Capítulo 4.

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El día había sido de lo más genial, Perrie se tomó un vuelo para que pasemos tiempo juntos, creo que hasta ahora, fue el mejor día de mi vida, desde que comenzamos a salir.

Primero, llegó temprano, a eso de las nueve de la mañana, y me despertó con suaves besos por mi rostro y cuello. Luego, fuimos a desayunar en un lugar privado, así ningún paparazzi o reportero, nos molestara.

Más tarde, fuimos a visitar a mi familia, y nos quedamos a almorzar con ellos. Mi madre y mi hermana menor, Saffa, estaban encantadas, Waliyha normal al igual que mi padre. Se sacaron varias fotos, y todos juntos vimos una película la cual realmente no presté atención, ya que me pasé la mayoría del tiempo, admirando a mi hermosa novia, no sé cuándo tiempo más tendré que esperar a que sea mi esposa, pero quiero que todo pase rápido, y así podremos celebrar nuestra boda. Sé que tenemos una agenda algo apretada, aunque estamos tratando de reservar todo y tener las fechas listas para que todo salga a la perfección, como Perrie se lo merece.

Después, regresamos a mi casa, donde descansamos dos horas, abrazados, sé que se siente protegida, porque siempre, o las veces que estamos así, me lo dice; y eso me hace sentir el mejor hombre del mundo, y agradezco por darme ésta bella oportunidad de formar una relación con la mujer que más amo.

–Eres lo mejor de mí vida– le dije, besando su mejilla.

Ella sonrió –gracias por estar siempre conmigo– me dio un corto beso en los labios –te amo–.

–También te amo– respondí, apegándola más a mí. –Mañana a la mañana tengo que tomar el vuelo–.

–Lo sé amor, yo también–.

–No quiero estar separado de ti– hablé haciendo un puchero.

–Es parte de nuestro trabajo– me miró fijamente, con sus grandes y hermosos ojos azules –da igual. Sin esto, jamás te habría conocido–.

–Eso es lo más bueno de todo– reí –igual, me encanta cantar, y sé que a ti también–.

–Cantamos bien– levantó sus hombros –a mí me gusta y entretiene mucho–.

–No lo tomes como algo malo...– comencé. Siempre discutimos por el trabajo, que nos separa, que es cansador, que a veces pasamos cosas no agradables, que no le gusta mucho separarse de mí, que está cansada de tantos compromisos, y le recuerdo que ella vive feliz gracias a ello, y tiene bastantes cosas que otras personas no pueden, y podemos ayudar a nuestras familias, el dinero no nos hace falta.

–Ya sé Zayn. No hace falta que lo repitas todo el tiempo–.

–Lo lamento– besé su frente, ella sonrió y asintió, apoyando de nuevo su cabeza en mi pecho. Haciéndome saber que la charla había finalizado.

A eso de las ocho de la noche decidimos que cenaríamos en casa, Perrie cocinó huevos revueltos con fideos, no estaba muy rico que digamos, pero se podía comer, había otras comidas que las cocina a la perfección, como las comidas dulces, postres, tortas, creo que es su especialidad.

Recién habíamos terminado de comer, y levanté los platos –déjalos, amor– pronunció ella, cambiando el tono de voz.

–Bien– sonreí.

Se acercó con cautela hacia mí, y me besó el cuello con bastante delicadeza.

– ¿Te apetece sí lo hacemos? – preguntó, tocando mi pecho. Jamás le diría que no.

–Me encantaría– la besé con rapidez, y uní nuestros cuerpos, haciendo que me excitara aún más.

Sin dejar de besarnos, nos dirigimos hacia mi habitación...

She Will Awaken © | zm.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora