Capítulo Veintiséis.

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Se retiró venda tras venda con cuidado, Sofía se mantenía sosteniendo la mano de Francisco, quien respiraba con fuerza, miro a Sofía y ella le sonrió para tranquilizarlo.

La mano de Sofía estaba sobre la de él, su pulgar acariciaba el dorso de su mano.

La última venda fue retirada con cuidado, Francisco respiró profundo Sofía le dio un espejo y Francisco se miro en el con miedo.

-vaya.- murmuró tocando su ojo con tranquilidad.- será buen disfraz de halloween.

Ahí fue cuando todo el mundo sonrió y dieron suspiros todos juntos, Sofía lo abrazo y le sonrió, beso su mejilla y luego el ojo con la herida que por fin había sido cerrada.

Isa subió por la cama y beso el mismo lugar que Sofía, la herida, Francisco abrazo a ambas.

-¿tenemos que besarte la herida nosotros también?.- pregunto Arturo sonriendo mientras sostenía la cintura de una joven y hermosa rubia, Francisco negó haciendo un gesto de asco.

-¿sabes que quiero? Quiero una fiesta, hoy, para celebrar que estoy simplemente curado y que aquí, mi padre, el mero Tigre sigue vivo.

Hubo gritos, Francisco se levantó y tomo a Sofía, la hizo girar varias veces y al final la beso.

-quiero carne asada, y Manta y ceviche.- murmuró contra los labios de Sofía, quien se solto a reír y lo beso.

-claro, claro mi cachorro.- ella sonrió y lo beso de nuevo, atrapando su labio inferior entre los dientes.

-calmense ustedes dos.- hablo Arturo riendo.- vamos a ir por las cosas yo e Ingrid, así que ustedes pues... Inviten gente.

Francisco asintió e inmediatamente tomo el teléfono, directo a los padres de Sofía, ella sonrió y en ese momento un pequeño llanto resonó por toda la habitación, se acercó y tomo al pequeño Nicolás entre sus brazos.

-vaya, el pequeño bebé ya despertó.- beso su pequeña y respingada nariz.

Francisco seguía con el teléfono en la mano, pero colgó y se fue contra Nicolás, lo tomo entre sus brazos y beso su mejilla.

Isa miraba la escena y sonrió, tomo el control de la televisión y picó el primer botón que sus pequeños dedos alcanzaron.

La habitación se lleno de enormes gritos que asustaron a Isa, quien retrocedió y se fue llorando con Francisco.

Él tomo su pequeño brazo y la condujo con él hacia la parte trasera de la casa, una pequeña manada de cachorros de pittbull junto a peludos frensh poddle llegaron contra ellos, Francisco se tumbó en el suelo y Sofía llego a su lado, Isa corría por ahí con la manada de cachorros.

-hace mucho que no veo a los padres de Arturo.- murmuró mientras se tumbada en el suelo y dejaba a Nicolás en los brazos de Sofía.- quiero invitarlos, pero en persona... ¿vamos?.- pregunto y Sofía asintió, entraron a la casa y Francisco se puso una camisa.

Sentaron a los pequeños en sus sillas para el auto y Francisco condujo hasta la casa de los padres de Arturo.

Llegaron y encontró a Celestina, la madre de Arturo, regando las flores- o matas como nosotros le decíamos- con una enorme sonrisa cansada en el rostro.

Bajó Francisco y hablo un poco con ella, quien le sonrió de forma maternal, después de hablar un poco, se abrazaron con fuerza y algo se susurraron.

Francisco dirigió a celestina al auto, Sofía bajo y se miraron, celestina la observó con los ojos muy abiertos, paso su mano por la mejilla de Sofía y le sonrió.

-¿puedo... Abrazarte?.- le pregunto y ella asintio, cuando se juntaron en el abrazo, Francisco miro la escena un poco extrañado, sentía algo en el pecho.

-bueno, vaya a alistarse, y al señor Arturo también, vamos a ir a a una fiesta.- celestina asintio y entro a la casa, Francisco miro a Sofía y la abrazo con fuerza.

-quiero que te pongas muy, muy guapa ¿okey?.-preguntó y Sofía se echo a reír.- vamos a aprovechar el calor y la fiesta va a ser en la alberca.- mordió su mejilla y en ese momento escucharon un llanto, abrieron la puerta y Nicolás estaba llorando, Sofía se subió y puso la rodilla en el asiento, Francisco mordió su labio para evitar tocar de más.

Pero sonrió y en ese momento, mientras Sofía bajaba, su mano pego contra la nalga de ella, haciéndola dar un leve respingo.

Ella lo miro mal, pero Francisco sonrió y saco la lengua.

El calor caía con fuerza sobre ellos- o mejor dicho sobre la ciudad- ambos habían comenzado a sudar de forma rápida, así que subieron al auto en donde estaba encendido el aire acondicionado.

Charlaron un poco hasta que dos personas salieron.

-vámonos.- acomodaron al pequeño en su silla y comenzaron a conducir hacia la gran casa blanca de Francisco.

Isa miraba a Celestina con aquellos hermosos y grandes ojos color claro, ambas sonrieron.

-vaya, que grande esta Isabel.-sonrió Arturo estirando la mano y tomando un mechón del cabello de la niña, quien le dio una gran sonrisa.

-¿y ya vieron a Nicolás?.- pregunto mientras observaba por el retrovisor.- es mi otro hijo, solo que, no he tenido tiempo de traerlo.

Arturo, el padre de Arturo, miro al pequeño niño.

-no puedo creer que ya tienes dos hijos.- hablo asombrado, celestina le dio la razón mientras le sonreía al bebé.

-ella es Anna Isabel.- la susodicha mostro sus pequeños dientes.- y acá, el otro es Arturo Nicolás.- el bebé ni se inmutó y siguió jugando con la manita de su hermana.

Cuando llegaron a la casa, Isa grito con fuerza al ver aquellos globos de colores formando un arco enorme en un pasillo, Francisco la bajo del auto y ella corrió sonriendo, Ignacio apareció al final de este, tomo la mano de la niña y caminaron hacia la parte trasera.

Sofía tomo a Nicolás, le dio un gran y sonoro beso en su gran mejilla, el bebé hizo un gesto parecido a una sonrisa, Sofía camino junto a Francisco.

Arturo llego una hora después junto a aquella rubia hermosa que aveces, sin querer, hacia sentir mal a Sofía.

Había un par de niñeras que cuidarán a todos los pequeños dentro de la casa mientras los adultos harían su propia fiesta.

Conforme pasaba el tiempo aun más niños y adultos llegaban listos para fiesta.

Francisco se baño, se puso unos Jeans junto a una camisa que desapareció poco después al recibir el calor, su padre, Ignacio, le dio una cadena, se puso unos lentes de sol acompañados con una gorra que se encontró por ahí.

Sofía se metió a duchar después de él, se puso un vestido color azul claro junto a unas sandalias color café, se acomodo el cabello en una trenza y se puso el mínimo maquillaje.

Les dieron una vuelta a los niños y para avisar que pronto vendría una carreta de Hot dogs, los pequeños gritaron alegres.

Salió e inmediatamente el olor de la comida inundó sus fosas nasales, Francisco sonrió y se lanzó contra Sofía, ella estaba picando verdura junto a la mamá de Arturo en una linda platica.

Sofía se echo a reír cuando las manos de el se colaron por su cintura y comenzaron a hacerle cosquillas...

-quitate Francisco, dejame seguir picando verduras.- se quedó entre risas, el rostro de él se perdió entre el hueco de su cuello y hombro.

-no quiero, aquí estoy bien.- murmuró pasando la lengua por el cuello de ella, quien se echo a reír y lo empujó con delicadeza.

-ya, quitate.- se dio la media vuelta y le plantó un leve beso en la mejilla, pero Francisco tomo su rostro y junto sus labios.

-listo.- paso la lengua por la mejilla de ella y se echo a correr por ahí.

Sofía negó riendo, limpio su mejilla y siguió picando y lavando las verduras.

A La Mexicana. (RESUBIENDO) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora