A La Mexicana. (RESUBIENDO)

Capítulo Quince

Capítulo 15:

Desperté con dolor de cabeza, todo mi cuerpo palpitaba de una forma extraña, sentía los ojos pesados y el rostro inflamado, supongo que haber llorando hasta secarme era peor que una cruda, definitivamente me sentía deshecho, me dolían los músculos y los ojos los sentía muy pesados.

Me moví un poco y sentí las sábanas sobre mi cuerpo, eso significaba que estaba en la suavidad de mi cama y realmente no supe como llegué hasta ella, miré a mi alrededor con solamente un ojo abierto mientras me estiraba y me encontré con un pequeño cuerpo a mi lado, sonreí por lo bajo antes de acomodar bien la pequeña cobija colorida sobre su cuerpo, se veía realmente tranquila y pacífica.

Mi teléfono estaba a un costado de nosotros en la mesita de noche, lo miré por unos segundos antes de suspirar, así que lo tomé y busque con que distraerme, intenté , pues conforme iba despertando mejor mi mente se llenaba de pensamientos que me atacaban, no quería pensar mucho en la situación, pero me estaba matando por dentro.

Escuché ruidos por el pasillo directo a nosotros, parecían ser pasos lentos y sospechosamente sigilosos, de reojo mire a mi hija y me puse de pie, mis pies descalzos me ayudaban a ser más silencioso, así que nadie podría prevenir mis movimientos.

Tantee debajo del colchón para dar con un arma pequeña que guardaba justo debajo de mi para situaciones como estas, una vez que la tuve en mis manos di pasos hacia la puerta, conté hasta tres y la abrí con el arma en alto dispuesto a disparar a quien fuera que estuviese perturbando mi paz.

Sofía retrocedió un poco asustada, levantó las manos aterrada y dejó caer al suelo una tabla que llevaba con lo que parecía ser un buen desayuno, la miré con los ojos muy abiertos y ella suspiro mirando hacia el suelo.

-Lo siento, me asuste, deja limpio y te traigo algo más.- murmuró ella mirando hacia el suelo y pasando una mano por su cabello algo nerviosa, la detuve antes de que se arrodillara y la apreté un poco de la muñeca.

-Déjalo así, le diré a Luz que limpie, mejor ven conmigo.- ella me miró por unos segundos, nuestras miradas se encontraron y solté su muñeca para dejarla pasar.

-¿Cómo te sientes?.- me cuestionó, suspire mirando hacia la cama, intenté encogerme de hombros y fingir indiferencia pero solamente salió una mueca extraña en mi rostro, me dejé caer en la cama con cuidado de no aplastar a mi hija y cubrí mi rostro con mis manos para evitar que su mirada me diera ganas de llorar de nuevo.

Suspiré con fuerza, realmente no sabía como me sentía en esos momentos, tenía un cúmulo de sentimientos rodeando ni pecho y un vacío constante en mi estómago, sabía que era algo difícil pero anteriormente pensaba que nada podría ser peor que perder a mi padre de una manera tan brusca y repentina, pero jamás cruzo por mi mente que algo peor sería acabar con la vida de mi hermana y mi madre en un mismo día, incluso con la misma arma.

O que ellas intentaran matar a mi familia.

-No quiero salir de aquí en unos años.- murmure aún con las manos sobre mi rostro.- Quiero encerrarme o salir de aquí corriendo, irme muy lejos y que nadie sepa nada de mi ni de ustedes.- Me giré un poco y supe que debía retractarme al ver un par de ojos abiertos observándome fijamente, suspire mirando como levantaba solo un poco una de sus manos curiosa con el mundo, la mano fue a parar a su pequeña boca.- ¿Sabes que? Retiro lo dicho, no sabes como quisiera ser como ella.- La señale acercando mi dedo para picar su mejilla, tomo mi dedo entre sus manitas, parecía muy asombrada de ello, incluso hizo un esfuerzo por meterlo a su boca.

-¿Quieres depender de alguien todo el tiempo?¿No poder hablar ni contar su quieres hacer del baño?.- me preguntó Sofía, la mire elevando una ceja mientras negaba lentamente, vi como mi hija iba a meter mi dedo a su boca nuevamente y lo retire de forma gentil, me gire hacia Sofía mientras me sentaba ahora en la orilla de la cama para poder verla mejor.