Capítulo 2.

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Cruzamos la calle y las fans, mezcladas con reporteros, nos seguían, gritando cosas lindas y desagradables. – ¿Le dijiste a Frank? – pregunté molesto.

–Zayn– murmuró ella –dijo que nos esperaba en la primera tienda de ropa adentro del shopping–.

Asentí enojado, apurando mi paso. Llegamos, Frank estaba vestido de negro, y los "gorilas" a su lado –hola– saludaron.

– ¿Por qué no esperaron allí? Esas personas lo único que hicieron es decir mierdas. Vayámonos amor– les grité.

Caminé por un largo rato sin decir nada, luego Perrie me tomó de los hombros, –no tendrías por qué haberlos tratado así–.

–No empieces– murmuré irritado. Suficiente tenía con esos malditos fotógrafos, los guardaespaldas y ahora ella iba a empezar su discurso de "paz y amor" que nadie le cree, menos yo, ya que a veces, de santa no tiene nada.

–Eres insoportable, Zayn– chilló enojada.

Maldecí bajo, suspiré cansado e intenté hacer mi mejor sonrisa –lo siento, nena– suspiré –sabes que estoy cansado y todo, de verdad lo siento–.

Los ojos celestes se iluminaron y me sonrió –de acuerdo, amor–.

Tomé su mano, entrando a una de las tiendas para comprar ropa. Ésta era sólo de mujeres –creo que me aburriré aquí– grité, y una de las empleadas me sonrió.

–Me verás a mí– gritó Perrie –con eso no te tendrías que aburrir–.

Revoleé los ojos, sacando mi móvil y me dispuse a leer los tweets de mis queridas fans, sin ellas, no tendría nada de lo todo lo que soy y tengo, tampoco habría conocido al amor de mi vida. Realmente son geniales, y estoy tan agradecido con todas, son excelentes, como dice siempre Niall: tenemos las mejores fans de todo el mundo. Y es la verdad, él casi siempre tiene razón.

Pasaron cincuenta y nueve malditos minutos, en donde Perrie, iba y venía con distintos conjuntos de ropa extravagante y demasiado ajustadas algunas, a veces no me gustaba mucho lo que elegía pero igual sonreía, a ella todo le queda bien, sea ajustado, suelto, largo, corto.

– ¿Ya está amor? Pasó una hora, tengo hambre. Son las siete de la tarde–.

–Oh– comentó triste –quería seguir. Sólo elegí esto. Es poco pero bueno– sonrió.

"Es poco" su voz estaba en mi cabeza como un eco. ¿Poco? Sí para eso es poco no me imagino lo que sería medio, o peor, mucho.

–Bien– sonreí –llévalos a la caja y lo pago–.

– ¿Luego a dónde me llevaras? –.

–Pensaba en ir a mi casa– respondí, mientras nos dirigíamos a la caja.

– ¿A casa? –, asentí –quería ir a tomar algo a un restaurante o algo así– levantó sus hombros.

Suspiré –de acuerdo–.

–Tienes que aprovecharme y pasar tiempo conmigo. Sabes que para la semana que viene tengo algunos shows y no me tendrás– rió.

Reí apenas, como si la necesitara tooodo el tiempo. La quiero muchísimo, pero a veces necesito estar solo.

–En eso tienes razón, Perrie– dije sonriendo.

Antes de irnos, las chicas que nos habían atendido nos pidieron que nos saquemos fotos con ellas, accedimos, a pesar de estar cansado, sin embargo, me di cuenta de que querían más fotos con mi novia que conmigo, así que cortésmente les dije que la esperaría en la camioneta.

Allí podría estar en silencio y descansar unos minutos.

She Will Awaken © | zm.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora