s e c h s

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la noche llegó y luke no podía explicarle correctamente a su madre el porque tenía su mejilla morada y su nariz hinchada. intentó no llorar, ya que luke era extremadamente sensible cuando se refería a hablar seriamente con su madre, la cual no había nacido con el don de la paciencia. pero luke intentaba no perderla. mientras que el peliteñido, arreglaba cuentas con otra persona.

-deberías haber estado hace 1 hora, no 4, michael- le reclamó. el nombrado entre-abrió sus labios para que el humo saliera por ellos.

-deja de reprocharme, aquí tienes.- michael aventó una bolsa con una sustancia blanca hacia su pecho. sonrió y la guardó dentro de una mochila nega, la cual después de dejó encima de su moto.

-¿cuándo podrás volv-?- el teñido se apresuró a hablar.

-no amigo, tu no me conoces, tu nunca me viste y yo no te he visto en mi puta vida.- después de eso, se giró en sus pies y comenzó a caminar lentamente, alejándose de ahí.

mientras sus pisadas eran las únicas que se oían a kilómetros por las calles de su ciudad, en su cabeza pensaba si lo que estaba haciendo estaba bien, o si quiera era lo correcto. nadie le enseño lo que era bueno y lo que era malo, nadie le dijo que debía hacer para sobrevivir en un mundo lleno de lobos ambrientos, sino matas te matan, eso era lo único que sabía. y michael no iba a permitir verse debil. pero si llegamos hasta una persona que podía hacerlo, era extraño pensarlo solamente. miró hacia arriba, las luces de esa casa estaban apagadas, pero si fijaba la vista, podía ver como una tenue luz sobresalía por la ventana de una de las habitaciones. y la curiosidad lo atacó, pero no subiría como un estúpido principe medieval, no claro que no. pero tampoco quería que lo descubrieran, así que mejor se alejó de ahí.




****


-¿entonces?, ¿qué harás?- preguntó preocupado su moreno amigo.

-supongo, que alejarme por un tiempo.- se encogió de hombros.

-¿me dejarás solo? vaya amigo..

-no, no lo veas de ese modo cal, solo que no puedo permitir que me descubran.

-de todos modos, me dejarás.- se giró para que michael no lo viera.

-callate calum, eres molesto.- suspiró- y nunca te dejaría, eres como mi hermano.- tan pronto como terminó de decir esas palabras que conmovieron a su amigo, sintió presión sobre su cuerpo, se tensó, pero lentamente envolvió sus brazos en la espalda baja de calum. cerró sus ojos por un momento, no se permitiría llorar. hasta que una molsta voz se hizo presente a espaldas del moreno.

-vaya, que tierna pareja.- hemmings estaba ahí, calum se apartó lentamente de los brazos de michael, quien lo miraba como quien mira un sapo reventado en la mitad de la calle.

-¿qué quieres luke?- preguntó. el nombrado miró a calum y después hizo una seña, sabía perfectamente a que se refería, quería que se fuera. calum negó y miró a michael.

-está bien- asintió el teñido, pero su mejor amigo estaba dudando si dejarlo solo, era lo correcto. después de medirarlo por unos segundos y calculando todas las absurdas consecuencias, lo hizo.

swap  ⇥ mukeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora