Capítulo 12.

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Escuché que alguien decía mi nombre, como susurrándolo y abrí los ojos lentamente.

-¿Qué? –Dije algo adormilado.

-Despierta, tenemos que ir a hablar con el jefe de tu papá.

Me levanté de golpe y me cambié rápidamente.

-Tranquilo, tienes tiempo, sólo que te desperté más temprano porque tu padre pudo haber venido antes a la habitación, él todavía ni despierta.

-Hay Gee, ¿Por qué no me dijiste eso antes? –Suspiré. –Casi me da un ataque de nervios.

-Tranquilo, todo está bien, debemos estar tranquilos al momento de hablar con el sujeto ese.

-Necesito jugo, ¿quieres desayunar algo antes de irnos?

-No, estoy bien, ve tú a desayunar algo, voy a arreglar la cama.

Salí de la habitación y fui a tomar algo de jugo, mis nervios aumentaban por los cielos, necesitaba tranquilizarme un poco. No sé cuánto tiempo pasó, pero mi padre despertó y lucía molesto aún.

-¿Ya nos vamos? –Pregunté desde la cocina.

-Muévete. –Contestó.

Subí y llamé a Gerard, ambos bajamos y subimos al automóvil de mi padre, el cual también pertenecía a la empresa en la que trabajaba. Subimos en la parte trasera y mi padre comenzó a conducir. Durante el camino tomé su mano, realmente los nervios me consumían. Al llegar a la empresa bajamos y los tres pasamos a la oficina del jefe.

-Siéntense. –Dijo el jefe sentándose. Nosotros nos sentamos enfrente de él. Comencé a sentir ese maldito nudo en mi garganta, quería salir corriendo de ese maldito lugar. –Los escucho... -Dijo con algo de desesperación.

-Eh... -Dije a penas. –Me dijeron lo del video que usted vio... De nosotros dos, besándonos...-Aclaré mi garganta, estaba balbuceando mucho y eso no nos ayudaría. -Pero, ¿estaría bien si hablamos sin mi padre presente? Después de todo nosotros somos los del problema, si hablo lo que realmente pasó no dudo que mi padre se meta... -Dije mirando a mi padre.

-Señor, espere a fuera por favor. –Mi padre salió cerrando la puerta. -¿Y bien?

-Verá, nos pusimos algo ebrios, había dos chicas, estaban un poco locas, una se llamaba Eliza y la otra ¿Juliet? –Dije dudando. –Da igual, yo me dirigí al baño y Gerard apareció allí, la chica que era acompañante de Gerard entró y se abalanzó sobre Gerard, yo estaba de "Wow, tranquila" pero luego se separó de él y nos miró, ella nos puso un reto... y pues eso era ver si nos besábamos, nunca pasó por mi mente que ella estuviera grabando... -Me quedé callado.

-Mmm... me habría convencido tu excusa si mi sobrina no me hubiera contado las cosas tal y como pasaron. –Dijo él con una sonrisa. Mi cuerpo se heló y miré a Gerard nervioso, luego volví a mirar al jefe. –Chicos, Eliza es mi sobrina, su padre trabaja aquí y ocurrió un error, ella pasó el video a una computadora, quería ponerlos en evidencia en internet, ¿saben que pasó? Su padre tomó la computadora equivocada, el día después de la fiesta tuvimos una reunión, para hablar de algunas cosas, cuando se le pidió a mi hermano que nos enseñara la presentación, apareció su video... pero luego decidí hablar con Eliza, ella me explicó que ustedes estaban sentados juntos, luego Gerard y ella se dirigieron al tocador, llegaste tú y ella no puso ningún reto, sólo comenzaste a besar al chico y casi desnudarlo ah cabe remarcar que antes de eso le dijiste que era tu novio. Miren, a lo largo de mi vida he conocido a mucha gente, uno de mis amigos era homosexual, no los odio, pero a veces me desagradan...

-¿Y qué pasará con mi padre? –Pregunté interrumpiéndolo, realmente no quería escuchar lo que saldría de su boca.

-Nada, si me dicen la verdad, ¿son novios? –Preguntó mirándonos.

-No. –Contestó Gerard, lo miré impresionado. –No lo somos, Frank tiene razón, estábamos bebiendo, se nos pasó y nos llevó a cometer grandes errores, así que tengo que pedirle disculpas de parte mía y de mi amigo. Él es mi psicólogo, lo conocí en New Jersey por parte de mi padre, Donald Way, además que su padre y el mío son muy buenos amigos.

-¿Tu padre es dueño de la empresa D&D? –Preguntó con asombro.

-Parece que los conoce. –Gerard sonrió engreído.

-Claro que sí, me hubieran dicho antes, aquí no ha pasado nada. –Sonrió. –Joven Frank, tu padre seguirá aquí trabajando, ¿eres psicólogo?

-¡Pues claro que lo es! Ósea, mis padres lo escogieron para mí.

-Muy buena elección, ¿gustan un café?

-No, gracias, queremos irnos, tengo que ir a un asunto de trabajo, si no le importa vamos a llegar tarde. –Gerard se levantó y el otro sujeto también lo hizo, ambos se dieron la mano y al final yo también.

-Cuídense chicos y ya no beban tanto.

Salimos de la oficina y mi padre se acercó a nosotros.

-¿Qué pasó? –Preguntó con tono nervioso mi padre, yendo a nuestro lado.

-Yo creo que va a conservar por muchos años su trabajo, ni siquiera lo molestará, así que va a seguir en este trabajo. –Dijo Gerard con una sonrisa en su rostro. Mi padre lo abrazó y a mí me dio la mano. Nos despedimos de él y salimos de aquel edificio.

-¡No puedo creerlo! –Comenté entre risitas. -¿Viste cómo cambió su cara cuando dijiste el nombre de tu padre?

-Ah, siempre lo hacen. –Dijo riéndose.

-Yo creí que D&D era una marca de ropa o algo así.

-Ropa, perfumes, juguetes, es más que sólo una marca, Frankie, lo que más hace poderosa a esa empresa es sólo una cosa, es secreta, por lo tanto no puedes contarle a nadie.

-No le diré a nadie, cuéntame.

-La venta de droga, eso es lo que la hace fuerte, pero como querían mantenerlo aún más secreto decidieron sacar productos y esas cosas, así engañan a la gente y lo toman como una marca más, los productos de D&D no son muy caros por la misma razón, no se necesita tanto dinero y lo que se gana de los productos es más que suficiente para pagarle a los trabajadores. –Me quedé un poco impactado por lo que había dicho. –No me mires así. –Dijo riéndose.

-Nunca me hubiera imaginado eso, Gerard sí eres un chico malo. –Reí.

-Sólo contigo. –Sonrió. – ¡tengo ganas de ir a la feria! Vayamos por la noche, ¿te parece?

-Sí, ¿Por qué no?

-Bien, es una cita. –Comentó riéndose. Lo abracé por detrás.

-Te quiero. –Murmuré cerca de su oído pues no alcanzaba a llegar.

-Eres bajito, muy bajito. –Comentó riéndose, luego se giró y quedo enfrente de mí.

-¿Y qué? ¿Te gustan los altos como Bert? –Dije sonando algo molesto.

-Hay Frank. –Echó una risita. –Bert ni siquiera es tan alto, y si hablamos de pequeñeces yo te prefiero a ti. –Se inclinó y me besó. Su celular sonó pero no le permití que lo contestara, lo rodeé con mis brazos y seguí besándolo hasta que el celular dejó de sonar, pero volvió a sonar, me separé de él molesto.

-Contéstale.

-Estás celoso de mi madre. –Dijo riéndose y contestó. Comencé a reírme también y comenzamos a caminar rumbo a casa. –Sí, me la estoy pasando muy bien, nunca me había sentido tan vivo. –Dijo aún llamando. Al decir eso una enorme sonrisa se dibujó en mi rostro y sentí su mano entrelazarse con la mía.

Me gustaría volver a saber que yo lo hacía sentir vivo, porque por más que traté simplemente al final, ya no pude, me di por vencido y ahora estoy pagando de una manera cruel mi cobardía por haberlo dejado solo con esa gran pelea.
"Nunca me había sentido tan vivo" Eso dijo él, me lo dijo a mí y ahora son sólo palabras que se quedaron no sólo grabadas, también se tatuaron en mi mente, esa y muchas otras frases que en ese momento significaban tanto, pero ahora sólo significan una cosa y esa cosa es la triste soledad.

-Frank Iero.

Mis Memorias De Gerard Way. [Fanfic Frerard]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora