Capitulo Diecinueve

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Capítulo 19:

Francisco.

Maldito estrés, malditas personas, malditas responsabilidades, y sobre todo, malditos humanos idiotas.

Me senté mejor en la silla y miré como descargaban en el almacén las cosas, lleve ambas manos a mi cabello y tiré de él con un poco más de fuerza de la necesaria.

Isabel estaba tranquilamente sentada en el suelo, jugaba con un par de botas y chalecos mezclado con sus cubos para construir y un par de muñecos, se miraba tranquila, muy en paz para estar rodeada de armas y de drogas.

Levanto su mirada y me dio una sonrisa genuina antes de saludarme moviendo su manita de forma exagerada.

Arturo entro a la habitación en su papel serio y la miro de reojo, yo sabía que él odiaba la idea de tenerla aquí, pero Sofía estaba en una cita médica y yo no podía ir con ella, sus padres tampoco podían cuidarle y yo no podía dejar desatendido este negocio, así que por eso estaba conmigo.

-¿Sabes que estamos descargando un cargamento millonario y que quisieron interceptar tres veces en carretera? - Me preguntó señalando con la cabeza a mi hija y asentí.

-¿Sabes que Sofía esta justo ahora en el ginecólogo?- Le devolví la pregunta poniéndome de pie y dejando la pluma sobre la mesa.- No me apasiona mucho qué este aquí, pero no hay más opciones, a parte Sofía ha estado medio...

-¿Tensa?- Se atrevió a preguntar por mi y yo asentí alargando un suspiro.- Lo sé, lo he notado.- Susurró, mire a Isabel y ella me miró de reojo.- Creo que es el miedo.

-¿Miedo a que?- Me atreví a preguntar temiendo su respuesta.

-Miedo a que le pase lo mismo de la otra vez.- Asentí sin querer creerlo aún.- Jamás se había metido en nada del negocio y de pronto estaba secuestrada con Isabel quien sabe en donde.

Me quede callado, recordaba a la perfección esa vez y como Sofía había regresado, el pánico, el llanto y el constante miedo a perder a Isabel la hacían no querer separarse de la niña ni por un segundo y yo lo comprendía totalmente por que el miedo permanecía en mi también, presente y generando inseguridades.

-¿Le vas a decir que han llegado amenazas para este bebé también?- volvió a hablar y alargue un suspiro, hacerlo no era una opción, pero debía cuidarse mucho más, con Sebastián y Santiago de escolta no era suficiente.- Por que te recuerdo que las amenazas llegan diario y ya nos hemos revolcado contra alguno.

-No creo que sea lo mejor decirle, de por si esta muy tensa últimamente, este embarazo ha sido muy distinto al de Isabel, la siento insegura y muy constantemente de malas.

Arturo me miró frunciendo el ceño y yo sabía perfectamente que me quería decir algo, tal vez podía tener sospechas de que sería lo que quería decirme.

Tal vez por que te la vives fuera de la casa y a duras penas llegas a dormir.

Bueno, era cierto, últimamente el trabajo era muy pesado y teníamos que estar en movimiento constante, teníamos vigiladas las entradas y salidas de la ciudad, había puntos estratégicos para vigilar todo el movimiento en general.

Incluso por debajo del agua habíamos estado incrementando la seguridad alrededor de la casa, las amenazas no eran una broma y llegaban de forma constante.

"Agárrate, por que vivo no nace"

"Buena idea la de darnos otro blanco"

"Procura disfrutarlo, por que no te va a durar mucho"

A La Mexicana. (RESUBIENDO) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora