Capítulo Dieciséis

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Capítulo 16:

Dos años después...

El cielo se había teñido de tonos rojizos, se acababa a distinguir el amarillo, naranja y rojo alzándose en el cielo formando un hermoso paisaje, todo se complementaba perfectamente por el mar que hacía que el paisaje se reflejará en sus calmadas olas que rompían con la orilla de la playa, atrayendo hacia la arena caracoles, conchas y un poco de basura que se mezclaba entre las algas verdes que descansaban tranquilamente.

Una niña corria por la orilla del mar con un lindo bañador morado, sus pequeños pies salpicaban a su alrededor gracias a sus grandes zancadas, soltaba grandes carcajadas conforme los pasos de una persona mucho más grande se acercaban a ella rápidamente, provocando aún más salpicaduras de agua, ella intentaba correr con mayor rapidez, pero sus cortos pies no daban abasto para hacerlo.

Esa persona tomo a la niña por la espalda y la alzó rápidamente, ella soltó un gran grito seguido de enormes carcajadas que hicieron que risas se unieran a las de la pequeña y se mezclarán con el canto de las gaviotas que parecían reír al compaz de la situación.

-Demonios Isabel, ya estás grande.- susurre con un poco de dificultad mientras volvía a dejar a mi hija en el suelo.

Ella sonrió y comenzó a correr alrededor de mi salpicando todo a mi alrededor, sus pequeñas piernitas corrían como si no hubiese un mañana y esperaba que con toda esta correteada llegase cansada a la casa para que durmiera toda la noche y yo poder entretenerme un poco con Sofía, quien se encontraba sentada sobre una roca mirando divertida muestra pequeña corredera, nos acercamos a ella con pasos rápidos.

-Claro que si esta pesada, pesa como quince kilos.- me dijo estirando sus brazos hacia Isabel, quien corrió hacia ella y abrazo sus piernas.

Me acerque a ellas e Isabel me miró de forma cautelosa, di pasos lentos y ella comenzó a correr en dirección contraria a nosotros, comencé a correr detrás de ella mientras miraba a sus piernas regordetas moverse rápidamente, claro que yo podía alcanzarla sin problema, pero me encantaba escucharla reír mientras intentaba escapar de mi.

-¿A dónde vas, pequeña?.- le pregunte levantandola del suelo y besando repetidamente su rostro.

Ella me miró por unos segundos en silencio y golpeó mi rostro con fuerza, su pequeña mano llena de arena y agua salada se sintió como un golpe mucho más potente de lo que era realmente.

Me encargue de mirarla fijamente de forma amenazante, pero luego me sonrió y me acerque nuevamente para besar su rostro y hacerla reír.

Me encantaba escuchar el sonido de su risa.

-¡papá!- gritó riendo y mi pecho se infló de alegría al escucharla decirme de esa manera.-¡Agua!- Señaló hacia la orilla con una gran sonrisa mientras estiraba sus bracitos para bajar de mis brazos.

-Así es Isa, papá en el agua.- sonreí caminando hacia la orilla y mojando mis pies dando grandes patadas para que el agua saltará a nuestro alrededor y nos mojara todos.

Isabel apretó mi camisa mientras nos movíamos y la baje nuevamente al suelo, ella me miró y me dijo adiós con su pequeña manita antes de correr hacia Sofía haciendo mucho esfuerzo gracias al agua que le dificultaba caminar.

Caminé con calma en dirección a ellas y cuando llegue pude escuchar todos los murmuros de Isabel, sus palabras incoherentes mientras gesticulaba de manera ridícula y daba pequeños saltitos emocionados me hacían saber que muy probablemente estaba contándole lo que habíamos pasado en el agua anteriormente.

-Ya nos vamos Isa, dile adiós al mar.- le dije mientras Sofía la tomaba entre sus brazos, me miró con ambas cejas elevadas sin comprender realmente.

A La Mexicana. (RESUBIENDO) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora