chicago. En ese momento, cuando escuché eso fue doloroso, estaba a punto de oponerme a ir, pero no lo hice, porque me puse a pensar en los beneficios que esto me traería, aunque significara no ver a Gerard por mucho tiempo.

-¿Entonces debo pedir permiso en la escuela? –Pregunté algo entusiasmado.

-Sí, iré yo personalmente mañana. –Contestó mi padre sin borrar esa sonrisa.

Me puse muy feliz, saber que me alejaría de muchas cosas por un rato y conocería a más personas por allá.

Como mi padre había dicho, se presentó en la mañana conmigo en la escuela, exactamente en la dirección, lo peor de todo es que no estábamos solos, Bert estaba allí también, seguramente lo habían reportado.

-¡Amigo! –Dijo Bert.

-Bert, que gusto. –Dije casi sin que se notara el sarcasmo.

-¿Te van a expulsar o algo parecido? –Preguntó burlón.

-Nada de eso, me iré de viaje por un tiempo, sólo pasaba a avisar.

-Señor, puede pasar. –Dijo la secretaria. Mi padre entró a la oficina dejándome solo con aquel sujeto.

-¿Y a dónde te vas? –Preguntó tan entrometido como siempre.

-Chicago.

-Genial, conozco por allá, seguro que te agradará. Ya que estamos hablando, ¿podrías darme algunos consejos para llevar mejor mi relación con Gerard? –Lo último casi lo susurró.

-Creí que podías manejar todo. –Dije sarcásticamente.

-Lo noto alejado últimamente y eso no me agrada, tengo miedo de perderlo.

-Si tuvieras miedo no lo negarías o te besarías con otras personas como normalmente lo haces.

-Entiende, ellas me buscan, no soy yo.

-Esa no es una excusa, Bert, ¿Qué tanta vergüenza te da que sepan que tienes novio? –Pregunté un poco molesto.

-Soy Bert McCracken, no puedo arruinar mi reputación tan fácil.

-Entonces no amas a Gerard, te recomiendo que lo dejes, no juegues con él, sólo logras que él mismo se haga daño, por eso se está alejando de ti, tú le haces daño... -Me levanté y salí de la dirección. Me dirigí a la cafetería y pedí un café bien cargado. Cuando me lo dieron me senté en una mesa del mismo lugar y me dediqué a disfrutar de mi café.

-Frank, ¿cómo estás? –Preguntó Billie yendo a sentarse enfrente de mí.

-He estado peor, ¿Qué tal tú?

-Pues ahora qué te pasó, yo he estado de maravilla, ahora mismo no tengo maestro, no esperaba encontrarte aquí.

-Me iré a Chicago pasado mañana y no sé cuándo regresaré...

-¿En serio? Es genial, yo quisiera irme y despejar un poco mi mente.

-Claro, siempre dices lo mismo, incluso en vacaciones. "voy a despejar un poco mi mente" y tres días después te encontramos tirado en la calle abrazando a un perro. –Eché una risita.

-Esa vez fue una de esas veces que se te pasa la bebida. Además es la única cosa rara que me ha pasado cuando estoy ebrio. –Se defendió.

-¿En serio Billie? ¿Es que no te acuerdas de la vez que según tú estabas ligando y era hombre? –Comencé a reír ante el recuerdo, Billie me miró serio pero luego comenzo a reír.

Mis Memorias De Gerard Way. [Fanfic Frerard]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora