Capítulo 5

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Capítulo Cinco:

El sol comenzaba a subir en el cielo anunciando que el día estaba comenzando, los autos salían a la calle y las aves comenzaban a cantar, se podían escuchar algunos gallos respetando a sus dueños y perros ladrando.

Pero en la casa de Francisco todo estaba en movimiento, a tan solo una semana después de que le hubieran disparado él quería volver a su rutina normal, pero eso no era posible pues las heridas aún no sanaban del todo y se abrían constantemente.

Pero él era tan terco y no hacía caso a las recomendaciones.

******
Francisco.

-¡Arturo!.- grité al idiota de mi mejor amigo que estaba tirado en el pasto, me miró y saco el dedo corazón pero después se levantó y camino hacía mi sonriendo.

-¿Qué pasa?.- lanzó la colilla del cigarro al suelo y la apagó con la suela del zapato, suspire pasando una mano por mi cabello.

-Necesito que me ayudes a llamar a los amigos de Sofía, ya sabes, para hacer una fiesta de esas en donde es el show de un bebé o algo así y hacen juegos raros.- murmuré un poco confundido y él comenzó a reír mientras dejaba una mano en mi hombro y daba suaves golpes.

-tú sabes que si, claro, sólo que voy a tener que robarle su teléfono y ya.- asentí sacando yo mi teléfono.- Es un cacahuate por que el viejo se rompió, pero espero que tenga contactos.

-Yo voy a llamar a su familia, ellos deben saber hacer una buena fiesta... y también llamaré a mi ama y a Brenda.- dije y él asintió, se metió a la casa y unos minutos después Sofía le gritó y él le devolvió el gritó.

Típico de ellos, peleando en todo momento y por todo, aunque era bastante curioso que jamás pudieran estar separados, eran unos amigos muy extraños y odiosos.

Busqué entre mis contactos el número de mi hermana y cuando lo encontré suspire antes de llamarla, hacia unos meses que no hablábamos, en realidad no tenía un  por que, pero simplemente no eramos muy comunicativos uno con el otro, sólo solían marcarme cuando necesitaban dinero.

Al cuarto tono me contestó.

-¡Francisco! Hermano ¿Cómo estás? Hace años que no llamas.- su voz se escuchaba bien, con ese tono chillón de cuando gritaba o estaba molesta, y podía asegurar que estaba molesta conmigo por no llamar.

-Me vas a chingar los tímpanos hermana, relájate, sólo llamaba para decirles que van a regresar.- ella gritó de nuevo, ya deseaba verla y odiarla por gritar cerca de mi oído de forma molesta.

-¿Y eso que te dignas a honrarte con nuestra presencia hermano? ¿Qué festejamos?.- y ahí es cuando tengo que decir es que mi novia está por tener un hijo mío.

Trague saliva con dificultad y busque una manera de decirlo que no fuese muy obvia, pero tampoco muy discreta.

-Va a ser un baby shower o algo así.- rasque mi nuca un poco nervioso, el silencio del otro lado de la línea me dio miedo.- Y es importante que estén acompañándonos.

Bien, supongo que fingir demencia y soltarlo así era algo bueno, ¿no? Una forma casual de decirlo.

-¿Dejaste embarazada a Sofía?.- preguntó con tono burlón, pude escuchar una voz detrás de ella, pero no alcanzaba a escuchar qué es lo que decía.

-Eso, Andale, y las quiero aquí a las dos, así que les voy a mandar un avión para que vaya por ustedes hoy en la noche, ¿Te parece bien?

-Andale pues, claro que si, pero te dejo por qué voy a decirle a mi ama que haga las maletas, ya sabes que ella tarda horas.

A La Mexicana. (RESUBIENDO) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora