Capítulo 27.

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Pasando semanas volví a revisar los cajones de Gerard, ya no había medicamentos y eso me alegraba mucho, pero por si acaso, busqué en otros cajones, pero no hallé nada. Estaba muy feliz al pensar que Gerard había dejado por fin esos medicamentos o más bien, drogas.

La Navidad se estaba acercando y estaba pensando en darle un buen regalo a Gerard, se lo merecía por el gran esfuerzo que estaba haciendo al dejar esas cosas. Faltaba poco menos de una semana para que llegara la Noche Buena, así que le pedí a Jamia que me acompañara al centro comercial, tenía que haber algo allí que le gustara. Ella accedió rápidamente y nos fuimos. Al estar allá me puse a mirar las grandes tiendas, había tantas cosas que no sabía qué era lo que debería comprar. Mientras estábamos adentro de una tienda mirando trajes, mi celular sonó y miré el número, era un número extraño, pero contesté de todas formas.

*-¡Frank Iero! –Exclamaron en la otra línea. –Soy Debbie.

-¡Debbie! –Exclamé. -¿Por qué no habías llamado?

*-No podía, oye, estoy en casa, ¿Por qué no abren?

-....Debbie, ya voy para allá, espérame allí. –Colgué. –Jamia, ¿sería mucho pedir que me acompañes? Tengo un problema en casa, mi hermana ha regresado y está en casa, pero... pues... tú conoces la historia.

-Tranquilo, Frank, vamos.

Había tomado prestado el coche de Gerard así que me dirigí lo más rápido que pude a mi antigua casa. Al llegar, Debbie estaba allí, sentí un escalofríos al verla, ella había cambiado tanto desde la última vez que la vi, ahora era toda una mujer.
Me acerqué a ella y me recibió con un abrazo.

-¡Qué gusto! –Dijo mientras me abrazaba, luego se separó de mí y me examinó con su mirada.

-¡No has cambiado nada! Sigues siendo igual de enano. –Bromeó y yo sonreí. –Es broma, hermano, en serio, sigues pareciendo de quince o diecisiete años.

-Sí, bueno, también es un placer verte... pero tenemos que hablar.

-¡Eso! Hay que hablar de cosas muy importantes, Frank. –Se tornó seria. –Abre la puerta, creo que papá no está en casa...

-Ni yo estoy allí, de eso mismo tengo que hablarte.

Los tres subimos al automóvil, Debbie fue hablando con Jamia todo el tiempo, interrogándola para saber si era mi novia. Estaba confundido, no sabía si tenía que llevarla al departamento, pero era mejor que se enterara de todo lo que estaba pasando. Al llegar al departamento, le pedía Jamia que no se fuera, realmente tenía mucho miedo. Debbie bajó sus cosas y miró el lugar, para mi buena suerte, Gerard no estaba.

-Es lindo. –Dijo sonriente.

-Sí, bueno, vayamos al grano de esta conversación. –Me senté en el sofá al igual que ella y Jamia, ésta última tomó mi mano, para darme fuerzas al hablar con Debbie.


-¡Habla, Frank! –Pidió desesperada.

-Bien, mira, mamá murió.

-Lo sé, estoy tan molesta contigo y con todo el resto de la familia, ¡¿por qué no me avisaron?! ¡Tengo derecho, también soy su hija!

-¡Debbie, ni siquiera a mí me avisaron! Yo no supe cuando murió, cuando fui al hospital me dijeron que ella ya había muerto. –Mis ojos se cristalizaron, pero me tragué el llanto. –Bien... mira, mi padre me echó de la casa y él ahora ya no vive allí, no sé dónde demonios esté.

-¿Por qué te echó? –Preguntó rápidamente y confundida.

-Pues... soy bisexual... -Hice una pausa.

Mis Memorias De Gerard Way. [Fanfic Frerard]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora