Capítulo 9:
06 de febrero.
El día comenzó de buena manera, con la mañana transcurriendo con tranquilidad, si salías a la calle podías escuchar algunas aves cantando con aquel horrible canto que aturdida a todos, pero otras cantaban una bella melodía que parecían ser sinsajos entonando alguna canción clásica, algunos perros ladraban y un gallo cantaba en la casa de un par de ancianos mientras todos comenzaban a ponerse en pie.
Sofía estaba dándose una larga ducha tibia, pues los últimos días se había estado sintiendo realmente mal, y en cierto punto ya se encontraba un poco harta de estar tanto tiempo pesada y cansada, harta de no poder hacer lo que antes hacia, se sentía inútil, inflamada, pesada y con nulas capacidades de movimiento.
....
Rodé por la cama de forma lenta hasta que la cama se acabo y fui a dar contra el suelo, maldije por lo bajo esperando a que nadie hubiese visto mi humillación.
Me levanté y estiré un poco, mire a mi alrededor, Sofía no estaba así que suspire de alegría, era usual que ella despertará temprano y me dejara solo, así que no me preocupe por el hecho de despertar sin ella a mi lado.
Acomode los viejos pantalones deportivos y camine descalzo hacia abajo, cosa que yo sabía que no iba a gustarle a Sofía por que no quería que me enfermara.
Se escuchaba el ruido de el agua caer en el baño, así que supuse que Sofía estaba dándose un baño como todas las mañanas de la última semana.
Y si, justo en ese momento salió con una toalla alrededor de su cuerpo y una mirada extraña, ella me saludo sin muchos ánimos antes de ponerse de pie frente a mi.
-Me duele todo.- susurró con los ojos repletos de lágrimas, la miré y sentí un nudo en la garganta al verla así tan sensible, estos días se la había pasado llorando constantemente.
Me acerqué a ella cuando las lágrimas comenzaron a rodar, pase una mano tras su espalda y la otra detrás de sus rodillas, la levante del suelo y la lleve hacia arriba, después de todo, había ido un poco al gimnasio, ella se acomodó entre mis brazos y la escuché suspirar un poco.
La senté en la cama y camine hacia los cajones del peinador, saqué uno de los tantos pantalones deportivos que tenía y lo deje en la cama, busque entre sus cosas y saque su ropa interior de abuelita, la deje al lado del pantalón y saque una camisa junto a un abrigo, la ayude a levantarse, ella me abrazó y así sé quedó un buen rato mientras yo daba suaves caricias en su espalda intentando apaciguar un poco el dolor que ella decía sentir en la espalda y cadera.
Hasta que algo extraño pasó.
Sentí una extraña humedad traspasando mis pantalones y helando mi piel, mire a Sofía bastante confundido, ella se separó de golpe de mi y miró entre sus piernas, había una mancha en la alfombra, justo debajo de ella que iba haciéndose un poco más grande.
-¿te measte?.- pregunté mirándola un poco asustado, ella negó rápidamente mientras una de sus manos se fue hacia dónde el tumor- alias, mi hija- estaba, su otra mano se fue a mi hombro y sentí como apretó con fuerzas.
-Va a nacer.- Susurró suspirando de forma lenta y pausada, su mano comenzó a apretarme con fuerza.- siento las contracciones, y me estoy comenzando a asustar.
Habíamos leído en un libro raro de maternidad que cuando no sé qué se rompia, usualmente daban dolores menstruales o algo así, y que no se debían asustar por que eso podría generar consecuencias.
Las mujeres eran raras, pierden reglas, luego les llegan reglas a cada rato y luego rompen fuentes, era algo que no comprendía del todo.
Suerte que era hombre.
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A La Mexicana. (RESUBIENDO)
ActionSe dice que México es un país hermoso, repleto de buenas costumbres, junto a personas con actitudes envidiables y alegría. Conocido por ser un lugar en donde todo se festeja, la gente vive riendo y todo es de miles de colores hermosos. O eso es lo...