Capítulo 36.

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Llegó la mañana, Gerard me molestaba moviéndome mucho para que despertara, la verdad es que no quería hacerlo, tenía mucho sueño.

-¡FRANK IERO, ARRIBA! –Gritó cerca de mi oído. Tapé mis oídos y me giré. -¡No cuidado!

Al girarme caí de la cama y golpeé mi cara contra el piso. Me quedé inmóvil allí, Gerard me movía muchas veces, pero mi flojera era tan grande que ni siquiera quería levantarme del suelo.

-Déjame, Gee, estoy bien. –Dije apenas.

-¡Hay anda! –Bajó de la cama y me cargó.

-¡Déjame! –Dije enfadado. -¡Exijo que me bajes ahora mismo, Gerard Way!

-Exijo que te levantes, Frank Iero.

-Nope. –Lo abracé como si fuera un bebé y me acurruqué en su pecho.

-Te dejaré caer si no te levantas. –Dijo serio. Lo miré incrédulo, pero sonreía con malicia.

-No, no lo hagas, es que, ¿Qué son esas formas de levantar a una persona? Soy tu novio y ni siquiera un "Buenos días mi amor, levántate, es hora" ¡Nada de eso! Me gritas y me tiras de la cama.

-¡Jajaja! ¿Qué yo te tiré? Además te dije eso miles de veces pero tienes el sueño pesado, MUY PESADO. –Comenzó a reír. –Disculpe, ¿le parece si comenzamos de nuevo? –Hizo una pausa y me arrojó a la cama. Se sintió muy divertido, porque sentí como si hubiera podido volar. Comencé a reír a carcajadas y él se sentó a un lado mío. –Buenos días amor, es hora de que levantes tu lindo trasero de la maldita cama, es hora de irnos, ¡arriba Frank Iero!

-¿Ves cómo cambia la cosa? –Me levanté. –Dijiste que iríamos a la plaza, ¿qué me vas a comprar?

-Lo que gustes.

-Wow, ¿por qué tanta cortesía, señor Way?

-Primero me reclamas que no soy así contigo, y ahora que quiero darte un pequeño detalle también, ¿quién te entiende?

-Hay ya, no te pongas así, es una bromita, a todo esto, ¿qué sucedió con Debbie ayer? Vine a tu habitación y se me olvidó todo el mundo por completo.

-Debió haberse quedado a dormir en alguna de las habitaciones.

-Claro, tu casa parece mansión. –Dije suspirando.

-Tu antigua casa también era muy linda y grande.

-Dejemos de hablar y cámbiate, ya quiero irme.

Me puso un poco mal recordar lo de mi antigua casa, porque hace tiempo que no la veo y la extrañaba mucho. Cuando al fin Gerard estuvo listo, partimos a la plaza en su automóvil, estaba muy emocionado, pocas veces son las que había ido a aquella gran plaza, era muy cara, hasta me sentía importante yendo allí.
Él estacionó su auto en el estacionamiento y bajamos, yo sentía la alegría de un niño pequeño. Tomé su mano y comenzamos a caminar, recuerdo que fuimos a desayunar algo, aunque ese desayuno costó mucho. Luego volvimos a salir a caminar, miraba todas aquellas tiendas, todo lo que vendían y entonces pasamos por una enorme tienda de instrumentos. En la repisa tenían una hermosa guitarra blanca, era muy parecida a una antigua guitarra que tuve años atrás. Me quedé mirándola embobado.

-¿A quién miras así? –Preguntó Gerard.

-Dios, es hermosa. –Murmuré. Me solté de la mano de Gerard y corrí hasta la tienda para observar mejor aquel hermoso instrumento.

-¿Te gusta? –Preguntó el encargado.

-¡Me encanta! –Exclamé.

-Frank, ¿qué sucede? –Preguntó Gerard acercándose.

Mis Memorias De Gerard Way. [Fanfic Frerard]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora