Capítulo 11.

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Miraba la pálida piel de mi chica, sus ojos seguían cerrados, tomé su mano, y estaba demasiado fría.

–Volvió a usar el respirador– habló su madre, con los ojos vidriosos.

Asentí, y le dediqué una sonrisa falsa, lo único que quería era llorar y gritar.

–Ella es fuerte, lo superará–.

–Lo sé, Zayn–.

Entraron su padre y su hermano –hola, Zayn– murmuraron los dos.

–Hola– respondí.

–Los doctores dicen que hay buenas esperanzas– comentó su padre.

–Oh vamos– habló Jonnie molesto – ¿buenas esperanzas? Está así como casi tres meses, y ni siquiera hubo alguna mejora, sólo empeora cada vez más–.

–Por favor– dijo su madre –cálmate–.

– ¡Mi hermana está al borde de morir y quieres que me calme! –.

Salió molestó, y fue seguido con sus padres. Traté de hacer oídos sordos a lo que dijo, pero fue imposible. A pesar de que es horrible admitir, algo de razón tiene.

Nos quedamos solos al menos diez minutos, lo único que hacía era mirarla sin pestañar, deseando con lo más profundo de mí ser que despertara, que todo el dolor se esfume, y que nada malo le pasa jamás.

–Ya es algo tarde– la enfermera me miraba triste.

–Entiendo–.

–Puede venir mañana, señor Malik–.

–No soy tan viejo– murmuré, acariciando la fría piel de mi novia.

–Lo siento. Cuando sale, nos avisa–. No le contesté, simplemente me acerqué y deposité un suave beso en la comisura de su labio, que ahora se encontraba pálido y reseco. Sonreí para luego salir de la habitación.

Hoy, luego de bastante tiempo, yo mismo había ido a la clínica solo, en mi auto y sin algún guardaespaldas o alguno de mis amigos, la mayoría del tiempo salía acompañado, y ésta vez les pedí a todos que confiaran en mí, que no haría nada malo y mucho menos intentaría alguna locura.

Llegué a mi casa algo exhausto, aunque lo que tenía era cansancio mental.

Sin cambiarme, salvo lavarme los dientes, me acosté sobre la cama, tratando de conciliar el sueño.

No puedo creer que Perrie está en coma más de dos meses, lo único que hice en ese tiempo fue: ir a verla, volver a casa, llorar y dormir.

Mi familia me vino a visitar un par de veces, consolándome, pero al parecer nadie entiende que yo sólo quiero que ella esté de vuelta en mis brazos. Me siento tan inservible, no he podido hacer absolutamente nada para que esté bien o mejore, al menos que abra sus hermosos ojos y pueda respirar por sí sola.

Mi mente sólo pensaba en ella, y en todas las cosas que vivimos, sean buenas o malas.

~~

– ¡Amor! –.

– ¿Qué sucede? –.

–Necesito que me ayudes a elegir–.

Caminé hacia su habitación, cualquier cantidad de ropa por todos lados, y Perrie vestida con una bata rosada, ugh ese color no es uno de mis favoritos. – ¿con qué, nena? –.

–Hoy nos juntamos con las chicas, y bueno, no sé qué ponerme– me pasó un vestido negro algo ajustado y corto con brillo, y una pollera violeta con un top blanco.

She Will Awaken © | zm.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora