Capítulo 35.

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Pasando los días me quitaron por fin el incómodo yeso de mi mano, ahora estaba perfecta para que Bert volviera a quebrarla. Regresé a mis clases, Jamia estaba muy preocupada, al igual que los demás chicos, pero les expliqué lo que había pasado, aunque sólo a Jamia le conté la verdad de todos los hechos.

Aquel día, Gerard dijo que tenía algo importante de que hablar con su familia y es que había decidido presentarme como tu pareja. Me moría de nervios, pero a la vez se sentía genial, aunque no sabía por qué de repente quiso hacer eso. Por la noche me puse algo "decente" y él igual. Debbie iría obviamente y también se alistó. Al estar listos subimos al automóvil de Gerard y condujo hasta su casa. Esta vez sólo sería su mamá, su papá y su hermano. Al pasar los tres nos dirigimos al comedor, estábamos cenando y platicando de cosas sin interés. Cuando Gerard se levantó y todos pusieron atención en él.

-Ha llegado la hora de que les diga la verdadera razón por la cual los reuní esta noche.

-Bien, te escuchamos. –Dijo su papá.

-Mamá, papá, Mikey, la única razón de esta reunión es porque quiero compartirles que...Frank Iero y yo somos pareja. –Al decir eso todos miraron a Gerard confundido y su mamá un poco sorprendida.

-¿Eres gay? –Preguntó su hermano. –Qué sorpresa. –Dijo con sarcasmo.

-¿Tienes algún problema con eso? –Preguntó con tranquilidad.

-Mientras no metas a las empresas en estas cosas...Frank, eres bienvenido a la familia Way.

Así de fácil fue encajar con la familia Way, entonces añoré a mis padres, mi madre que me apoyó y mi padre que me rechazó. Los padres de Gerard se lo tomaron a la ligera, y recordé que Gerard dijo que a ellos no les importaba nada acerca de otras cosas que no fueran de la empresa, así que si yo no me mezclaba en la empresa, ellos estarían contentos.

-Ven, amor. –Tomó mi mano y salimos al patio trasero.

-¿Qué pasa, Gee? –Pregunté emocionado.

-Es que ahora me siento más libre, es como... una de esas cosas que quieres hacer antes de morir. –Sonrió.

-Vuelves a hablar de la muerte, Gee, deja de hablar de eso... -Él cerró mi boca juntando la suya y me cargó como solía hacerlo, sujetando mis piernas para que yo las pusiera alrededor de su cadera. Él se separó apenas unos centímetros de mí.

-Te amo, Frank Iero, aunque seas más alto que yo, eso no es justo. –Echó una risita y lo acompañé.

-Lo que sería justo es que fuéramos del tamaño, tampoco es gracioso ser siempre el pequeño.

-Pero entonces ya no tendría sentido, porque si te abrazo sentiría extraño, es mejor abrazarte teniendo que inclinarme o que tú te pongas de puntitas, amo que hagas eso, te miras tan tierno.

-Sólo me utilizas de títere. –Dije de forma triste.

-Mmm...puede ser. –Volvió a besarme, sentía que su lengua jugaba con la mía. Él recargó mi cuerpo en la pared sin dejar de besarme. Su boca fue bajando hasta llegar a mi cuello, lo mordía y succionaba, yo trataba de callarme, no quería que escucharan mis leves gemidos.

-Aaah, Gee, basta. –Susurré. Él sonrió y sólo volvió a besarme, pero ahora lo hizo de forma lenta, sentía que el aire me faltaba, pero no se separaba de mí. Hasta que decidió hacerlo y me bajó. Nuestras respiraciones estaban totalmente agitadas. –Eres malo, Gee.

-Lo sé. –Dijo como si no le hubiera tomado importancia a mi comentario. –Mañana iremos a caminar a la plaza y haremos muchas cosas, Frankie.

Mis Memorias De Gerard Way. [Fanfic Frerard]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora