Capítulo Treinta Y Uno.

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Francisco salió de la ducha con una toalla alrededor de su cadera, alguien saltó sobre él y la toalla abandono su cuerpo, Sofía se soltó a reír al ver a Francisco sosteniendo a Isabel con una mano y apretando la toalla contra sus caderas con la otra.

-Isa, ven a ponerte tu ropa.- le habló Sofía, la pequeña negó y empujó más la toalla intentando subir, Francisco se quejo y Sofía llegó tomando a Isa y dejando a  Francisco acomodarse la toalla.

Se colocó mejor la toalla y buscó entre su ropa la camisa que había estado buscando desde la mañana.

La sacó y la miró, camisa negra con la bandera de México al frente, solo que los colores parecían estar cayendo como pintura fresca, era una camisa de arco.

-¿Vas a ver a tus amigas ahí?.- preguntó Francisco cubriendo su desnudez, Sofía, quien estaba recién salida de la ducha asintió, se colocó algo de polvo y se pinto los labios de color  rojo.

-Si, cuando bailemos.- murmuró, se pinto los ojos de un tono azul, se miro en el espejo, se colocó un par de aretes en forma de círculo.

-Bueno... ¿te vas a trenzar el cabello?.- le preguntó y ella asintió.- entonces voy a cambiar a Isa.

Se colocó un short negro y se puso unos huaraches, se medio peinó y se puso los lentes obscuros.

-Isabel, ven con papá, vamos a cambiarte y ponerte guapa.- ella corrió junto a Francisco, se lanzó a sus brazos y se agarro de su cuello, él tomo el traje que había sido diseñado para ella.

Le puso la pequeña blusa blanca con líneas verdes y rojas en la parte superior, además, la falda larga que iniciaba de la cintura tenia los tres colores de la bandera de México, le puso sus aretes y la miro.

-¿Puedes peinarla?.- preguntó Sofía, Él miro el cabello de Isa, largo por debajo de sus hombros, ladeo un poco la cabeza extrañado.

-¿Recuerdas que no se hacer trenzas desde arriba?.- preguntó .- solo hacer las trenzas normales y los chongos.- Sofía le sonrió de forma tierna.

-Hazle una cola de caballo y luego trenzas el cabello y al final, lo transformas en un chongo.- habló y Francisco asintió de forma lenta, le puso pocoyo en el teléfono y comenzó a peinarla.

Retiró el cabello de la frente de la pequeña y le puso gel, demasiada gel, atrapó el cabello en una cola de caballo, de ahí comenzó a trenzar el cabello y al final, lo hizo girar hasta formar un buen moño que decoro con un moño grande con los colores de la bandera.

Baño rápido y alistó a Nicolás con un body negro con la bandera de México, le acomodo el cabello y salieron de la casa.

Subieron al auto los cuatro, Arturo iría más tarde, pues se había metido a un raro grupo de músicos junto a la candente rubia que lo acompañaba a todos lados.

Francisco condujo hacia el palacio municipal, pero, aun siendo apenas las nueve de la noche, estaba completamente llena de gente, y no había muchos estacionamientos libres, al final optó por dejar el auto en la casa de un amigo y bajaron.

Sofía iba a presentar un baile folclórico junto a algunas amigas, algún idiota la había metido ahí y ella no podía negarse, además de que a ella le encantaba bailar, desde que la conocía.

Se despidieron y cada quien fue hacia un lado, Sofía se alejo hacia la parte trasera del escenario recién puesto mientras que Francisco se fue hacia el espacio en donde todas las personas esperarian.

Francisco se paseo un poco con Nicolás entre sus brazos e Isabel sobre sus hombros, como era de esperarse, Isa pidió un algodón de azúcar y Francisco lo compró con gusto, aun así, él comenzó a comer junto a la pequeña.

Alrededor de las diez cinco inicio el típico discurso del presidente, en donde  fue lo mismo que todos los años, y al final lanzó fuegos artificiales.

Al instante salieron personas a los costados del escenario, Francisco reconoció a Arturo en la parte trasera, detrás de una trompeta.

Estaba en la banda de guerra.

Comenzó a escuchar el sonido de los tambores junto a las trompetas y sonrió, amaba la banda de guerra, aunque nunca estuvo en una.

Cuando acabaron, se despidieron y salieron, aunque Arturo llego al lado de su amigo de inmediato y tomo a la pequeña Isa, Francisco negó, se saludaron rápido y en ese momento comenzó a sonar una canción conocida para Francisco.

-Entonces, ¿aquí va Sofía?.- preguntó Arturo y Francisco negó.

-Es de los últimos.

Mujeres con llamativos vestidos largos salieron tomadas del brazo de hombres, comenzaron a bailar de forma divertida.

Al final, cuando Sofía salio, con la gran y larga falda roja con flores y con la mano de un hombre sosteniendo la suya, Francisco sintió celos.

Pero cuando se dio cuenta que casi no la tocaba se le pasó y disfruto el baile, observaba los movimientos de la gran falda floreada moviéndose al compás de la música folclórica.

Tardo un buen rato el baile, al final de la canción, lanzaron fuegos artificiales y se despidieron.

Sofía llego junto a Francisco, le dio un leve beso y comenzaron a andar por entre los puestos.

Sofía estaba completamente hambrienta y sudada, así que compraron tamales y comieron todos juntos ahí, llego la rubia novia de Arturo y se lanzó contra él, Sofía no se inmutó y siguió comiendo sus tamales de carne.

Al final, Francisco pidió unos tamales para llevar y siguieron caminando por ahí, Nicolás quedo dormido poco después.

Unos minutos después decidieron irse, pues los dos pequeños ya estaban dormidos y todos estaban cansados, así Francisco acomodo a los bebés en sus sillas y Arturo junto a la rubia se fueron en la parte trasera del pick up.

Se fueron a casa, entre Sofía y Francisco metieron a los pequeños a casa, los cambiaron y los dejaron acostados en el aire acondicionado.

Sofia se ducho primero, retirando todo el maquillaje y su sudor, se cambio, poniéndose una camisa vieja de Francisco y un short pequeño, se seco el cabello y se acostó.

Francisco se ducho rápido, se puso un short y se tumbó en la cama cansado, abrazo a Sofía y la miro un momento.

-Te ves medio bien... Si no me faltará un ojo, te juro que te verías completamente bien.- murmuró con tono burlón y Sofía no puedo evitar echarse  a reír.

-que pendejo eres.- susurro antes de darle un leve beso en la mejilla.- te odio.- le beso la nariz, él se molesto un poco pero sonrió disfrutando el momento.

-deja, no soy un bebé para esos besos.- después la empujó contra sus labios con fuerza.

No fue difícil subirla sobre él, sujetó las caderas de ella contra las suyas logrando una presión demasiado agradable para ambos.

Francisco sonrió en medio del beso, llevándose  el labio inferior de ella entre sus dientes y sin previo aviso metió la lengua dentro de su boca, quien se sorprendió pero correspondió de forma inmediata mientras intentaba sacar su camisa de su propio cuerpo.

Francisco tomo una esquina de la camisa y la rompió con fuerza, suspiro  satisfecho al ver el torso desnudo de ella.

Alguien abrio la puerta de golpe, Sofía salto de la cama y cayó al suelo, jalando las sábanas, Francisco maldijo ver a su amigo.

-malditos, se ponen a coger y uno que viene apenas  por condones.- murmuró molesto, Francisco abrió su cartera y le entregó uno, aunque Francisco tomo uno de una caja nueva.

-¿donde nos quedamos?.- pregunto y Sofía le sonrió.

-donde dormíamos por que se me fueron Las ganas.

Dicho eso se acomodo en la cama y se abrazo a Francisco, inmediatamente se durmieron.

*un chongo es un moño.

A La Mexicana. (RESUBIENDO) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora