Capítulo 11 Escape

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Continuaron su cita por un rato más, todo fue baile, historias de la vida de Carmilla, a veces Laura sentía un poco de tristeza por la pelinegra, ya que parecía que nunca había sido feliz del todo.

- ¿Por qué siempre suenas nostalgica?

- Bueno cupcake vivir siempre lo mismo por más de 100 años puede ser aburrido.

- Buen punto. Pero la ventaja es que puedes viajar y comenzar de nuevo en donde nadie te conoce.

- Ese no es el problema Laura...no sé...a veces quisiera...ser humano...

- Pero si fueras humano ya no estaría aquí, ahora...conmigo...

Estaban sentadas en el piso, recargadas en uno de los muros, Carmilla tenía abrazada a la rubia, y ésta se acurrucaba en el cuello de la pelinegra.

- Creo que es lo único por lo que ha valido la pena vivir demasiado.

Laura levantó la cabeza para besar a Carmilla, disfrutaba tanto del sabor de sus labios, era tan embriagador que podría pasar toda su vida besándola sin ningún problema.

- Sabes...creo que me podría hacer adicta a tus besos.

- ¿Así?

La pelinegra tomó la barbilla de Laura y se acercó lentamente para volver a besar a la rubia, ésta vez el beso comenzó a ponerse más intenso, Laura tenía una de sus manos en la nuca de Carmilla, y la otra comenzaba a meterse debajo de la blusa, pero se detuvo porque una mano fría le impidió seguir.

- ¿Qué haces?

- Yo..emmm...lo siento es que...entiendo si no te gusto tanto como...

- ¿Qué estás diciendo? No seas tonta, me gustas más que nadie, de verdad, pero soy un vampiro ¿recuerdas? mi pensamiento sigue siendo el mismo de cuando yo tenía 18 años, y nací en una época anticuada, así que señorita más vale que controle sus hormonas.

- Está bien señorita anticuada.

- Vamos, ya es hora de irnos.

- ¿Ya, no podemos quedarnos aquí toda la noche?

- Nop, tienes que dormir, ven acá.

Carmilla ayudó a ponerse de pie a Laura y cuando quedó frente a ella no pudo evitar verla de nuevo.

- Dios, de verdad que te ves tan...hermosa cupcake.

- Bueno tú no te quedas atrás Carm...te ves extremadamente sensual...y ya mejor vayámonos si no quieres que mis hormonas se salgan de control.

- Jaaja está bien, agárrate fuerte.

Carmilla bajó de un salto y tomó de la mano a Laura para comenzar a caminar hacia su dormitorio, la rubia estaba más que feliz, todos, o los que no estaban tan ebrios, las observaban, cosa que incomodó un poco a Carmilla y anduvo todo el camino insultando gente. Al fin llegaron a su habitación, la rubia se puso su pijama y se acomodó en su cama para descansar, la pelinegra estaba recostada a su lado, acariciaba su cabello (le encantaba hacer eso).

- Gracias Carm.

- ¿Por qué me agradeces?

- Por regalarme uno de los mejores días de mi vida.

- Gracias a ti cupcake, por devolverle el sentido a la mía.

Carmilla besó la parte superior de la cabeza de Laura y se quedó un buen rato así hasta que la rubia se cayó en un sueño profundo.

Sonó la alarma, la rubia se talló un poco los ojos para poder enfocar su habitación, encontró la cama de su roomie vacía (como siempre), se sentó en la orilla de la cama, buscando con los pies sus pantunflas, cuando en la habitación entró Carmilla, traía una bolsa de papel y al parecer estaba de muy buen humor.

Enamorada...¿de un vampiro?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora