Capítulo 36.

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Abrí mis ojos y me encontraba exaltado. Mi respiración era acelerada y estaba cubierto de sudor. Miré a mí alrededor, tratando de calmarme al ver en dónde estaba y que nada malo me había pasado.

Suspiré y volví a cerrar mis ojos para estirarme en la cama. Tuve un sueño horrible, donde presenciaba el accidente de tránsito de Perrie, como todo se destruía y revivir de nuevo su velatorio, verla en el cajón y llorar hasta el cansancio mientras tomaba su mano demasiado fría y pálida, a todos sus seres queridos llorando a la par mía, luego escuché su voz en una canción que teníamos planeada escribir juntos, para que a los segundos comenzara a gritar sin control: – ¡Zayn, sálvame! – primero, después algunos insultos contra mí o reproches de por qué no luché porque sobreviviera y que yo si hubiera querido la tendría conmigo ahora. En el sueño tapé mis oídos porque sus gritos me aturdían y salí corriendo. Todo se volvió negro y escuchaba a una mujer llorando, lo único que logré entender de sus balbuceos fue: –...Zayn...–. Por suerte me desperté.

Estaba asustado e iba a gritar pero me di cuenta que no era necesario porque todo ese mal rato ya había pasado.

Odio cuando tengo estos sueños o pesadillas. Antes las tenía seguido, cuando era pequeño me levantaba llorando y gritaba a todo pulmón con la sensación de que nadie podía oírme. Volvieron cuando sucedió de lo Perrie, eran horribles, y lo peor fue que como no quería estar con nadie, cuando pasaba eso, no sabía qué hacer, a lo que me cambiaba rápido y salía con mis llaves y celular, me subía a mi auto e iba a pasear por allí. O cuando estaba en la casa que ambos teníamos, iba a la terraza y me quedaba fumando cigarrillos, esperando que amaneciera y a que llegara mi familia y amigos, así poder ir a descansar sabiendo que si llegaba a pasar eso, estaría con alguien más y no solo.


Giré hacia la izquierda, _______ dormía de costado y tenía una expresión de relajación y paz. Miré asombrado aunque sonreí mientras recordaba un poco lo de anoche.

Lo que pasó fue algo raro al principio porque era que ella se iba a ir después de jugar con Sebastián o él me dijo algo así, la verdad no le presté importancia porque estaba molesto y caliente, así que fui a bañarme, cuando me acosté me puse a escuchar música y ahí dijeron algo más, a lo que asentí y respondí con un: está bien. Me dormí y yo creí que estaba soñando con ______, resulta que sí fue verdad el que ella se quedara a dormir y se acostara a mi lado, enredando sus piernas con las mías.

La seguía mirando, muy tierna. Sus facciones son demasiado hermosas y delicadas, su nariz es un poco respingada, sus largas y espesas pestañas, su piel igual de pálida que cuando la conocí aunque ahora su cabello estaba más largo y más ondulado. Hermosa. Tenía puesto otra de mis remeras, una gris, y era raro la forma en la que respiraba, como más lenta de lo normal. Sus labios apenas entre abiertos, ahora un poco secos, me provocaban unas inmensas ganas de besarla, acariciarla, abrazarla y hacerle saber que estoy con ella, y siempre lo estaré.

–...diría que eres un completo acosador, que estás obsesionado con ______, y que no te conocía tanto como pensé así que por eso debemos alejarnos de ti,... pero estoy con mucha hambre para renegar y pensar en eso– Sebastián subió sus hombros, lo miraba atónito sin poder entender ni una palabra de lo que decía –pero mamá ya preparó el desayuno y dice que vayan a comer– salió de mi habitación cerrando la puerta.

–Eso sí que fue extraño– hablé para mí mismo y miré a _______ pensando que ya había despertado, aunque seguía igual de dormida que hace minutos atrás. Sonreí de vuelta – ¿_______?– susurré mientras la movía despacio para despertarle.

No dijo nada, ni siquiera intentó abrir los ojos.

–________– dije un poco más fuerte en forma de canto.

She Will Awaken © | zm.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora