Capítulo 22.

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Pasé dos días con mucha tranquilidad, demasiada para mi gusto, sin noticias de nadie, ni siquiera ______. Lo chistoso fue que ambos nos olvidamos de pasarnos los números, aunque con lo que me contó dudo que sus padres la dejen tener un celular sin que lo estén revisando cada cinco minutos. Lo raro de todo esto es que hasta ahora no me llamaron ni mis productores ni los chicos. Digamos que no los extraño como un loco, pero me preocupo lo suficiente si no llaman ni me dicen qué hay de nuevo en todo esto de la música.

Fui a la cocina y había una nota sobre la mesada que decía: "Zayn, tienes comida en la heladera, nosotros fuimos de compras. Si quieres algo llama a Elizabeth. Mara."

Quería una remera nueva, así que le mandé un mensaje, que no importara el modelo pero que sea de color negro. Me gusta el negro, en teoría no es un color, pero me gusta mucho, no es de mis favoritos aunque la mayoría de mi vestuario es así.

Busqué en la alacena algo de cereal, y encontré uno de chocolate. Coloqué en el tazón naranja la leche y el cereal, para irme a sentarme en el sillón. Comía mientras trataba de encontrar el control así prendo la televisión. Estando aquí no agarraban muchos canales, o no los que yo normalmente veía, así que dejé las noticias, que por cierto estaban en otro idioma y trataba de entender lo que decía, pero era difícil.

Estaba por la mitad de mi cereal cuando tocaron la puerta, por un momento pensé que sería Mara pero sería estúpido de su parte tocar la puerta si todos tenemos una llave. Caminé hacia la puerta, sólo tenía un jogging azul porque no tenía ganas de cambiarme. Con el tazón en una mano, la boca llena de cereal remojado, abrí la puerta encontrándome con una ______ sonriente, y al mirarme sonrió mostrando más sus dientes, a los segundos su vista se fue directamente a mi torso y entre abrió sus labios. Reí negando con la cabeza y me apoyé en el marco de la puerta –hola– sonreí.

–Zayn– susurró apenas sin mirarme a los ojos.

Me acerqué un poco más y tomando su mentón lo levanté –mi rostro está arriba– dije riendo.

Ella tomó un color rosado en sus mejillas y acomodó su cabello. Estaba nerviosa. –Lo sé– dijo en voz baja.

–Hola de nuevo– solté.

–Hola–.

– ¿Cómo estás? –.

–Bien, ¿tú? –.

–Bien. Qué agradable e impredecible tu visita– sonreí – ¿a qué se debe? –.

–Mmm...– estaba por responder pero escuché unos pasos y risitas, saqué un poco la cabeza, escuché Strong y a varias chicas cantando. Sin pensarlo, tomé a ______ del brazo, haciendo que entre con fuerza y cerré la puerta.

Ella me miró asustada – ¡auchh!– gritó.

–Lo siento– dejé en tazón en la mesa ratonera y sobé su brazo, que ya estaba algo rojizo.

– ¿Por qué hiciste eso? – preguntó quitando mis manos.

–Esas chicas estaban escuchando unos de mis temas, de nuestros temas, y si me veían se iba a ir todo a la mierda–.

– ¿Por la mierda? – rió.

–A la mierda– respondí enojado.

–Ya, entiendo– dijo con su ceño fruncido de vuelta. Volví a tomar mi tazón así terminar, ya que tenía hambre. Ella se quedó mirando todo por varios segundos.

–Wow. Esto sí que es lindo– sonrió.

–Supongo– subí mis hombros –no es algo de otro mundo–.

She Will Awaken © | zm.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora