She Will Awaken © | zm.

Capítulo 42.

_______ Taylor.

–Cariño– habló mi mamá entrando a la habitación.

–Mm– seguía un poco dormida y apenas trataba de abrir mis ojos.

–Nena, dormiste toda la tarde. Tenemos el cumpleaños de una de tus primas lejanas que vino aquí porque tu padre y yo nos ofrecimos en celebrarlo en casa–.

– ¿Qué prima? – pregunté.

–No la conoces. Ahora vístete y te espero abajo. No tardes, por favor–.

La miré –de acuerdo–.

Estaba por irse pero volteó –sabes que todo lo que hago es para que seas, soy tu madre y sé perfectamente lo que te hará bien y lo que no, aun si no lo puedes ver. Te quiero, _______–.

Asentí algo confundida.

Seguro es porque quiere que solucionemos este problema por un tiempo, o al menos temporalmente para que todos mis familiares sigan creyendo en que somos "la familia perfecta".

A decir verdad ya nada me interesada demasiado que digamos, y me da igual arreglar el problema ahora o jamás volverlo a hablar. Lo único que quiero es a Zayn, y lo necesito ahora.

Bajé considerablemente de peso, no tengo ganas ni de comer, y a veces unas increíbles nauseas invaden mi cuerpo, haciéndome odiar el ser tal débil en algunas circunstancias. Lisa quiso hablar conmigo pero no le dije nada, no quiero hablar con ella ni con nadie de mi familia, apenas y paso tiempo con Victoria. Sé que ninguna de mis dos hermanas tienen que ver con todo esto, sin embargo estoy dolida y se me hace muy difícil actuar como si nada estuviera pasando.

–Apúrate cariño. Quiero que vayamos en familia todos juntos, será raro que salgas sola– dijo al otro lado de la puerta.

–Está bien, mamá– respondí –ahora me cambio rápido–.

–El vestido está en la cama de tu hermana– chilló y escuché cómo se alejaba.

–Bien, gracias–.

Extraño a Zayn y me lastima muchísimo que me hayan alejado de él de una manera tan brusca. Mi madre hace un par de semanas tuvo la gran idea de quitarme el celular por lo tanto no pude hablar hasta ahora con Zayn, seguro está muy preocupado pero qué puedo hacer, si me tienen encerrada como si hubiere hecho lo peor del mundo, y lo único que hice fue enamorarme...

Miré y era un hermoso vestido. Color hueso, de encaje y telas de modal en la parte del pecho y la falda, me cambié el corpiño, ya que el mío era negro, y me coloqué con mucho cuidado el vestido. Al lado había trabas para el cabello en forma de flores blancas, me peiné con media cola y alisé mi cabello con la plancha de Lisa. Pasé sombra algo tenue pero que tenga más brillo, un labial color durazno y para finalizar utilicé unas sandalias que me compraron hace tres días: plateadas y una cinta alrededor del tobillo para sostener el pie además de tener un fino pero no tan alto taco.

Salí de la habitación y mis papás y mis dos hermanas me miraban expectantes.

–Estás hermosa– exclamó mi madre sonriente.

–Muy bonita– sonrió Victoria.

–Estás... bien– habló Lisa algo seria, ni le di importancia, seguramente como yo no quería ir al cumpleaños de nuestra prima.

–Hermosa... mi bebé– comentó mi padre aunque sin una sonrisa y con una expresión triste –te queda muy lindo el vestido– dijo con voz apagada.

–Gracias a todos– les sonreí –ahora vamos porque nos están esperando–.

Comencé a caminar seguidas de mis hermanas pero escuché que mi padre le dijo a mamá: –Melisa, no me gusta esto– y ella no sé qué le respondió porque Victoria comenzó a decir que estaba algo aburrida.