– ¡Amor! – gritó mi hermosa novia, mientras uníamos nuestros labios. Que dulce su sabor, no pararía nunca más, sí me dieran a elegir la forma en que quiero morir, moriría besándola.
–Bebé– contesté, después de nuestro beso.
– ¿Vamos a ir de compras? Quiero que veamos algo de ropa para mi fiesta– dijo con emoción, ¿cómo sé que está emocionada? Muy fácil, sus ojos brillan y transmiten calidez y nervios a la misma vez, no es su típica mirada celestina, que despierta paz y tranquilidad, es algo más encendido.
–Claro– hablé, y me besó fugazmente en los labios –pero, tenía otros planes...–.
–Querido, dijiste que me acompañarías– hizo un puchero muy tierno, la comería a besos, y... de otras formas.
–Está bien, mañana vamos a la tienda que más te gusta–.
–Quiero ir hoy– dijo, suspiré y asentí sonriendo.
–Cámbiate, voy a buscar las llaves del auto. Dile a Frank que allá nos espere con guardaespaldas, no quiero que te pase nada– besé su frente, y me levanté para ir a nuestro cuarto. La casa que le había regalado a mi hermosa novia, es perfecta. Desde pequeña ella quiso una así, y ahora, gracias a mí, la tiene. Como amo hacerla feliz, como me encanta verla sonreír, es tan... perfecta.
Yo tenía puesto una remera color gris, y unos pantalones ajustados color azul. Me coloqué una chaqueta ya que no hacía mucho calor. Esperé alrededor de treinta minutos –amor– levanté la voz, así me escuchara, alargando la letra "o".
–Ya voy bebé– contestó ella.
Unos cinco minutos más pasaron, y mi hermosa bajó con una remera ajustada gris de esas cortas que dejaban a la vista su ombligo, odio cuando se viste de tal manera, porque todos la miran, y es sólo mía. Por suerte llevaba una pollera gris corta a la cintura, una chaqueta de cuero roja, y unas botas que la hacían de mi tamaño, que preciosa. –Perfecta– murmuré, sonrió, coloqué mis manos en si fina cintura, la acerqué hacia mí, y despacio uní nuestros labios. –Te amo–.
–Y yo a ti amor– dijo sonriendo. –Soy alta, ¿verdad? –.
–Claro que eres alta, y esas botas te hacen ver todavía más alta, pero siempre serás mi pequeña princesa– besé su frente. –Ahora vamos– tomé su mano, y ambos salimos hacia el garaje, donde tengo mi BMW negro.
Primero le abrí la puerta para que suba, y luego entré yo, en el asiento de piloto. Les pedí a los de seguridad que abrieran las rejas de adelante, arranqué el auto, ninguno decía nada. Amaba sentir su respiración, es algo loco ¿no? Pero así lo siento y pienso. Es mi vida, mi todo...
Llegamos al centro, busqué un estacionamiento privado, el que mayormente usaba cada vez que salía, se encontraba lleno. Di unas vueltas más, buscando otro lugar donde dejar mi auto. Encontramos uno, que estaba dentro de todo vacío. Ambos con unos lentes puestos, le hablamos al chico pidiéndole que nos diera el lugar, nos lo indicó, acto seguido lo fui a aparcar.
– ¿Qué comprarás? – pregunté.
–No lo sé amor– suspiró mirando sus uñas color rojo –quería comprarme ropa nueva, y algunas cosas para ambos–.
–Está bien– dije. – ¿Vamos? –.
Asintió, nos quedamos mirándonos por un tiempo, hasta sonreír, y luego nos acercamos para besarnos, un beso lento, sensual, sobre todo: tierno. Nos empezamos a reír como locos, y me besó la mejilla –te amo– dijo en mi oído.
–Y yo también te amo mucho más nena–le contesté. Al parecer nos demoramos un poco de tiempo, y las personas que nos lograron ver avisaron a otras, y otras. Como siempre pasaba. Al salir había muchas fans, sonrientes – ¡Una besándose! – gritó una fan.
– ¡Zayn abraza a Perrie, así la foto parece más real! – gritó un hombre, parecía profesional, tomé a mi amor de la mano y caminé rápido, empujando a las personas que se encontraban allí gritando. ¿Por qué mierda se meten en nuestra relación?
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She Will Awaken © | zm.
FanfictionZayn Malik sufre una gran perdida que lo deja sin aliento para continuar con su vida. Para cambiar su estado de ánimo, viaja a una bahía poco conocida. Ahí cambiará por completo su manera de pensar, e intentará ser feliz. Obra registrada en Safe Cra...