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-Calum -susurro Aleena mientras estiraba sus brazos y con uno de ellos intentaba tocar el cabello de su mejor amigo.

Suspiro y abrió los ojos al sólo encontrarse con la almohada.

No la sorprendió.

Se levantó de mala gana y al poner los pies sobre el piso de madera, se encontró con la ropa de Calum tirada.

Sonrió y corrió escaleras abajo.

No se había ido.

-Buenos días -Gala sonrió cuando vio a su hija sonriendo y bajando las escaleras con torpeza.

Aleena sólo se limitó a clavar su vista en el morocho que comía las medialunas como si fuera su última comida, salto los últimos escalones que le faltaban y corrió hacia él, tirándose encima.

-¡Cuanta emocion! -grito su madre divertida.

Aleena comenzó a repartir besos por toda la cara de Calum -Extrañe verte devorar las medialunas de mamá - apretó la nariz del morocho y este sonrió, con la boca llena.

+++++

Si algún día puedo tocar la nariz de Calum les aseguró que me agarra un infarto.

Esta novela es mi bebé, saben lo que daría por tener una relación así con Calum, ya me fui del planeta.

Aleena ; [cth] EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora