Como anteriormente había comentado. Mi padre me había echado de la casa, estaba muy molesto y dije cosas que nunca debí decir, pero que para mí en ese momento eran necesarias para desquitar mi coraje, realmente nunca le hubiese dicho eso ni a mi peor enemigo.
Ese día deambulé por las calles hasta cierta hora de la noche, cuando sentí que mis pies ya no podían más me senté a descansar, estaba muy molesto, creo que estaba avergonzado de mí mismo, pero mi orgullo no me dejó ver más allá de las cosas que había dicho. Quise volver a disculparme por mi padre, pero de nuevo pensaba que si él no quería verme estaba bien, nunca me volvería a ver aunque me estuviese muriendo de hambre.Pasé una noche dormido en aquella banqueta, abrazado de mi mochila para que nadie fuera a aprovecharse de mi estado y fuera a tomarla, aunque no tuviera nada importante.
Sentí que alguien me movía y decía mi nombre, abrí lentamente los ojos y me levanté de golpe.-¡¿Jamia?! –Pregunté asustado y a la vez sorprendido.
-Tranquilo, sí, soy yo, ¿Qué haces aquí?
-Emm...nada, vine de paseo, pero luego olvidé cómo regresar y me quedé aquí, ni siquiera me di cuenta de cuando me dormí.
-Sabes, no te creo, más te vale que me cuentes la verdad, Frank Iero o les mostraré a todos en la escuela que has pasado la noche en la calle e inventaré lo que sea.
-Jamia, tú no eres así. –Dije tranquilo, pero su mirada se veía realmente segura. Suspiré y me resigné. Al ir de camino a la escuela le conté todo. Por alguna extraña razón, Jamia era muy confiable para mí, me caía bien, era humilde y muy amable, sin duda alguna una mujer casi perfecta.
Pensé que Jamia me odiaría por mi bisexualidad, pero fue todo lo contrario, ella me apoyó mucho cuando lo necesitaba y hasta la fecha lo sigue haciendo.
Me brindó su hogar por unas semanas, ella dijo que no había problema alguno porque estaba sola, bueno, con su hermano, pero él estaría contento de tener un buen amigo para platicar. Yo de ninguna manera iba a desperdiciar esa gran ayuda, aunque sonara muy convenenciero, pero realmente necesitaba un techo dónde pasar la noche.-¿Entonces tu papá te echó de la casa? –Preguntó Gerard.
-¿Cómo sabes eso? –Pregunté confundido, pero seguramente Jamia le había contado.
-Te hice una pregunta, además, pasaste toda la noche en la calle, Frankie, pudieron hacerte daño, ¿Por qué no me llamaste? –Tomó mi cara y la inspeccionó. -¿No has comido nada? ¿Qué te pasa?
-No te llamé porque estaba muy desorientado, aún lo sigo estando, estoy en estado de shock, mi madre está muy grave en el hospital, mi padre me echó de la casa sólo por ser bisexual, a mi madre la atacaron y no sé quién demonios le hizo tal brutalidad, le pusieron un letrero que decía que les habían advertido sobre mí y no lo entiendo. Gerard, estoy asustado por la vida de las personas que me rodean, mi madre me dijo que un chico alto había ido por la mañana a hablar con ella y le dijo que sería mejor que tú y yo nos mantuviéramos separados si no quería arrepentirse. Estoy tan confundido. –Ante lo que dije no pude evitar derramar algunas lágrimas de coraje, de impotencia, quería saber quién estaba buscando hacerme tanto daño. Gerard me abrazó y yo a él, en ese momento necesitaba la verdadera comprensión de alguien y al estar con él es como si mis problemas me abandonaran por un momento.
Tuve que explicarle que viviría con Jamia por unas semanas, él no estaba convencido, me insistió mucho para que viviera con él, dijo que hablaría con sus padres, pero simplemente no estuve convencido de tal cosa, no quería causarle problemas, aunque prometí que lo visitaría.
Al finalizar la escuela, Jamia me esperaba y yo iba acompañado de Gerard, ella me sonrió ampliamente y Gerard gruñó.
-¿Listo? –Preguntó Jamia.
ESTÁS LEYENDO
Mis Memorias De Gerard Way. [Fanfic Frerard]
FanfictionFrank Iero, un chico de 20 años que estudia psicología en la universidad de New Jersey conoce a un chico de nombre Gerard Way del cual queda cautivado desde el primer momento en el que lo ve. Interesado por si quiera hablar con él, hace lo que sea...